Con Gaza en el corazón, por una paz verdadera

Existen pocos pensadores y pensadoras cuyo discurso transcienda el paso del tiempo. Una de ellas, sin duda, es Hannah Arendt (1906-1975), filósofa e historiadora de origen alemán, nacionalizada estadounidense, cuyas reflexiones sobre la concepción del mal y los totalitarismos constituyen un poderoso mensaje transmitido de una forma sencilla, sin barroquismos… y de plena actualidad, cuando se acaba de cumplir medio siglo de su fallecimiento.

Su trabajo Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal, uno de sus libros de referencia, nace del juicio a este criminal nazi, que presenció y reinterpretó, para ayudarnos a entender cómo se adoptó la política de exterminio que condujo al Holocausto y cómo algunos de sus ejecutores alegaron que tan solo cumplían órdenes. Por otra parte, siempre tuvo una mala relación con el movimiento sionista, pues advirtió de su sustrato supremacista… y hoy, en la destrucción de Gaza, vemos a qué punto ha llegado.

Arendt fue una mujer valiente y brillante, que se atrevió a pensar y a cuestionar hechos que marcaron una de las mayores tragedias del siglo XX. Ella, que pudo escapar de la Alemania nazi tras estar detenida ocho días a manos de la Gestapo, supo estructurar un pensamiento profundo que nos ayuda a pensar sobre lo que ocurre en nuestro mundo de hoy, ante nuestros propios ojos, y que estamos permitiendo que se repitan crímenes que en Núremberg, hace 80 años, fueron definidos como “crímenes contra la humanidad”. La banalidad del mal continúa entre nosotros y, hasta que podamos ver más allá, seguiremos siendo esclavos de los hechos y de la obediencia sin cuestionar y pensar.

Otra de sus obras capitales, Los orígenes del totalitarismo (1951), también es una lectura muy exigente y necesaria y es también el reflejo de su vida, de su tiempo, del exilio primero en Francia, después en Estados Unidos, del dolor de sentirse apátrida.

La justificación de masacres que Occidente toleró o ignoró nos recuerda desgraciadamente que las cosas no cambian solas. Tenemos que vernos en el espejo de la Historia para condenar los mismos hechos atroces y horribles que sucedieron durante la Segunda Guerra Mundial. En Oriente Próximo no habrá una paz verdadera sin un Estado palestino viable, respetado y tan extenso como lo prevén las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Hay que repetirlo una y mil veces para que se nos quite la ceguera de los ojos y sobre todo de la mente.

 

Clara Melanie Zaglul Zaiter

Doctora en Psiquiatría

Resido en Madrid de forma permanente desde 1999. Actualmente trabajo como Médica en la Consejería de Asuntos Sociales y Familia (COMUNIDAD AUTONOMA DE MADRID). Formada como Médica en UNIBE promoción 1996. Doctorada en Psiquiatría por la Universidad Complutense de Madrid 2001. Alumna del Doctor Juan José López Ibor y Juan Coullaut Jáuregui. Desde la Psiquiatría paso al estudio de la Demencia y el Deterioro Cognitivo Precoz. Experiencia profesional en el área de Demencias sector asistencial en grandes dependiente para las actividades básicas de la vida diaria por más de 20 años.

Ver más