¡Por fin!…Al cabo de justo 136 días, que son los que hasta hoy cuenta el año, el país ha logrado la felicidad basada en la paz callejera; en el no tener nada qué hacer, ni querer hacer lo que se debe; en hablar sobre lo que ocurrió ayer en las Grandes Ligas; en bajar un litro en no más de tres manos de dominó con los mejores amigos; en definir, con respeto a quien trabaja en la cocina, el plato principal del mediodía; en recordar aquel delgado primer amor de la vida, que hoy lamentablemente es un ser feo, deformado por más de doscientas libras…¡Por fin, gozamos de un fin de semana feliz, sin campaña electoral!