Cada cierto tiempo se presenta en la opinión publica y en las redes sociales opiniones, discursos y comentarios que apuntan hacia el análisis de las familias dominicanas con generalizaciones sustentadas en el desconocimiento de la realidad social.
En esa lectura sesgada de las familias se hacen afirmaciones de que las mismas se “desintegran” , “destruyen” o son “descuidadas” desde elementos como los siguientes:
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Concepto de familia.
En la perspectiva de la Antropología del Parentesco (Strauss 1972) se conceptualiza a la familia desde la unidad de residencia y se ha excluido de la definición la reproducción que no siempre ha formado parte ni forma parte de varias familias en las diferentes sociedades y grupos sociales.
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Desconocimiento sobre la diversidad de estructuras familiares existentes en nuestra historia.
En nuestra historia social hemos contado con familias extensas, familias nucleares (formadas por parejas e hijos/as) familias monoparentales (matrilineales y patrilineales). Estas estructuras tienen raíces históricas y se presentan en la actualidad. Somos una sociedad culturalmente sincrética con un sostén patriarcal que refuerza el machismo y la poligamia-oculta lo que se mezcla con una cultura afrocaribeña que refuerza el tejido familiar extenso desde redes de cuidado y apoyo entre mujeres. Se presentan históricamente hombres jefes de varias familias, ¿cuál de esas familias han contado y cuentan con la presencia de padres físicamente? Gran parte de los matrimonios son uniones consensuales, la poligamia pasa desapercibida y varias familias tienen un mismo padre que está presente para algunas y para otras no.
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El factor destructor principal de un tipo de familia, la familia nuclear, es el machismo y la violencia de género e intrafamiliar.
Gran parte de las familias en nuestra sociedad desde los diferentes estratos y contextos sociales cuentan con relaciones basadas en el ejercicio de violencia. Las relaciones entre personas adultas y la niñez al interior de las familias esta sostenidas en violencia psicológica, física y verbal y la ausencia del respeto a los derechos de niños, niñas y adolescentes. Igualmente ocurre en las relaciones de pareja en la que el hombre impone un ejercicio de poder autoritario desde la violencia hacia su pareja femenina desde manifestaciones físicas, verbales y sexuales.
El machismo se convierte en el principal factor “destructor” de la familia nuclear que: provoca paternidad ausente y con ello familias monoparentales, y fortalece la masculinidad violenta en perjuicio de la mujer entendiéndose así que la relación conyugal le da permiso a los hombres para violentar los derechos de las mujeres incluyendo en ello la autonomía que debe tener la mujer sobre su cuerpo y su decisión sobre cuando y como tener relaciones sexuales con su pareja.
Otros aspectos que explican como el machismo destruye la familia son:
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Despoja al hombre de su responsabilidad paterna, no se le educa para ser padre sino para ser “macho” con múltiples parejas sin relación con hijos e hijas desde la afectividad y el acompañamiento educativo.
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Genera familias monoparentales como consecuencia de la paternidad ausente y la poligamia
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Fortalece la masculinidad violenta en perjuicio de la mujer
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Fomenta una relación conyugal en la que los hombres tienen permiso para violentar los derechos de las mujeres
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Niega la autonomía que debe tener la mujer sobre su cuerpo y su decisión sobre cuando y como tener relaciones sexuales con su pareja.
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Destruye las relaciones afectivas en las parejas al establecer pautas de imposición y poder del hombre sobre la mujer y la cosificación de la mujer en objeto sexual.
Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY
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