De los siete días con el pueblo, una noche, en casa de teatro, el Topo nos tocó el corazón. Llegó con su guitarra y empezó a cantar. Su pequeña estatura iba creciendo con su voz, tocando el techo del teatro, saliendo por las ventanas para acariciar las estrellas. Maravillosa voz, excelentes composiciones. Nos hizo amar con más ternura a la Isla del Encanto. Esa noche afianzamos como nunca el compromiso de luchar y solidarizarnos con todos los esfuerzos independentistas. En verdad, se creció la pequeña isla con las canciones de Antonio Caban Vale. Valor y ternura brotaba de su voz en compañía del majestuoso manejo de esa guitarra que plañía de alegría y dolor, pero con tantas esperanzas que nos comprometía con el hermano pueblo, sometido al neocolonialismo del pentagonismo.
Le llegó el turno a una canción homenaje. El Topo, explicó el origen y la dedicatoria a una mártir de Puerto Rico: Antonia Martínez Lagares, asesinada por las fuerza policiales al servicio del ocupante, violador de la soberanía de la patria de Emeterio Betances, Eugenio María de Hostos y Pedro Albizu Campos.
Escuchamos en total silencio el homenaje:
"Antonia, tu nombre es una historia de un pueblo que se busca y se ha encontrado en ti.
Antonia, tu nombre es como un alba los pájaros desatan la luz del porvenir.
Antonia, los pueblos no perdonan un día esa ley se ha de cumplir.
Aquellos que un día derramaron tus pétalos de sangre no sabían que así echaban
las semillas en el aire y a la vista del pueblo habrían de surgir.
Antonia, los pueblos no perdonan un día esa ley se ha de cumplir.
Tu muerte la juventud la canta es bandera en sus labios y es bala de fusil.
Antonia, aquí estamos presentes para mostrarle al mundo la luz que nace en ti.”
Esa noche, lágrimas salían de los ojos de los presentes. Y con la voz del Topo, esa elegía en canción, nos hacía ver a Minerva, a María Teresa, a Patria, a Marina Mosquea y Sagrario Ercira Díaz. En ellas a todas las madres, todas las mujeres dominicanas y puertorriqueña que han sufrido tanto por las pérdidas de sus seres queridos en manos de las dictaduras y del fascismo.
El 23 de julio falleció Antonio Caban Vale. Entre todas sus composiciones dejo al pueblo de Puerto Rico una hermosa canción, convertida en himno:
“VERDE LUZ”
Verde luz de monte y mar
Isla virgen del coral
Si me ausento de tus playas rumorosas
Si me alejo de tus palmas silenciosas
Quiero volver, quiero volver
A sentir la tibia arena
A dormir en tus riveras
Isla mía, flor cautiva
Para ti quiero tener
Libre tu suelo
Sola tu estrella
Isla doncella, quiero tener
Verde luz de monte y mar.