La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 y los analistas consideraban que los Ejércitos en pugna tenían un poder militar equilibrado y que cualquiera de los contendientes que lograra que Estados Unidos de América luchara a su favor tendría asegurada la victoria. Por tal razón, Alemania preparó una sabia estrategia tratando de impedir que EEUU interviniera en esa guerra de Europa. Esa astuta táctica partía de la premisa de que, independientemente de su fortaleza, EEUU no era capaz de participar simultáneamente en dos contiendas y que si luchaban en una guerra en América no tendría ni la capacidad ni la decisión de envolverse en la guerra mundial que se desarrollaba en Europa. Por tal razón comenzando año 1917 el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Arthur Zimmermann le envió un telegrama al embajador alemán en Washington para que a su vez lo enviara al embajador alemán en México y que debía entregarlo al presidente de México Venustiano Carranza. En esencia el telegrama solicitaba que México se aliara con Alemania y declarara la guerra a EEUU ofreciéndole a cambio por esa participación guerrera que México recibiría el retorno de los terrenos que perdió en la guerra contra EEUU, es decir los territorios de Nuevo México, Arizona y Texas. Ante esa seductora propuesta Carranza consultó con el ministro de la Guerra el valiente soldado Álvaro Obregón, quien había vencido en Celaya a Pancho Villa. Obregón indicó que la decisión de declarar la guerra a EEUU era muy riesgosa y por tanto México rechazó la oferta. El texto del telegrama se dio a conocer en la prensa de Inglaterra y EEUU, país que se alarmó al conocer el texto del telegrama que era un territorio que también había perdido México en la guerra del 1846-1848. En el telegrama no se mencionaba a California uno de los territorios que también México había perdido porque Zimmermann había hecho un trato oculto mediante el cual si Alemania ganaba la guerra California sería otorgada a Japón. El mensaje original dirigido a Washington fue interceptado y descifrado por los servicios de inteligencia de Inglaterra. De inmediato Inglaterra entregó ese texto a EEUU y aunque México no declaró la guerra a su vecino del norte el telegrama provocó una gran indignación en EEUU y que incidió en que EEUU adelantara su participación en la Guerra Mundial que fue ganada por el llamado Bando Aliado al cual se había incorporado EEUU. En esa guerra sufrió la derrota el bando al que pertenecía Alemania, que se vio obligada a aceptar el “Pacto de Versalles” en que se incluyeron  severas penas a Alemania como país perdedor. Tales penas incluían castigos políticos mediante los cuales Alemania tuvo que entregar parte de su territorio a los ganadores. Además, hubo sanciones económicas mediante las cuales Alemania tuvo que pagar grandes sumas a los vencedores. También tuvo que cumplir con la desmilitarización para que Alemania no tuviera la tentación de comenzar otra guerra. El “Pacto de Versalles” se materializó en el 1919 y 20 años después, en 1939, Alemania invadió a Polonia iniciándose la Segunda Guerra Mundial que culminaría en 1945 con el triunfo de los Aliados, que incluía a EEUU, Inglaterra, Francia y la Unión Soviética. El final de esa guerra comenzó con la rendición de Japón después que EEUU usara la bomba nuclear en Hiroshima y Nagasaki y después de la toma de Berlín por el ejército soviético que provocó el suicidio de Adolf Hitler.

Los dirigentes de Alemania siempre sostuvieron el criterio de que la Primera Guerra Mundial sería ganada por el bando que fuera apoyado por EEUU. Lo que ocurrió en la realidad de los hechos coincidió plenamente con los criterios de Alemania. EEUU fue parte del grupo aliado que ganó la Primera Guerra Mundial y eso se repitió también en la Segunda Guerra Mundial.

Si se hubiese hecho realidad la oferta de Zimmermann hubiera ocurrido una guerra bestial entre EEUU y México con la posibilidad de que EEUU le ganara la guerra a México y EEUU podría haberse apoderado de casi la totalidad de América del Norte, exceptuando a Canadá.

Eulogio Santaella

Ingeniero

Ingeniero. Fue administrador del Consejo Estatal del Azúcar y embajador en Washington. Profesor universitario. Empresario.

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