El reto, sin duda, está planteado. La economía dominicana enfrenta un entorno internacional complejo, con presiones fiscales y una demanda global más débil. Pero, como ha ocurrido en otros momentos, su capacidad de adaptación y resiliencia puede marcar la diferencia entre un año modesto y uno de consolidación. Difícil, sí. Pero no imposible.
A pesar de la reducción a la baja del crecimiento proyectado por el Banco Mundial y otros organismos, la economía dominicana aún podría superar el umbral del 3 % al cierre del año. Este escenario dependerá, en gran medida, de una combinación de factores que tienden a acelerarse en los últimos meses. Hasta septiembre, el país ha recibido casi 8.6 millones de visitantes, de los cuales 588,131 fueron extranjeros no residentes solo en ese mes, consolidando al turismo como uno de los pilares más dinámicos de la economía. A ello se suma la tradicional aceleración del gasto público en el último trimestre, que impulsa la construcción, el comercio y el empleo; una recuperación gradual de la industria y las zonas francas, favorecida por mejores condiciones externas; y una política monetaria más flexible, que está empezando a reactivar el crédito y el consumo. En conjunto, estos elementos podrían permitir que la economía dominicana cierre el año con una expansión cercana al 3.4 %, superando así las previsiones más conservadoras y reafirmando su capacidad de resiliencia en un entorno internacional desafiante.
No. | Factor | Posible aporte al PIB |
1 | Aceleración del gasto público | +0.3 a +0.5 pp |
2 | Repunte turístico | +0.2 a +0.3 pp |
3 | Reactivación industrial | +0.2 pp |
4 | Crédito privado más dinámico | +0.3 pp |
5 | Exportaciones y comercio | +0.2 pp |
Total potencial estimado | Aprox. +1.2-1.5 pp adicionales |
Se debe mantener la inflación controlada (4 ±1%), el tipo de cambio estable y un entorno de confianza, el sector privado podría acelerar inversiones pendientes. También debe haber una recuperación del comercio con Haití, aunque sea de manera parcial, además de un aumento en las exportaciones de minerales y productos agroindustriales (como el cacao, el oro y los dispositivos médicos) ayudarían para sostener el crecimiento.
Como el Banco Central ha reducido su tasa de política monetaria, se espera que empiece a reactivar el crédito a hogares y empresas. Si el crédito al sector privado crece más rápido en el último trimestre (por encima del 12%), eso se reflejaría en mayor consumo y actividad comercial. La clave está en que los bancos transmitan efectivamente la reducción de tasas a sus clientes. Por otro lado, si las zonas francas mantienen su dinamismo exportador y la industria nacional mejora su capacidad operativa, el aporte conjunto podría elevar el crecimiento total por encima del 3%.
Y por último, El gobierno debe acelerar la inversión pública en los últimos meses del año (infraestructura, mantenimiento vial, proyectos sociales, etc.). Un aumento del gasto de capital y de consumo público dinamiza sectores como construcción, comercio y transporte, que tienen alto efecto multiplicador. Si se ejecuta cerca del 90-95% del presupuesto, principalmente de capital, esto puede añadir entre 0.3 y 0.5 puntos porcentuales al PIB.
Para que la República Dominicana logre superar el 3% de crecimiento económico al cierre del año, pese a la desaceleración observada hasta agosto, tendrían que confluir varios factores en el último cuatrimestre. El reto está planteado, difícil pero no imposible, complicado pero lograble.
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