Alberto Wagner Reyna es una excelente síntesis de sus orígenes alemán y peruano. Recibió una exquisita educación en ambas lenguas y en 1935 fue a Alemania a estudiar en dos universidades, la de Berlín y la de Friburgo. En esa última fue discípulo de Heidegger. Todas esas circunstancias lo convirtieron en uno de los primeros latinoamericanos en llevar las ideas heideggerianas a nuestro continente. Su libro La ontología fundamental de Heidegger. Su motivo y significación, publicado en Buenos Aires en 1939, explica Ser y Tiempo para el público latinoamericano. Es bueno recordar que la primera traducción de Ser y Tiempo al castellano la realizó José Gaos en 1951 y fue publicada por Fondo de Cultura Económica. La valoración del libro de Wagner únicamente la podía realizar en 1939 en nuestro continente quien leyera alemán. La primera traducción al inglés fue en 1962 y la francesa no se conocerá hasta 1964.
El propósito del libro de Wagner es doble: “…mostrar que el fin primordial de la investigación filosófica de Heidegger es la aclaración del ser como tal y que — por lo tanto — el análisis existencial sólo es un medio para conseguir este fin”. El segundo propósito es: “…poner de manifiesto que la temporalidad es para este filósofo el condicionante ontológico de la existencia humana”. Sobre el análisis existencial mencionado en el primero, es afín al título del libro de Edith Stein del 1936: La Filosofía Existencial De Martin Heidegger. Wagner destaca que el esfuerzo en aclarar el concepto de ser en Heidegger se alcanza mediante el análisis existencial.
Inmediatamente Wagner enfatiza el primer propósito en los siguientes términos. “…interpretar la filosofía heideggeriana como Metafísica general que para su realización necesita del análisis existencial, que se convierte por esto en Ontología Fundamental” Aclaremos esto. La Metafísica es más amplia que la Ontología. La Ontología es parte de la Metafísica, es su fundamento. La Ontología se dedica a estudiar el ser en cuanto ser, valga decir la razón de la existencia de todo lo existente. La Metafísica estudia la estructura de las variadas formas de existencia, sus relaciones, y el horizonte conceptual de lo real. Por eso al referirse a la Metafísica se habla de ella como general, pero al indicar la Ontología se específica su carácter fundamental.
Al analizar la pregunta sobre el ser Heidegger certeramente observa que no es posible preguntar sobre el ser si no tenemos alguna comprensión de este. Señala el autor de Ser y Tiempo: “…el sentido del ser ya debe estar de alguna manera a nuestra disposición. Como se ha dicho, nos movemos desde siempre en una comprensión del ser. Desde ella brota la pregunta explícita por el sentido del ser y la tendencia a su concepto”. Si no tuviéramos esa comprensión previa no podríamos “apuntar” hacia la cuestión del ser como problema.
Cuando Heidegger habla de Ontología Fundamental lo vincula -en los primero momentos de su obra Ser y Tiempo– con la Analítica existencial, que se expresa en el estudio del Dasein. Juan Manuel Navarro Cordón, enfatiza que: “la Ontología Fundamental (Fundamentalontologie) como Analítica existencial del Dasein (existenzialen Analytik des Daseins) es un título precario, provisional”. Volveré sobre ese tema luego. Este es un punto clave para entender el rechazo de Heidegger a ser considerado existencialista. Navarro enfatiza que en las obras posteriores a Ser y Tiempo Heidegger sostendrá la provisionalidad de ese uso de la Analítica Existencial.
Esta vinculación entre existencialismo y ontología en Heidegger es considerada por Wagner como un movimiento circular. “Importa llamar la atención sobre el movimiento circular de la investigación de Heidegger; la aclaración del concepto de ser requiere el previo despejo del concepto de existencia humana y éste, a su vez, requiere conocimiento de lo que es ser”. Este es el resultado de que el Dasein sea quien pregunte y a la vez el único en responder sobre el sentido del ser. Continúa Wagner. “Este hecho está fundado en el carácter mismo del ente cognoscente humano, que para adquirir claridad sobre alguna cosa o idea requiere necesariamente una comprensión preontológica de la cosa o hecho en cuestión (como ya indicamos). Ésta sirve de punto de mira hacia el cual se ha de realizar el conocimiento”.
No es un razonamiento circular, como falacia que nos enseña la lógica. Afirma Wagner, por tanto: “El progreso en círculo no es por lo tanto una falla del método de Heidegger; por el contrario, se presenta fácticamente en toda captura cognoscitiva y es la posibilidad de toda investigación”. Desde la Metafísica Heidegger avanza hacia la Ontología, en la primera encuentra la comprensión preontológica y desde ella avanzar hacia la Ontología.
El mismo Heidegger en los último párrafos del acápite dos (§2) reconoce que, aunque aparenta una círculo vicioso, no lo es. “…no hay ningún círculo vicioso en ese modo de plantear la pregunta (a partir de una preconcepción del ente en su ser). Un ente puede determinarse en su ser sin que sea necesario disponer previamente del concepto explícito del sentido del ser”. En consecuencia: “Un ente puede determinarse en su ser sin que sea necesario disponer previamente del concepto explícito del sentido del ser. De lo contrario, no podría haber hasta ahora ningún conocimiento ontológico; y nadie pretenderá negar que lo haya”. Sin una concepción previa del ser no podríamos avanzar hacia el ser.
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