Después de dos meses en La Casa Blanca (en este nuevo periodo) no queda ninguna duda que el trumpismo trabaja primero que nada para restablecer y apuntalar la hegemonía norteamericana en términos económicos y geopolíticos. Adiós al orden mundial establecido después de la Segunda Guerra Mundial. Adiós a la OTAN y a la relación de sociedad con Europa. Pronto igual adiós a la ONU. Adiós a las instituciones y a las ideas globalistas.
En términos económicos la receta es aranceles para todos, para China, para México, para Canada, para Europa, para países amigos igual. La narrativa de America Primero es creíble para sus seguidores porque ven con hechos que está defendiendo la producción norteamericana. Créditos para autos siempre que sean fabricados en USA.
Desde el día 1 el nuevo gobierno busca posicionar que está cumpliendo sus promesas (PROMISES MADE -> PROMISES KEPT), lo cual ademas de mostrar al Presidente como un gestor efectivo, lo separa de los políticos que solo prometen y después se olvidan. Por supuesto la primera gran promesa cumplida ha sido detener la inmigración ilegal y recuperar el control de la frontera a través del envío de efectivos militares, redadas permanentes, y deportaciones masivas.
La otra gran promesa cumplida del Trumpismo pasa por acabar con la cultura “Woke”. Nada de deportistas trans compitiendo con mujeres. Nada de tres baños. En el Gobierno de USA hay solo dos sexos: mujeres y hombres. Cero tolerancia a lo que para muchos de sus seguidores es percibido como un intento de adoctrinamiento desde la agenda de género. Cero tolerancia con la visión DEI (En ingles: Diversity, Equality and Inclusion. En castellano: Diversidad, igualdad e inclusión).
Para el trumpismo el Gobierno es el enemigo. Por eso la inundación de “noticias” (o fake news) escandalosas que evidencian la putrefacción del aparato burocrático gubernamental. Dos ejemplos: 1) “Identificamos y detuvimos el envío de 50 millones de dólares a Gaza para comprar condones para Hamás” (Secretaria de Prensa Karoline Leavitt el 28/01), y 2) “Tal vez Crepúsculo sea real y haya muchos vampiros cobrando Seguridad Social” (Post en X de Elon Musk del 17/02 que presentaba una tabla con datos que insinuaban que habían personas de mas de 150 años cobrando beneficios de la Seguridad Social). El mensaje es claro: es urgente cortar la “grasa” del gobierno a fondo. No en vano en una encuesta de IPSOS/Reuters de fines de enero la medida gubernamental mas celebrada era justamente la reducción del Gobierno Federal (61% a favor).
La estrategia de Trump siempre ha pasado por contrastar con sus antecesores, y por definir/etiquetar a sus adversarios y villanos (internos y externos). Ahora la Estrategia es la Agenda: Control absoluto de la conversación pública con anuncios, amenazas y ataques en paralelo que hacen prácticamente imposible que medios tradicionales y opositores le sigan el ritmo al Presidente.
En la dinámica digital híper polarizada el presidente se mueve como pez en el agua provocando y desviando la atención hacia donde el desea. Utiliza ahora un nuevo modelo que llamaremos “Comunicacion Pornográfica”: a algunos les gusta, a otros les disgusta, no se puede dejar de hablar de la misma, y una vez que la ves no puedes sacarla de tu mente. Su video creado con Inteligencia Artificial sobre el futuro de Gaza es el mejor ejemplo. Para algunos es una genialidad, para otros una provocación, para otros es una maldad e indigno de ser parte de la comunicación oficial del Presidente, pero es imposible no hablar del video de Trump en Gaza tomándose un coctel junto a Netanyahu.
Con sus simpatizantes y sus detractores, el trumpismo cada día suma a mas liderazgos mundiales que incorporan sus ideas y valores a sus narrativas: Dureza contra la inmigración, Nacionalismo, Proteccionismo comercial, Anti Globalismo, Anti Woke, Anti DEI, Ataque permanente a la eficiencia del Gobierno, y Defensa irrestricta de la libertad de expresión absoluta en el mundo digital. Independientemente de gustos, el trumpismo debe ser visto ya como una corriente mundial de pensamiento y un estilo de liderazgo.
La Doctrina Trumpista avanza y se expande. ¿Y el Anti Trumpismo? Organizándose, suponemos.
Compartir esta nota