La diáspora dominicana es la más integral, numérica y solidaria de todas las que he conocido en el mundo. Este planteamiento es objetivo y se verifica desde el punto de vista sociográfico, económico y de la solidaridad con el país de origen.

Una simple reflexión puede llevarnos a lógicas conclusiones sobre el formidable impacto de la diáspora dominicana en el desarrollo nacional del país.

Una primera conclusión de un simple análisis sobre el impacto económico y social de nuestra diáspora lo constituye el hecho del significativo monto de cerca de 12 mil millones de dólares que ella aporta a la economía dominicana cada año.

¿Qué sería de nuestra economía sin ese aporte económico realizado por los dominicanos que viven en ultramar?

La diáspora dominicana aporta cerca de 12 mil millones de dólares anuales, sosteniendo la estabilidad económica del país

Todos los gobiernos que ha tenido la República Dominicana se han beneficiado de la estabilidad económica garantizada por nuestra diáspora a través del envío de sus remesas.

Si bien es cierto que dicho aporte financiero es importante por el monto en miles de millones de dólares que ingresan al país, sin que los gobiernos tengan que gestionarlos, no es menos cierto que la forma distributiva como se realizan socioeconómicamente dichas divisas también impacta sobre la disminución de la pobreza.

Se hace necesario el diseño, elaboración y ejecución de un proyecto de desarrollo en los territorios para promover inversiones de nuestra diáspora, con la mejor asesoría del propio Estado dominicano, y este debe exonerar de impuestos a cada una de las empresas fomentadas por nuestros compatriotas que residen en el exterior, aunque sueñen permanentemente con la patria que los vio nacer.

Invertir en los territorios de origen con apoyo estatal sería una forma justa de retribuir el compromiso de quienes viven en el exterior

Un proyecto de esa naturaleza sería la mejor forma de agradecer, desde el Gobierno y desde el país, el gran aporte que realizan los dominicanos desde playas extranjeras.

Al abordar el territorio, partimos de la premisa de que los hombres y mujeres de nuestra diáspora habrán de estar inclinados a invertir en proyectos locales de sus propias provincias por su sentimiento de pertenencia con relación a su terruño. De hecho, esta es una condición que suma un valor agregado a los proyectos que puedan emprenderse.

Rafael Nino Féliz

Educador

Nacido en El Cachón, Barahona. Graduado de Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Se desempeñó como técnico de varios departamentos del Ministerio de Educación. Director de Organización de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC). Director de la Dirección de Bienestar Estudiantil; Tesorero General y dos veces Vicerrector de Extensión. Actualmente docente en las cátedras de Teorías y Crítica de la Literatura y Letras Básicas. Ha publicado más de diez libro de poesía.

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