Cuando decimos que Mercurio está retrógrado, no significa que el planeta esté girando hacia atrás en su órbita. En realidad, se trata de una ilusión óptica que se produce por la diferencia de velocidad entre la Tierra y Mercurio alrededor del Sol.

Como Mercurio es el planeta más cercano al Sol, completa su órbita mucho más rápido —en unos 88 días—, y varias veces al año nos da la impresión de que se detiene y retrocede, cuando en realidad solo está siendo alcanzado y sobrepasado por la Tierra en su movimiento. Desde nuestra perspectiva, su trayectoria parece invertirse, pero es solo una cuestión de punto de vista.

Este fenómeno ocurre tres o cuatro veces al año, y cada retrogradación dura unas tres semanas. Si sumamos esos periodos a las llamadas zonas de sombra —los días antes y después en los que Mercurio recorre los mismos grados del zodiaco—, podríamos decir que casi la mitad del año vivimos bajo la influencia de Mercurio retrógrado. Entonces, no se trata de un evento excepcional, sino que es parte del ritmo regular de nuestras vidas.

Mercurio retrógrado tiene mala fama. Se le culpa de contratiempos tecnológicos, malentendidos en la comunicación y planes que no salen como esperábamos. Pero si Mercurio rige la comunicación, los intercambios, los viajes cortos, las ideas y la mente racional, su movimiento retrógrado lo que señala son los momentos en los que esos ámbitos de nuestra vida necesitan revisión, silencio, reacomodo.

Ahora bien, ¿cómo se vive eso en un mundo en el que dependemos tanto de la tecnología y de la información constante?

¿Por qué Mercurio retrógrado se ha vuelto tan relevante ahora, cuando antes no se hablaba de eso?

Se puede argumentar que es porque la astrología se ha vuelto mainstream, pero es importante observar cómo la necesidad del celular y de la comunicación constante, junto con la falta de pausa y reflexión, donde queremos externalizar y compartir todo, y el hecho de que nos sustentamos tanto en el pensamiento racional y lineal, hacen que cuando Mercurio nos pide pausa y revisión sobre estas cosas, parezca que todo se está cayendo a pedazos, todo se vuelve una interrupción y un aparente caos.

Entonces, ¿qué podemos hacer para honrar el cambio de ritmo, la pausa, la revisión y la escucha interna que nos indica los retrógrados de Mercurio que necesitamos?

Mercurio retrógrado en Sagitario

El 9 de noviembre Mercurio comenzó su movimiento retrógrado, invitándonos a revisar el año que está por concluir. Inició este proceso en Sagitario, donde permanecerá hasta el 18 de noviembre, antes de regresar a Escorpio, signo en el que continuará retrogradando hasta el 29.

Sagitario es la flecha, el buscador del zodíaco que explora el significado de la vida, las experiencias y sus posibilidades. Su energía nos invita a expandir nuestras perspectivas, a descubrir un propósito y a vivir las experiencias en toda su plenitud, extrayendo de ellas el sentido que da forma a nuestras creencias. Para Sagitario, la verdad es subjetiva, cada quien está aquí para encontrar la suya.

Cuando Mercurio está retrógrado en Sagitario, nos invita a revisar nuestras creencias y a preguntarnos cómo nos estamos permitiendo experimentar lo que la vida nos trae. Si nos hemos quedado demasiado fijos en ciertas ideas, si todavía nos damos permiso de explorar nuevas formas de pensar y de vivir. Si seguimos repitiendo pensamientos ya construidos, sin cuestionarlos. Este tránsito nos pide observar si hay vitalidad en nuestro sentido de la vida, si nuestros propósitos aún nos inspiran o si necesitan ser revisados. ¿Cuál es tu verdad?

Este retrógrado de Mercurio responde a Júpiter, por ser el planeta regente de Sagitario. Justo ayer, 11 de noviembre, Júpiter comenzó también su movimiento retrógrado, por lo que este Mercurio retro en Sagitario está respondiendo a un Júpiter en Cáncer que, a su vez, está revisando sus propias aguas.

Júpiter, exaltado en Cáncer, representa la confianza en la vida misma. Júpiter expande todo lo que toca, y lo que se viene expandiendo durante su tránsito por Cáncer es el cuidado, la sensibilidad emocional, la nutrición, la conexión con las raíces y la base, la apertura del corazón.

¿Qué quiere decir que Mercurio retrógrado en Sagitario responda a Júpiter retrógrado en Cáncer? La mente (Mercurio) está intentando revisar su manera de entender el mundo (Sagitario), pero esa revisión está teñida por una introspección emocional más profunda (Júpiter retrógrado en Cáncer).

Es como si la búsqueda de sentido (Sagitario) no pudiera separarse ahora de las emociones, los afectos y la necesidad de seguridad emocional (Cáncer). Mercurio es la energía que busca siempre comprender y explicar, pero Júpiter —desde Cáncer y en retroceso— le recuerda que no todo se entiende desde la mente, sino también desde el cuerpo, y desde lo que sentimos y cuidamos.

Este retrógrado no trae solo una revisión de nuestras creencias filosóficas, sino también de nuestras creencias emocionales. Una buena pregunta para este momento es, ¿qué verdades sostenemos porque nos ofrecen un sentido de seguridad, y no porque necesariamente sean verdaderas o saludables?

También es un momento de reencuentro con las raíces, de reconectar con la familia o con el pasado para entender cómo nuestras experiencias formaron la manera en que pensamos y hemos decidido existir en el mundo.

Démonos el chance de revisar nuestros propósitos preguntándonos no sólo qué quiero lograr a futuro, sino también qué me nutre aquí y ahora.

Mercurio reingresando a Escorpio

Luego, el 18 de noviembre, Mercurio en su movimiento retrógrado reingresa en Escorpio. Cuando lo hace, la mente racional se ve obligada a soltar. No se trata de pensar —lo que más le gusta a Mercurio—, sino de sentir lo que pensamos.

Escorpio es el signo que atraviesa las profundidades invisibles del inframundo, despeja capas, desentierra significados, verdades y los hilos ocultos que se mueven bajo la superficie. Mercurio en Escorpio sabe que hay mucho más de lo que vemos, que hay más en la comunicación que las palabras que decimos, que hay más en nuestras perspectivas que las historias que contamos. Sabe que hay un mundo entero —invisible, pero intensamente vivo— que moldea, guía e influye nuestra realidad cotidiana.

Con Mercurio en Escorpio la comunicación se vuelve corporal, emocional, subterránea, incluso psíquica. Este tránsito nos recuerda que el conocimiento no siempre proviene de la claridad o la iluminación —esa idea occidental que privilegia la transparencia, la linealidad y la exposición—, sino también del misterio, del ritmo, de escuchar el cuerpo, de la conexión con lo que nos rodea, de la quietud, de habitar la sombra, de lo no traducible.

En este segundo tramo del retrógrado, Mercurio responde a Marte (regente tradicional de Escorpio) y a Plutón (su regente moderno), y nos lleva al inconsciente, al mundo interno donde habitan las emociones, las heridas, las memorias y los miedos que han configurado nuestras creencias sobre el mundo. Ya sean propias o heredadas, todo esto tiene un origen, y desde ese origen se filtran hacia nuestro presente.

Pero mientras Mercurio desciende hacia las profundidades escorpianas, las fuerzas que lo gobiernan apuntan hacia adelante. Marte en Sagitario habla de una acción con sentido y dirección, y  Plutón en Acuario impulsa la transformación colectiva, la visión a futuro, la conciencia de red, de comunidad, de lo compartido, de lo que se construye juntos.

Podemos sentir, entonces, una tensión entre lo íntimo y lo colectivo, entre el deseo de resguardarnos y la necesidad de participar en algo más grande. Este Mercurio retrógrado en Escorpio, bajo la influencia de Marte y Plutón, nos pide mirar las raíces de nuestra acción, ¿desde dónde actuamos? ¿desde qué deseo?

Esta es una oportunidad para encontrarnos con las partes de nosotros mismos que han sido mantenidas fuera de la conciencia. Podemos ver este tránsito como una invitación a empezar a limpiarnos de viejos patrones de control, silencio o desconfianza, y cultivar espacios de comunicación e intercambio más vulnerables y transformadores.

Pero entonces, ¿qué hacemos con los contratiempos?

Mercurio rige la conexión, y cuando está retrógrado inevitablemente habrá momentos en que se interrumpan las cosas que nos permiten conectar con el afuera —como la comunicación, la tecnología, los contratos, los viajes. No es lo ideal para nuestros ritmos acelerados, pero las energías que nos habitan no están al servicio del sistema, sino de nuestro crecimiento. Estas pausas o interferencias llegan como recordatorio de que necesitamos conectar hacia adentro tanto como conectamos hacia afuera.

Lo que se puede hacer durante este tiempo es moverse con más atención, leer dos o tres veces antes de firmar algo, confirmar fechas y detalles si vas a comprar vuelos o cerrar acuerdos, revisar con cuidado cualquier mensaje o documento importante, asegurarte de que el mensaje que envías sea a la persona correcta y hacer backup de los archivos que no quieras perder.

Las conversaciones significativas que ocurran ahora pueden no llegar a una conclusión inmediata, puede ser necesario dejar que las cosas reposen y volver a ellas cuando Mercurio esté directo. También es un buen momento para escuchar más —escuchar antes de hablar, en lugar de reaccionar— y para repensar lo que realmente queremos comunicar y cómo. No tomar decisiones apresuradas.

Y mientras termino de escribir estas líneas, se va la luz en todo el país.

Adela Dore

Artista visual y Astróloga

Artista visual y astróloga. Desde 2016 ofrece consultas, encuentros y espacios de formación en astrología como herramienta de autoconocimiento y reconexión interior. Forma parte del equipo de KnowTheZodiac como escritora y astróloga consultora.

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