Sinceramente, si pudiera ir a vivir en la región fronteriza, lo haría. Por el simple placer de pasar las tardes en casa de vecinos dominicanos, comentando la actualidad y la vida real, en directo. Lejos de las sofisticaciones tecnológicas, hablar, cantar como se hacía hace quizás un siglo o más. No cuento sueños. Me he dado cuenta de que en julio de 2025, los funcionarios disponen de las mayores facilidades tecnológicas y se olvidan de saber comunicarse, como seres humanos. Porque, al margen de todas las divergencias y tantas complicaciones institucionales, hemos decidido no hablar más. O nos sentimos demasiado superiores para aprender a hacerlo. Sinceramente, si la vida me permite pasar algún tiempo en la región fronteriza, buscaré a un profesor para enseñarme a hablar al atardecer.  Me encanta el atardecer en Santo Domingo, aún no lo he vivido en la región fronteriza.

Hemos aceptado un mundo en el que todo lo superficial y fastuoso tiene que prevalecer, porque así lo ha dicho Eduardo Galeano con respecto al precio del ataúd y el costo de los funerales. En realidad hemos aceptado construir un mundo donde los robots se burlen de nosotros. Lamentablemente veo que vivimos en un mundo donde hablar ya no está de moda. Si envías una verdadera declaración de amor a través de Whatsapp, seguramente recibirás un pequeño dibujo que no tiene nada que ver con la intensidad de tu declaración. Observando la increíble multiplicación de los conflictos armados, es casi lo mismo. Muy pocas personas se dan cuenta de que vivimos en una guerra mundial que todo el mundo tiene miedo de llamar por su verdadero nombre.

Nosotros, simples ciudadanos, constatamos cada vez más que todas las reuniones de nuestros dirigentes producen pocos resultados para la paz y el bienestar de las comunidades. Me gustaría saber cómo preparan el primer café del amanecer en la frontera. Cómo se hace la comida y se comparte, lejos del rígido protocolo de los grandes hoteles 5 estrellas de la capital. Cómo se lee y se escribe en la frontera, cuando se está lejos de las grandes bibliotecas y cibercafés, equipados con los últimos modelos de software. Continúo con mis sueños preguntándome si el lector no cree que estoy un poco loco. Pero soy sincero en mi locura de saber cómo funciona la vida real alrededor de una frontera que evitamos amar.

EN ESTA NOTA

Gilbert Mervilus

Historiador

Nacido en Puerto Príncipe en el año 1963, Gilbert Mervilus es especialista en historia, pintura y literatura haitiana. Tras realizar sus estudios en la capital del país, se especializó en Gramática, Historia de la Lengua Española y Literatura de España y América Latina en diversos cursos de formación. Posteriormente ha realizado estudios avanzados en Literatura y Arte francés. Inicia sus actividades como profesor de español en 1986, a las que siguieron las de Traductor e Intérprete en 1988; Traductor de Corresponsales Extranjeros en Prensa; Profesor de Español en la Universidad de Quisqueya (1998–2001); traductor en el Ejército de la E.U.A. de 1993 a 1994; traductor e Intérprete Oficial del Ministerio de Salud Pública (2001–04). Es autor de numerosas publicaciones y conferencias [ La Historia de la Pintura Haitiana ,Costa Rica, 1988; La Pintura Moderna,1993; Una Nueva Cotización del Arte Haitiano,octubre1994]; y traductor jurado.

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