En el 2017, acompañado del lente maravilloso -y el dron- de Marvin del Cid, publiqué una serie de artículo sobre los principales edificios de la calle El Conde con el título de “Redescubrir El Conde”. En aquella ocasión reseñé los edificios icónicos de Benigno Trueba, el Baquero, el Diez, el Cerame y el Olalla, que desafiaron el ciclón de San Zenón y dieron perfil cosmopolita a la vieja ciudad de Santo Domingo. Señalé la presencia del primer edificio moderno, el Copello, obra de Guillermo González. Expresé la importancia y la estética moderna del Conde 15, frente a la Catedral. Todos ellos, deshabitados, pero magníficos, como muestran las dramáticas imágenes y videos de Marvin.

Escribí sobre uno de los edifico más interesante de El Conde, la Casa Plavime, de Antonio Caro Álvarez y Leo Pou Ricart; sobre los trabajos de don Billie Reid Cabral y Nani Reyes, el CHM, y el Jaar, deformados por diferentes intervenciones.

Señalé la sólida imagen institucional del Palacio Consistorial, de Osvaldo Báez y su amorío de esquina con el Hotel El Conde, diseño de los catalanes Auñón y Ortíz y me deleité con la sensualidad del edificio Feris de un desconocido Vetilio Rivera Caminero. Asmismo reseñé la imponencia y el pertinente rescate del Edificio Saviñón, diseño de Gloria Iglesias Molina en un delicioso estilo art deco

Después de 8 años de aquellas publicaciones todos estos edificios, representantes de la mejor modernidad dominicana, se encuentran en peores condiciones, recuérdese que, sin motivos aparentes, ni permiso de Patrimonio Monumental, se despojó al Copello su distintiva pared de bloques de vidrio. Ese kilómetro de historia, que es la calle El Conde, se ha ido dejando sin intervenir en cada plan que se formula sobre la Ciudad Colonial. Conocemos la interesante propuesta sobre la calle desarrollada por Marcos Barinas y su equipo, la cual se ha discutido en varias ocasiones, pero aún no hay señales de que esta, o cualquier otra propuesta, vaya a ejecutarse para mejorar la calle principal de la Ciudad Colonial, y cada día más el deterioro y la arrabalización se apoderan de esta vía.

A partir de la situación actual de la calle El Conde creo necesario buscar una salida inmediata, un plan de manejo y protección de contingencia que se pueda empezar a implementar de manera, si no inmediata, por lo menos rápida. Para eso hay que partir de un diagnóstico, y ya se han hecho varios, que permita establecer una estrategia de intervención que pudiéramos llamar de protección inmediata, que contemple los aspectos básicos de limpieza, iluminación, y seguridad.

Un programa de limpieza que asuma la recogida de basura periódica, contenedores de basura adecuados y la limpieza y reparación adecuada- no los parches mal hechos que se hacen sin ninguna sensibilidad- del pavimento. Sobre la iluminación, que se tenga en cuenta el cambio no solo de las bombillas quemadas, sino que se contemple cambiar unas lámparas inadecuadas (afortunadamente, y luego de escribir estas notas, se ha comenzado el proceso de cambiarlas) y por la seguridad que se disponga de un patrullaje las 24 horas y que se instalen cámaras de seguridad.

Esta planificación de contingencia debe refrendarse con una normativa específica de uso de suelo que califique los usos preferenciales y que disponga que todo local comercial que esté establecido o quiera establecerse en El Conde debe contar con un certificado de uso de suelo. No es posible que en una calle tan importante no se controle los usos de suelo y se instalen indiscriminadamente cualquier tipo de negocios, algunos de dudosa reputación.

Con respecto a los edificios abandonados por años de alguna manera se debe negociar con los propietarios sobre su puesta en valor y uso en un tiempo prudente o, de lo contrario, se le aplicarían penalidades impositivas o se declararían de interés público. Cuesta creer que con estos edificios se está practicando la táctica de los “solares de engorde” que afecta toda la ciudad.

Mi temor es que ese abandono convierta posteriormente a El Conde en un campo para la práctica de la gentrificación sin control y la lleve a la pérdida de su auténtico carácter urbano, sustituyéndolo por esa tendencia de convertir los centros históricos en un parque temático.

Omar Rancier

Arquitecto

Omar Rancier es arquitecto. Fundador del Grupo Nueva Arquitectura. Decano de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Tiene un blog de temas arquitectónicos llamado Penélope. http://rancier-penelope.blogspot.com

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