El presidente Petro anuncia una consulta popular alrededor de sus propuestas de reformas de salud y laboral, reformas que no han avanzado a través del Congreso. El encuadre del presidente es claro: si los congresistas intentan detener el proceso de cambio elegido por el pueblo, entonces que sea el pueblo el que decida, y nada es más democrático que las decisiones del pueblo.

Esta decisión, este anuncio le permite al presidente definir los términos del debate: "nosotros queremos cambiar el país, nosotros estamos de tu lado, ellos (sus opositores) ponen obstáculos, ellos están en contra del pueblo". Desde esta perspectiva, la culpa de que no se hayan logrado muchas de las promesas originales de cambio recae en la oposición.

Por supuesto este encuadre solo es aceptado por quienes simpatizan con el presidente y/o por quienes tienen una opinión altamente desfavorable de la clase política tradicional. El presidente busca justamente eso, un referendo sobre la clase política tradicional. La consulta le da una nueva oportunidad de hacer campaña y defender su proceso de cambio. Si la consulta sale adelante, nada ni nadie impedirá que Petro salga pueblo por pueblo a explicar por qué estas reformas deben aprobarse.

En la otra esquina, quienes legítimamente se oponen por diferentes razones al presidente y a su gobierno intentarán justamente lo contrario, impulsar un referendo sobre el presidente y su gestión. Esta estrategia parece tener sentido en función de algunas encuestas recientes, Guarumo de Febrero muestra que un 52.6% califica el desempeño del presidente como pésimo o malo, en la misma dirección Celag de inicios de marzo no es muy distinta, 57.2% califica negativamente la gestión del mandatario, finalmente en la misma línea, Invamer de febrero muestra un 63% de desaprobación del presidente.

Entre los desafíos del presidente hay que destacar: 1) Posicionar la consulta como una oportunidad democrática en la que será el pueblo el que decidirá, 2) Recuperar el mensaje que le dio sentido a su victoria, pasar de un gobierno que “no puede”, a un gobierno que se atreve nuevamente a luchar por cambios profundos, 3) Definir a los adversarios de las reformas como adversarios de la gente, 4) Energizar y movilizar a sus simpatizantes, y 5) “Rescatar” votantes que creyeron en el proceso de cambio y hoy están a medio camino entre decepcionados y desesperanzados.

Quienes se oponen a la consulta tienen igualmente tareas por resolver, comenzando por evitar caer en el encuadre del presidente Petro de “Pueblo vs. Políticos".  Cuidado si la oposición a las reformas y a la consulta solo es visibilizada desde los partidos, liderazgos y precandidatos opuestos al presidente.  Idealmente la coalición opositora debe ser capaz de integrar un gran frente de organizaciones sociales, políticas y económicas.

Mayo 2026 está a la vuelta de la esquina. La gran pregunta pasa por ver si los precandidatos opositores al presidente privilegiaran sus agendas personales o ¿se integrarán a una campaña mayor a la de ellos mismos? Muchos candidatos parecieran estar convencidos de que convertirse en el AntiPetrista de la semana es una gran estrategia de largo plazo, esto quizás les funciona a algunos, pero otros harían bien en comenzar a hablarles al país menos polarizado que no se siente representado ni en el Petrismo ni en el antiPetrismo.

Otra duda a resolver es la referida a la unidad opositora, ¿de verdad los ciudadanos aspiran a un club de políticos contra Petro? ¿Los candidatos nuevos o los que aspiran a representar una opción menos polarizada van a salir a marchar de la mano de políticos que han criticado toda la vida? Petro ha cambiado el tablero con la consulta, las precandidaturas de cara al 2026 deben recalibrar sus próximas jugadas. Comiencen por explicar por qué estas reformas no son positivas para Colombia y como cada uno de ustedes las implementarían si fuera el caso.

Falta mucho en esta novela. Aceptemos que el primer round lo gana Petro. Atención liderazgos opositores, cuidado con pelearse con la idea de que el pueblo decida. Más democracia siempre suena bien.

Ricardo Amado Castillo

Consultor político

Ricardo Amado Castillo es Profesor de Movilización de Bases en la Maestría de Comunicación Política y Gobernanza Estratégica de The George Washington University. Recientemente ha asesorado campañas y gobiernos en Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Panamá, y República Dominicana.

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