El Buen Espíritu (B.E) se manifiesta en nuestro interior a través de “mociones”; ese movimiento interior son las invitaciones de Dios, impulsos, sugerencias, ráfagas de pensamientos buenos… que me llevan a hacer presente al Otro como a Mí, el Reino de Dios: donde haya justicia, comida para todos, paz, alegría, a ninguna persona le falte nada, somos solidarios, generosos, entrega sin límites al Otro y seamos libres, iguales y diferentes, las diferencias nos enriquecen; hay respeto, defensa de la vida personal y de la naturaleza; se reconoce y se da a cada quien lo que le pertenece. AsÍ, llegamos a ser NOSOTROS; y se satisfacen las necesidades; pero lo determinante es la PAZ INTERIOR VIVIDA, que es el Sello de la Presencia del Reino del Ser Trascendente, Dios: “Sí. Pero no…”, la parusía se hace presente; pero continúan las necesidades y el ansia de Más…

Aquí te presento un esquema para que veas cómo se mueven el B.E. y el M.E. dentro de mí, dentro de cada persona:

CONSOLACIÓN: es un estado espiritual que genera una actitud de entrega total, aunque a veces se puede manifestar como desolación; por ejemplo, cuando Dios me invita de una manera seca, dura = prueba. Tiene características de desolación, pero en el fondo permanece la paz y hay fuerzas naturales; no me aleja de mi consigna: lo que le da sentido a mi vida, tiene apariencia de trampa del M.E; mi Valor Originario, mi absoluto personal, lo innegociable, permanece firme…

La Consolación hace crecer mi solidaridad sinodal y mi interés por el Reino de Dios. Me da una PAZ HONDA. No se duda de la presencia de Dios. Están presentes las 4 características del Reino de Dios, que veremos más adelante.

CONSOLACIÓN SIN PRECEDENTE: puede ser que me acontezca en mi interior que no encuentre una explicación a lo que estoy experimentando. S. Ignacio sentía a Dios en sus ojos, Dios confirmaba su presencia con lágrimas…, no sé por qué lloro y me siento en paz… A veces una “consolación sin precedentes” puede expresarse superando mi modo de ser o en contra de mi modo de ser; me doy cuenta que lo acontecido no es mío, cuando pasa, permanezco alegre, entusiasmado, con ganas de vivir mi entrega con más radicalidad…

PRUEBA: Dios me invita de una manera seca, dura. Tiene características de desolación; pero en el fondo permanece la PAZ. Continúan las fuerzas naturales; me acerca a mi Consigna=mi V.O.

ATENCIÒN: hay que saber distinguir entre consolación sin precedente y lo que yo pueda imaginar o añadir a lo de Dios. Las consolaciones sin precedentes siempre son de Dios. Permanecen y se pueden volver a disfrutar. Los caprichos, lo que yo invento diciendo que Dios me ha revelado…, se olvida y se rechaza…

¿Por dónde han ido las grandes consolaciones de mi vida?

DESOLACIÒN: quita la paz de raíz. Me lleva a un menos precio personal y de los demás. Me deja sin fuerzas naturales. Me separa de mi consigna. Son las consecuencias de lo que vimos en el artículo anterior que le llamamos TRAMPAS DEL M.E.

FALSA CONSOLACIÒN: pienso algo bueno que me atrae, pero me confunde… Se me presenta como “sub angelo lucis”(como ángel de luz) = idealismo que me aleja de la práctica llevándome al futuro huyendo del presente. Yo soy el criterio de verdad. Genera en mí la soberbia. Desciendo en fe, esperanza y caridad. Genera rechazo hacia mí mismo. Me des-autoestima. Éstas son unas de las consecuencias de las TRAMPAS del M.E., 2ª semana o época…

¿CÒMO PUEDO SABER SI UNA CONSOLACIÒN ES AUTÈNTICA?: la mejor indicación la adquiero por el discernimiento. Las reglas básicas del discernimiento se resumen en:

  1. Qué experimento?
  2. A dónde me lleva?
  • Si lo que experimento me lleva al Reino de Dios y sus características: Que se beneficien los más necesitados, en primer lugar, y que no sea pura compulsión, sino que sea real lo que dice: Mt.25, 31ss.: “lo que hiciste a uno de mis hermanos más necesitado, a mí me lo hiciste”, es de Dios.
  • Que mi actuar sea misericordioso; Jesús dice:” ser misericordioso como Mi Padre es misericordioso”, Mc.6,36; tenemos que “ser como Dios”, quien beneficia al oprimido y al opresor…, ambos necesitan salvación… Es de Dios.

(Atención: puedo buscar otros objetivos diferentes a los del Padre Dios. Adán y Eva querían ser como Dios en el Poder…, para someter a los demás…), Gn. 5,3, raíz del pecado…

  • Si lo que hago me mete en problemas… El Señor nos anuncia que nos va a ir mal. Los que tienen el poder nos califican mal, nos persiguen. No podemos actuar por revancha. Mt.5,10: “dichosos los perseguidos…”. “Si el mundo les odia, sepan que a mí me ha odiado antes que a Ustedes”, Jn. 15,18-21. Es de Dios
  • Si me mantengo humilde, como “Siervo inútil soy, he hecho lo debido…” LC. 17,10. Es de Dios.

Que yo me atienda a mí mismo. Que me mantenga siendo misericordioso. Que no me engrandezca, ni me haga el mártir…

Estas son las cuatro características, para saber si lo que hago es la voluntad de Dios, lo que el Buen Espíritu me sugiere, me invita, me propone.

Recordemos que el discernimiento puede ser: personal o acompañado.

Dios es más exigente que quienes acompañan espiritualmente porque solo Dios sabe los “talentos” que le da a cada uno y la decisión final es fruto del proceso de discernimiento que indica el paso siguiente; en ese sentido, el discernimiento no puede extenderse indefinidamente; el mismo proceso indica el final: cuando el diálogo entre Acompañante y Acompañado coincide en la conclusión. Ambos necesitan conocer la Voluntad de Dios. Según cada quien…

Si el discernimiento es acompañado y no hay coincidencia en la conclusión, aparece un componente nuevo: objeción de conciencia…

Regino Martínez S.J.

Sacerdote

El sacerdote Regino Martínez es el coordinador del Servicio Jesuita para los Migrantes Refugiados en Dajabón.

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