El ahorro es una de las principales herramientas de seguridad financiera, pero su valor real no siempre es comprendido a cabalidad. Muchas personas miden su estabilidad económica en función de la cantidad de dinero que tienen en sus cuentas bancarias, sin considerar que su poder adquisitivo puede disminuir con el tiempo debido a factores externos como la inflación o las crisis económicas.

El valor del dinero no depende sólo del monto ahorrado, sino de su capacidad para adquirir bienes y servicios en un mercado en constante fluctuación. Es posible que, en tiempos de crisis, una persona pierda una parte significativa de su patrimonio sin haber retirado ni un solo peso del banco.

En la actualidad, la incertidumbre económica se ha intensificado con la volatilidad de los mercados financieros y las tensiones comerciales internacionales. La guerra de aranceles ha generado inestabilidad en la economía global, impactando mercados de valores como el de Estados Unidos, donde las ventas masivas de acciones han provocado un desplome en Wall Street.

Ante este panorama, aquellos ciudadanos que no cuentan con margen de maniobra económica deben adoptar estrategias de inversión inteligentes. Optar por bienes inmobiliarios o emprendimientos, aunque sea con beneficios moderados, puede ser una alternativa más segura para resguardar el valor de su dinero.

Las crisis económicas suelen golpear primero a los ahorros familiares, haciendo que el esfuerzo de toda una vida pueda evaporarse en cuestión de meses. Un ejemplo ilustrativo lo encontramos en la historia de Berenice y Juana, dos amigas universitarias con un capital similar de doscientos mil pesos depositados en el mismo banco.

Un día, tras finalizar su jornada académica, Berenice conversó con su amigo Francisco Luciano sobre la posibilidad de comprar una porción de tierra en Barahona. Francisco le dio un consejo determinante: " Compra esa tierra de una vez, porque lo único que no crece en el mundo es la tierra". Berenice siguió su recomendación y realizó la inversión.

Hoy, su compra se ha revalorizado hasta alcanzar los ocho millones de pesos. Juana, en cambio, ha mantenido su dinero en el banco, donde sólo ha recibido intereses mínimos. Lo que en su momento parecía una fortuna, con el tiempo se ha convertido en un capital estancado y sólo le alcanza para la compra de algunos enseres para equipar su oficina o apartamento.

Este ejemplo deja una lección clara: el ahorro es fundamental, pero saber invertirlo de manera estratégica es lo que realmente garantiza estabilidad financiera en tiempos de incertidumbre.

EN ESTA NOTA

Rafael Nino Féliz

Educador

Nacido en El Cachón, Barahona. Graduado de Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Se desempeñó como técnico de varios departamentos del Ministerio de Educación. Director de Organización de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC). Director de la Dirección de Bienestar Estudiantil; Tesorero General y dos veces Vicerrector de Extensión. Actualmente docente en las cátedras de Teorías y Crítica de la Literatura y Letras Básicas. Ha publicado más de diez libro de poesía.

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