El Seminario APRENDO 2025 de EDUCA en su 29.ª edición, y dedicado al tema de Tecnologías Emergentes, se inauguró el viernes 21 de noviembre y en mi artículo del 24 de noviembre en este mismo periódico ACENTO, comenté las dos primeras presentaciones. Paso ahora a comentar las siguientes:
La presentación de CLARO, en dos magníficos presentadores colombianos, parte del contexto humano y social de Colombia y, en particular, del municipio de Soacha, un territorio marcado por grandes desafíos en pobreza, infraestructura y acceso a servicios, pero también por avances significativos en políticas públicas educativas, ampliación de jornada escolar, gratuidad y alimentación escolar. Este punto de partida plantea una premisa esencial: la tecnología, y en especial la inteligencia artificial, solo tiene sentido cuando se pone al servicio de comunidades reales, diversas y con necesidades profundas, permitiendo ampliar oportunidades y democratizar aprendizajes.
En este marco, Claro expone su rol como aliado estratégico en la transformación educativa, impulsando programas como Escuelas Conectadas, Aprende con Claro y el Desafío Escuelas Conectadas, que durante tres años ha fomentado proyectos estudiantiles de impacto ambiental, social y académico. Las imágenes de los estudiantes trabajando, prototipando y presentando soluciones revelan un enfoque que integra metodologías activas como el Design Thinking, el pensamiento STEM+ y la creatividad aplicada a problemas reales. La IA aparece aquí no como un sustituto del docente, sino como una herramienta para potenciar su labor, fortalecer la empatía y ampliar el alcance de la enseñanza.
Este caso demuestra cómo la innovación tecnológica accesible puede transformar vidas, restaurar movilidad y autonomía, y construir aprendizajes profundamente vinculados a la ética, la inclusión y el servicio comunitario. La IA también se aborda desde sus bases conceptuales —percepción, razonamiento, aprendizaje e interacción natural—, recordando que su impacto es mayor cuando se integra con propósito y reflexión.
Finalmente, la presentación articula un mensaje ético central: el futuro exige conectar tecnología con humanidad. La educación es el puente que convierte el avance técnico en bienestar social; las redes docentes colaborativas, los proyectos locales y la reflexión sobre el buen uso de la IA configuran una visión donde el progreso no es solo digital, sino humano. Como señala la frase de cierre, la tecnología puede ampliar la inteligencia del mundo, pero solo la educación puede expandir su humanidad. Esa es la esencia profunda del documento: una invitación a abrazar la IA sin perder el corazón pedagógico que da sentido a la escuela y al país.
La presentación de Equality plantea que vivimos en un mundo profundamente complejo, marcado por una crisis de paradigmas que ha desestabilizado las instituciones tradicionales y la forma clásica de entender la realidad. El modelo de pensamiento basado en la separación y la reducción —herencia de Newton, Descartes, Kant y Hobbes— ya no basta para explicar problemas que hoy son interdependientes y multidimensionales. Las personas no viven necesidades fragmentadas; enfrentan desafíos que atraviesan simultáneamente educación, salud, vivienda, ambiente y transporte, lo que exige superar la mirada sectorial clásica.
Ante esta complejidad, el documento propone pensar políticamente desde la infraestructura, entendida como sistemas integrados capaces de habilitar transformaciones profundas en la sociedad. Así como en la historia los grandes cambios fueron posibles gracias a tecnologías de propósito general —por ejemplo, la máquina de vapor que aceleró el desarrollo humano—, hoy la inteligencia artificial emerge como una nueva infraestructura cognitiva que puede potenciar el desarrollo económico, social y humano de forma exponencial.
El cierre de la presentación introduce el concepto de Inteligencia Pública: la IA como infraestructura pública que debe ser universal, guiada por valores sociales y orientada a crear bienes públicos permanentes. Pasar de “información pública” a “inteligencia pública” implica un cambio de paradigma: de documentos estáticos a interfaces dinámicas; de lo descriptivo a lo prescriptivo; del pasado al futuro. Este enfoque reconoce que el acceso a capacidades cognitivas avanzadas es ya un requisito para participar plenamente en la vida pública, y plantea que la inteligencia —como el agua o la electricidad— debe ser accesible para todos, porque es un derecho humano.
Lucero es una inteligencia artificial diseñada específicamente para docentes y equipos de gestión de la República Dominicana, creada en colaboración entre Mentu y el Instituto 512. La plataforma combina herramientas digitales con formación humana para aliviar la sobrecarga docente, apoyar la planificación, facilitar la atención a la diversidad y fortalecer el acompañamiento pedagógico. Está alineada con el currículo dominicano y cumple con altos estándares de privacidad, posicionándose como un asistente integral para mejorar la práctica educativa y reforzar el vínculo entre escuela y familia.
El piloto se desarrolla con rigor metodológico, utilizando grupos de tratamiento y control para medir el impacto real en las prácticas pedagógicas y la gestión escolar. Participan 25 centros de intervención y 25 de control, distribuidos en 12 regionales y 18 distritos, involucrando a 189 docentes, 61 miembros de equipos de gestión y más de 4,000 estudiantes. La ruta de trabajo incluye talleres presenciales y virtuales, visitas mensuales, espacios de acompañamiento y uso continuo de las herramientas de Lucero para planificación, observación de clase, comunicación con familias y análisis de datos.
Los resultados preliminares muestran un uso sólido de la plataforma y niveles de activación que superan ampliamente los estándares internacionales. Según las cifras presentadas, Lucero alcanzó una tasa de activación del 54.20% en el día 1, muy por encima del percentil 90 global; al día 14 mantiene un 24.04%, cuando el estándar internacional cae por debajo del 9%. Además, se logró reducir el tiempo de planificación de más de una hora por clase a unos 7 minutos promedio. Estos indicadores evidencian que Lucero no solo facilita procesos, sino que mejora la eficiencia docente y abre un camino prometedor para transformar la enseñanza apoyada en IA en el país.
La presentación expone la visión de Lux Mundi sobre un humanismo digital donde la tecnología sirve para potenciar, nunca sustituir, la esencia humana. Desde esta perspectiva, la escuela asume que antes que las herramientas están los estudiantes, y que la innovación solo tiene valor si fortalece vínculos, desarrolla pensamiento crítico y aporta bienestar ético y social. Su filosofía centra a la persona en el proceso educativo y promueve un equilibrio responsable entre progreso tecnológico y formación integral.
El recorrido muestra una integración gradual, intencionada y pedagógicamente sólida de diversas herramientas: organización digital, simuladores, realidad aumentada y virtual, inteligencia artificial para explorar, analizar y debatir, así como programas de ciudadanía digital. En Primaria se enfatiza el asombro, la curiosidad y los fundamentos; en Secundaria, el análisis, la verificación de fuentes y el rol del estudiante como auditor crítico. La tecnología se utiliza como puente para aprender, investigar y comprender el mundo, no como un fin en sí mismo.
Finalmente, el documento subraya que nada de esto es posible sin maestros formados de manera continua, acompañados y capaces de aplicar la IA con ética, protección de datos y discernimiento digital. Las lecciones aprendidas apuntan a la necesidad de equilibrio entre lo humano y lo digital, regulación del uso de pantallas según la edad y trabajo conjunto con las familias. La invitación final es a construir comunidades educativas que vivan una cultura digital ética, creativa y transformadora, donde la tecnología ilumine y potencie lo mejor del ser humano.
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