Los resultados de dos estudios comparativos realizados por psicólogos sociales y neuropsicólogos de las Universidades de Harvard y Cambridge refieren, que la mayoría de los jóvenes eligen a sus novios o novias por sus atractivos físicos, sin conocer sus valores, gustos, prioridades y preferencias.

La atracción física, no solo condiciona a los jóvenes, sino que también la mayoría de los adultos consultados eligen a sus parejas, hombre o mujer, al quedar obnubilados/as por los atractivos y los encantos físicos que provocaron el flechazo de Cupido.

No obstante, la medicina y la psicología saben que las personas experimentamos cambios biológicos que transforman el cuerpo humano durante su proceso de desarrollo y crecimiento y que, los atractivos físicos, cambian significativamente con la edad.

Según los resultados de los dos estudios a los que nos referimos en el primer párrafo de este artículo, la mayoría de las personas elegimos al novio, a la novia o a la pareja, sin tomar en cuenta lo siguiente: (a) Dedicar el tiempo de calidad para conversar con la otra parte sobre los valores, los principios, los gustos, las preferencias y la proyección de vida de la persona que nos atrae físicamente.

Además, (b) idealizar a la persona con la que nos estamos relacionado, lapsus mental que nos podría provocar desilusión, sufrimientos inmerecidos, dolor y frustración; (c) desconocer las características de una atracción física temporal o coyuntural, sin valorar los riesgos a los que nos estamos exponiendo en materia sentimental y psicoemocional.

Asimismo, (d) pensar que la persona que nos atrae físicamente cambiará los hábitos, las conductas, las actitudes y los comportamientos que no nos agradan después que formalicemos nuestras relaciones de noviazgo y/o de parejas.

En relación contenido del párrafo anterior, los Tratados de Psicología Social refieren, que son escasos los casos de las personas que han cambiado sus actitudes, sus hábitos y sus comportamientos después de formalizar sus relaciones de noviazgo y/o de parejas.

Por último, (e) que las relaciones de noviazgo y de parejas no se mantienen en el tiempo, si las relaciones sólo están sustentadas en los atractivos y los encantos físicos que posee uno a ambos novios o los miembros de las parejas.

Según los datos extraídos de los estudios realizados por los expertos de Harvard y Cambridge sobre los atractivos físicos que poseen las personas, el 62% de las 346,683 parejas que participaron en dichos estudios dijeron, que se habían enamorado de sus parejas por los encantos y los atractivos fijos que poseían su medio naranja.

No obstante agregaron que, las fortalezas de sus relaciones de parejas se han fortalecido sobre la base del respeto, la confianza, la tolerancia, la honestidad, la integridad, la creatividad y la puesta en marcha de proyectos de vidas en común y, no sólo, sobre las bases de los atractivos físicos que poseen ambos conyugues.

Por su parte, los Tratados de Psicología Social refieren que las relaciones de parejas deberían basarse sobre las bases de la lealtad, la solidaridad, la admiración y, el reconocimiento mutuo de las cualidades propias de cada uno los conyugues.

Además, los Tratados de Psicología mencionados en el párrafo anterior refieren, que las relaciones de parejas se fortalecen cuando ambos conyugues son tolerantes, comprensivos y establecen un estilo de comunicación asertiva y, a su vez, se manifiestan gestos de amor 24/7.

Asimismo, los Tratados de Psicología Social refieren que el amor debe ser un acto inteligente, lo que les permite a los novios y a las parejas desarrollar la capacidad de aceptar al otro o a la otra, tal y como es. En ese contexto, el amor es percibido como un gesto de compromisos genuino por parte de los novios y/o conyugues.

De nuestro lado, los especialistas en higiene y salud mental sabemos, que construir relaciones de parejas duraderas, requiere renunciar a los hábitos, a las actitudes y a los comportamientos que ponen el riesgo sus relaciones conyugales, evitando infidelidades y otros actos que destruyen la confianza entre los miembros de las parejas.

Como usted ha podido apreciar en el cuerpo de este artículo, las relaciones de parejas deben sustentarse en principios y valores morales, éticos y espirituales sólidos. Construir relaciones de parejas sanas, sólidas y duraderas es posible. Para lograrlo, las parejas debemos renunciar a nuestras miserias humanas y actuar con respeto, creatividad e innovación frente a nuestros cónyuges.

Finalmente, atrevámonos a ser referentes o espejos como parejas para que nuestros hijos aprendan a construir relaciones de noviazgo y conyugales nutritivas, sanas y duraderas, en una Sociedad en el que el rol de la Familia está siendo sustituido por antivalores que ponen en riesgo la convivencia humana en los cinco Continentes.

“En una relación sana de noviazgo y/o de parejas, ambos miembros se apoyan mutuamente para crecer” (ANONIMO).

Telésforo González Mercado

Psicología Social

Telesforo Gonzalez Mercado es Especialista en Psicología Social, Dr. en Planificación Estratégica, académico e investigador. Profesor y tutor para estudiantes de Maestrías y Doctorados en Ciencia para estudiantes de los USA y Canada. Es Conferencista y articulista sobre temas relacionados con el medio ambiente y el cambio climático, resiliencia, construcción de ciudadanía, planificación estratégica, inteligencia emocional y liderazgo. Es Experto en Cooperación Internacional para el Desarrollo. Fue Rector de la Universidad Agroforestal Fernando Arturo de Meriño (UAFAM).

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