El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció que el esquema de seguridad del senador Miguel Uribe Turbay fue reducido de siete a tres escoltas el mismo día en que ocurrió el atentado.
El jefe de Estado informó que ordenó una investigación exhaustiva sobre esta reducción, la cual calificó como “extraña” y fue discutida en el más reciente consejo de seguridad.
Petro también reveló que su vida está bajo amenaza, asegurando que “su cabeza ya tiene precio” y que ha sido blanco de presuntas fuerzas “oscuras, neonazis y no republicanas”, tanto nacionales como extranjeras, las cuales no identificó.
Fines electorales
El mandatario criticó a sectores políticos que, según él, están utilizando el atentado con fines electorales, lo que consideró peligroso para la paz y la estabilidad social del país.
Aunque reconoció que algunos contradictores han actuado con prudencia, advirtió que otros buscan impedir el respaldo del gobierno a las clases trabajadora y popular.
Recordó que fue elegido en 2022 con un mandato claro de construir un gobierno de la vida, la paz y el cambio, con base en un Estado social de derecho.
Petro reiteró su compromiso con la justicia social como vía para alcanzar una paz duradera en Colombia, y expresó su pesar por la falta de comprensión de este enfoque por parte de ciertos sectores sociales.
Finalmente, subrayó que las investigaciones sobre el atentado aún se encuentran en fase de hipótesis y que es su responsabilidad compartir la información disponible de forma transparente.
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