Casi la mitad de Cuba (el 49 %) sufrirá apagones simultáneos programados para el horario de la tarde-noche cuando aumenta la demanda de energía, informó este lunes la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
La compañía, adscrita al Ministerio de Energía y Minas, anunció además la salida de la red eléctrica nacional de la central térmica Antonio Guiteras durante cinco días por un “mantenimiento impostergable”. Esta fábrica de energía, ubicada en la provincia de Matanzas (oeste), es una de las más importantes del país.
Las averías y mantenimientos en las centrales térmicas -con años décadas en explotación-, así como la falta de combustible son las principales causas de la crítica situación energética en el país, según el Gobierno cubano.
Los habituales cortes de energía alcanzan las 20 horas diarias en varias comunidades del país, lo que paraliza la vida en gran medida y genera descontento social.
Como reflejo de la crisis energética, han ocurrido cuatro apagones nacionales en menos de seis meses. El último de ellos registrado a mediados de marzo pasado cuando todo el país permaneció a oscuras durante un fin de semana completo.
La UNE calcula para el horario pico en la tarde-noche de este lunes una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.790 megavatios (MW) para una demanda de 3.400 MW.
Esto supondrá un déficit (la diferencia entre oferta y demanda) de 1.610 MW y una afectación (lo que se desconecta realmente para evitar apagones desordenados) de 1.680 MW.
No obstante, siempre se superan las previsiones iniciales debido al elevado índice de afectación que surgen durante el resto de la jornada incluyendo la noche.
La estatal de energía detalló en su informe diario que siete de las 20 unidades de producción termoeléctrica (distribuidas en siete centrales) están fuera de servicio por averías o mantenimientos. Agregó que 81 centrales de generación distribuida (motores) se encuentran fuera de servicio por falta de combustible (diesel y fueloil).
Las centrales termoeléctricas cubanas están en su mayoría obsoletas, tras décadas de explotación y un déficit crónico de inversión y mantenimiento; mientras que los motores están fuera de servicio por la falta de divisas del país para importar combustible.
Expertos independientes señalan que la crisis energética responde a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959. El Gobierno cubano destaca por su parte el impacto de las sanciones estadounidenses a este sector.
Diversos cálculos independientes estiman que el Gobierno necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar la red eléctrica.
Los frecuentes apagones lastran la economía cubana, que se contrajo un 1,9 % en 2023 y no creció el año pasado, según estimaciones del propio Gobierno. Según esas cifras, el PIB de la isla sigue por debajo de los niveles de 2019 y no lo superará este 2025, para el que el Ejecutivo prevé un avance del 1 %.
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