El pasado 14 de marzo, Donald Trump firmó un decreto presidencial para reducir al mínimo la financiación gubernamental a medios que operan en el exterior, como Voz de América, Radio Free Europe y Radio Martí. La medida, que ha sido condenada por otros medios y organismos internacionales, se suma a otras acciones por las cuales la nueva Administración ha sido criticado por vulnerar libertad de prensa en Estados Unidos. ¿Qué consecuencias tiene la medida? Lo analizamos.
Bajo el lema de "luchar contra la propaganda", Donald Trump continúa con su objetivo de redefinir la realidad mediática en Estados Unidos y el mundo. Momentos después de que el Congreso estadounidense superara los miedos por un posible 'shutdown' debido a desacuerdos por el presupuesto, el presidente firmó una orden ejecutiva para desmantelar la Agencia para los Medios Globales (USAGM).
La USAGM es una agencia gubernamental estadounidense que suministra de fondos a varios medios de comunicación en el extranjero que fungen como voces importantes dentro de países con libertad de prensa limitada. Voz de América (VOA), Radio Free Europe y Radio Martí son algunos de los espacios que dependen del financiamiento de Washington.
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Un día después de la orden de Trump, que exige a la USAGM rebajar sus actividades al mínimo exigido por la ley, Kari Lake, consejera principal de la agencia, publicó en redes sociales que los empleados del organismo deberían de revisar sus correos electrónicos. Antes, Crystal Thomas, directora de Recursos Humanos del USAGM, había enviado cientos de e-mails a los trabajadores de VOA, avisando que están bajo licencia administrativa.
El corte de fondos para medios como VOA o Radio Martí, que se encargan de distribuir noticias en países con situaciones políticas convulsas como Cuba, se suma a un amplio aparato de políticas que el mandatario estadounidense ha tomado en sus primeros meses en la Casa Blanca.
Solo en febrero, la Administración del republicano anunció el veto a periodistas de la agencia Associated Press (AP) a las conferencias presidenciales, debido a que la empresa se negó a cambiar el nombre de Golfo de México a 'Golfo de América' en sus coberturas, según reveló Julie Pe, editora ejecutiva de AP.
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Para algunos expertos, el recorte contra de los medios de comunicación responde a uno de los objetivos más preciados —y evidentes— objetivos de la nueva Administración estadounidense: controlar la narrativa.
"El control de la narrativa global ha sido una de las principales estrategias de la Administración Trump. La reducción del financiamiento a medios no solo afecta su capacidad operativa, sino que también genera interrogantes sobre las verdaderas intenciones detrás de estas decisiones", apuntó Alejandro Martín del Campo, director del Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey, para France 24.
El "método brutal" de Trump preocupa a la prensa
El mundo periodístico ha expresado su solidaridad con los medios afectados por los cortes de Trump, además de mostrar su rechazo con la nueva política tomada por el magnate neoyorquino y compartir su preocupación por la posible caída de uno de los 'faros de la verdad' en el mundo.
En un comunicado conjunto, France Medias Monde y la Deutsche Welle (DW) criticaron duramente la política de recortes del presidente estadounidense, mencionando que medios como VOA representan "un bastión contra la desinformación y la manipulación que corre el riesgo de desaparecer". Además, ambas cadenas europeas lamentan el "método brutal" de la Casa Blanca.
"Millones de espectadores, lectores y usuarios de internet se ven hoy privados de una fuente de información en países donde tienen poco o ningún acceso a información equilibrada y verificada", advirtieron ambas cadenas en su comunicado.
Por otro lado, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) lamentó la decisión de dejar a su suerte a VOA y Radio Martí, medios que, a nivel continental, llevan información a "países con tiranía", según el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Carlos Jornet.
Comunidades de opositores cubanos y exiliados en Estados Unidos se han unido a la manifestación en contra del recorte de fondos.
Sin embargo, no todas las reacciones son negativas. Desde Moscú, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitry Peskov, calificó a los medios de comunicación afectados como "pura propaganda". Además, desestimó la importancia de su influencia en la sociedad rusa, donde son poco conocidos, según el funcionario.
"Bueno, estos medios de comunicación, de hecho, difícilmente pueden clasificarse como populares y demandados en la Federación Rusa, por lo que realmente no nos concierne, pero se trata de una decisión interna de la Administración estadounidense", Peskov para medios locales.
En 2024, el Kremlin designó a Radio Free Europe como una "organización indeseable".
Trump se lanza por el control de la verdad
Además de las reacciones que genera fuera de Estados Unidos, la tajante decisión de Trump pone sobre la cuerda floja la continuidad en las operaciones cuatro espacios periodísticos que se han encargado de moldear la visión estadounidense hacia el exterior —y a la inversa— con base en hechos y reportajes independientes, que reflejan la compleja realidad en los lugares a los que llegan.
Por ejemplo, Radio Free Europe/Radio Liberty y Radio Asia comprende un equipo de más de 2.000 empleados, que se encargan de impulsar la señal en 49 lenguajes, con cobertura en una gran parte de los países del mundo —Rusia incluida— con una audiencia de unos 360 millones de personas. Sin embargo, el Gobierno trumpista no está entre sus más ávidos simpatizantes.
Trump y Musk han arremetido en numerosas ocasiones en contra de estos medios, mencionando que están controlados por "radicales de izquierda" y señalando que sus líneas editoriales no están alineadas con los intereses estadounidenses. Durante su primer mandato, Trump dijo que VOA "habla en nombre de los adversarios de Estados Unidos, no de sus ciudadanos".
El interés activo de Trump por dejar de financiar los medios de comunicación internacionales va a tener consecuencias evidentes a corto plazo, con varios espacios condenados a recurrir a medios alternativos para sustentar sus actividades, que posiblemente aminoren, y con otros directamente condenados a dejar de funcionar.
"Ante el vacío financiero, algunos medios han recurrido a campañas de financiamiento colectivo o actividades alternativas para sobrevivir. Sin embargo, no todos lograrán sostenerse, lo que incrementará la expansión de los llamados 'desiertos informativos', regiones donde el acceso a información verificada y de interés público es cada vez más escaso", señaló del Campo.
Del Campo, también doctor en Estudios Humanísticos, destacó que los medios afectados por la decisión del presidente estadounidense poseen un "historial de reportajes críticos" en torno a múltiples actores internacionales relevantes, por lo que reducir los fondos para su realización "puede ser el primer paso para moldear el discurso global en función de intereses específicos".
La campaña desreguladora de Musk puede estar funcionando para una estrategia política mucho más profunda. Una en la que Trump, a través de la coerción económica y las amenazas políticas, moldee la construcción del retrato de a realidad a través de los medios de comunicación.
"En la guerra de Donald Trump contra la prensa, el pueblo estadounidense es la víctima final, privado del acceso a información fiable sobre su Gobierno", destacó Reporteros Sin Fronteras en un comunicado al público el pasado 19 de febrero, en relación con los primeros pasos de Trump en contra de la prensa.
"Un nuevo tipo de control mediático"
Aunque se ha intensificado en su segundo periodo presidencial, la lucha de Trump por controlar la realidad mediática no es una novedad. Con un profundo historial en medios de comunicación y programas de telerrealidad, el mandatario estadounidense se ha convertido en un experto en maniobrar en la esfera pública para construir su imagen a su conveniencia.
Sus discursos inflamatorios en torno a la migración, el constante uso de información falsa para sustentar sus argumentos, la descalificación de información que no cuadre con su agenda como 'fake news' y, ahora, el recorte del presupuesto para medios de comunicación que no siguen con la línea editorial de la Torre Trump amenazan con erosionar la libertad de prensa en el país.
"Donald Trump representa una combinación explosiva de desinformación y posverdad. Su discurso, a menudo plagado de afirmaciones inverosímiles, no solo distorsiona la realidad, sino que busca reconfigurar la percepción pública a su favor (…) La erosión de la libertad de prensa no es un fenómeno aislado, sino un síntoma de un modelo de liderazgo basado en el control de la narrativa y la polarización extrema", dijo el académico mexicano.
No obstante, del Campo también reconoce que Trump ha aprovechado la modernidad para iniciar "un nuevo tipo de control mediático: no a través de la censura explícita, sino mediante la manipulación de la visibilidad y el acceso a la información".
Y es que el mandatario no solo ha utilizado métodos coercitivos para asegurar el cumplimiento de sus objetivos mediáticos. En febrero, Jeff Bezos, dueño de Amazon, anunció que el diario estadounidense —del que también es propietario— 'The Washington Post' dejaría de publicar columnas de opinión distintas a las que apoyen "las libertades personales y los libres mercados".
Trump alabó la decisión de otro de los magnates estadounidenses más importantes del mundo, y otro de los que atendieron a su ceremonia de investidura.
"Creo que un tipo como Bezos es… he llegado a conocerle, y creo que está intentando hacer un trabajo de verdad. Jeff Bezos está intentando hacer un trabajo de verdad con The Washington Post", mencionó Trump este 17 de marzo.
La cercanía presidencial con magnates de los medios de comunicación es otra herramienta más que se añade a la caja trumpista. Una que es parecida a la que gobiernos tradicionalmente conocidos como 'autoritarios' han utilizado en el pasado.
András Pethö, periodista húngaro cofundador del medio independiente 'Direkt36′, compara los pasos de la segunda Presidencia trumpista con la etapa temprana de Viktor Orban, presidente de Hungría que ha sido señalado por Occidente por tener un Gobierno "autoritario" y que limita la libertad de prensa en el país.
"Los periodistas y cualquiera que se preocupe por la libertad de prensa deben comprender que las instituciones democráticas son más frágiles de lo que parecen, sobre todo si se enfrentan a la presión de fuerzas políticas despiadadas y poderosas. Esto es especialmente cierto en el caso de los medios de comunicación", escribió Pethö para la revista 'The Atlantic'.
Con AP, EFE, Reuters y medios locales
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