El 8 de marzo, un colectivo de búsqueda de personas desaparecidas reportó el hallazgo de tres crematorios clandestinos en un predio ubicado en la periferia del estado de Jalisco. En el lugar, denominado Rancho Izaguirre, se encontraron cientos de pertenencias personales y restos óseos, lo que sugiere que este sitio operaba como un centro de entrenamiento y exterminio vinculado al narcotráfico.
Centenares de zapatos, cráneos calcinados, casquillos de bala y cartas de despedida, son parte de los terroríficos descubrimientos dentro de un rancho ubicado en el municipio de Teuchitlán, en Jalisco.
Durante el fin de semana, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco publicó en sus redes sociales crudas imágenes que retrataron sus hallazgos dentro de la finca que lleva por nombre Rancho Izaguirre y que, según señalan activistas y autoridades, pertenece a miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización criminal más poderosa en el bajío mexicano.
"Esto es parte de la finca Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, donde se encuentra el campo de concentración de reclutamiento de los jóvenes, la mayoría de la central (camionera), y se localizan tres crematorios con huesos calcinados, faltan por destapar fosas y hay paquetes de ropa, cargadores, casquillos", reveló el colectivo a través de una publicación el pasado 8 de marzo.
El terreno, que fue hallado por los activistas tras una llamada anónima, ha sido examinado por las autoridades en los últimos días. El 12 de marzo, la Fiscalía de Jalisco reveló que ha localizado seis fosas comunes en donde se encontraron restos de huesos humanos, además de 500 'indicios' de restos humanos.
En reacción al hallazgo de autoridades y activistas dentro del predio jalisciense, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, calificó el hecho como "terrible", además de abrir la puerta a que la Fiscalía General de la República "atraiga el caso", en un intento de dilucidar la verdadera naturaleza del terreno y dar con los victimarios.
"Las imágenes obviamente son dolorosas, y pues hay que saber realmente qué pasó ahí antes de cualquier cosa. Entonces es importante esta investigación coordinada, aparte de que, obviamente, se deslinden las responsabilidades que se tienen que deslindar", expresó la mandataria en su conferencia matutina de este 12 de marzo.
Ante el horror del descubrimiento, la Fiscalía local publicó una lista con más de 400 objetos encontrados, hasta ahora, en las inmediaciones del rancho, con el objetivo de que los familiares de personas desaparecidas en la zona puedan posiblemente identificar artículos personales de sus seres queridos; o que sobrevivientes del reclutamiento forzado, que hayan podido escapar del "centro de exterminio", ofrezcan testimonio sobre lo que pasó ahí dentro.
2024: el descubrimiento del Rancho Izaguirre
Las imágenes que circulan en redes sociales sobre los descubrimientos dentro del predio han congelado a una parte de la sociedad mexicana, que no puede imaginarse los horrores que ocurrieron en las inmediaciones del rancho. Empero, el terror aumenta ante la incertidumbre de cuánto tiempo estuvo en funcionamiento.
Las autoridades locales tenían conocimiento de la existencia del rancho desde el año pasado, como mínimo. La Guardia Nacional identificó y aseguró el predio durante un operativo en septiembre de 2024 y 10 personas fueron detenidas, se liberaron dos secuestrados y se descubrió un cadáver.
Sin embargo, a pesar del uso de instrumentos de excavación y análisis, las autoridades entonces no lograron identificar ni un resto humano más ni un hueso ni zapato o algún otro indicio que pudiera indicar algo como lo recientemente descubierto.
Los y las activistas buscadoras de Jalisco confirman esta versión. El año pasado, los miembros de la Guardia Nacional las acompañaron a entrar las primeras veces al rancho.
“Ellos fueron los que entraron primero al rancho, porque estaban las puertas de par en par; ya cuando vieron que no había peligro, que no había nadie, nos hicieron el llamado y ya nos acercamos, pero lamentablemente oscureció y en ese tiempo todavía había sembradío, estaba muy peligroso. Haz de cuenta que estábamos en una cueva de lobos”, describió Virginia Ponce, parte de las Madres Buscadoras de Jalisco, para el diario mexicano Animal Político.
La Fiscalía asegura que el terreno ha permanecido desocupado y sin actividad criminal desde su primer descubrimiento en septiembre. ¿Cómo es que ningún miembro de la Guardia Nacional se percató de los hallazgos que salen a la luz un año después? Esa pregunta, como tantas, no tiene respuesta aún.
Desde la Ciudad de México, el Fiscal general, Alejandro Gertz Manero, cuestionó el actuar de las autoridades locales en torno al descubrimiento inicial del rancho, mencionando que "no es creíble" que los Gobiernos, tanto del municipio como del Estado, puedan deslindarse excusándose con el presunto desconocimiento de la situación.
"No es creíble que una situación de esa naturaleza no hubiera sido conocida por las autoridades locales de ese municipio y del Estado; esa información es fundamental", remarcó el Fiscal, avisando que el poder federal podría tomar el caso en los próximos días, aunque antes investigaran el rol de las autoridades locales en las investigaciones previas.
"Si algún día ya no regreso": el pánico del reclutamiento forzado
Al margen de la controversia en las investigaciones y la negligencia de las autoridades, las historias que relatan los objetos encontrados en el Rancho Izaguirre también son el testimonio de la cruda realidad del reclutamiento forzado en México, un fenómeno que ha estallado en varios rincones del país en los últimos años y que representa uno de los mayores miedos entre la juventud mexicana.
Además de la ropa y otros artículos personales, el grupo de buscadores encontró múltiples libretas en las que se escribieron lo que parecen ser cartas de despedida de las personas reclutadas en el terreno, llamando a que sus familiares "dejen de buscarlos" o expresándoles las últimas palabras de amor antes de partir a un destino desconocido.
"Mi amor, si algún día ya no regreso, solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo. Y digas: se me fue mi enojón, berrinchón y celoso", reza una de las cartas encontradas. El texto fue firmado por Eduardo Lerma Nito, junto con su fecha de nacimiento, su lugar de origen – Guanajuato – y tres siglas: JGL.
Las autoridades confirmaron que Lerma Nieto fue uno de los jóvenes que pudo escapar del narcotráfico, mencionando que está con vida y junto a sus familiares desde octubre de 2024. Sin embargo, su historia no marca el ritmo general de las vidas de las víctimas de reclutamiento forzado en México.
A través de ofertas de trabajo falsas, engaños cibernéticos o promesas de diversa índole, cientos de jóvenes han sido acorralados por el crimen organizado para obligarlos a pertenecer a sus filas, ante la efervescencia en los conflictos contra otros grupos o contra fuerzas del Estado. Muchas de las víctimas viajan kilómetros desde sus lugares de origen para tomar supuestas oportunidades de una vida mejor en otro estado, para encontrarse con que su suerte ha cambiado para siempre.
Los niños también son grandes víctimas del terror del reclutamiento forzado. Un informe publicado en 2023 por la organización mexicana "Tejiendo Redes Infancia" indica que entre 30 y 35 mil menores de edad son víctimas de reclutamiento forzado cada año en México.
Las polémicas internacionales por el tráfico de fentanilo, las fotos célebres de grandes capos extraditados en el extranjero y los populares discursos gubernamentales, que encumbran la lucha contra el crimen organizado ocultan de la vista pública los peores horrores del narcotráfico en México.
Con EFE, Reuters y medios locales
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