En un discurso televisado el jueves 26 de junio, el ministro del Interior de Kenia afirmó que la Policía frustró un golpe de Estado, calificando las manifestaciones ciudadanas de "terrorismo disfrazado de protesta". Según Amnistía Internacional, el número de víctimas mortales de las concentraciones para conmemorar el movimiento opositor de 2024 se eleva al menos a 16.
Las manifestaciones del miércoles, que según Amnistía Internacional dejaron al menos 16 muertos y más de 400 heridos en toda Kenia, son "terrorismo disfrazado de protesta", declaró el jueves 26 de junio el ministro del Interior, Kipchumba Murkomen, mientras que la Policía es acusada de violencia masiva.
La Policía, que hizo gala de una "notable moderación", "consiguió frustrar un golpe de Estado", "un intento inconstitucional de cambiar el régimen", observó Kipchumba Murkomen en un discurso televisado. "Lo que ocurrió ayer (miércoles) no fue una manifestación. Fue terrorismo disfrazado de protesta", añadió.
El miércoles 25 de junio, miles de jóvenes volvieron a salir a las calles en varias ciudades del país para rendir homenaje a las víctimas de las manifestaciones organizadas en junio y julio del año pasado contra una controvertida ley presupuestaria, que culminaron con la toma del Parlamento el 25 de junio de 2024.
En total, en esa revuelta, murieron más de 60 personas y en torno a 80 fueron denunciadas como "secuestradas", algunas de ellas siguen desaparecidas, según grupos de Derechos Humanos.
Este miércoles, las concentraciones, inicialmente pacíficas, se tornaron violentas a medida que avanzaba el día y los manifestantes prendieron fuego y arrojaron piedras contra agentes de Policía, que respondió con grandes cantidades de gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
La oficina de Amnistía Internacional en Kenia declaró que el número de víctimas mortales había aumentado a 16.
"Nos preocupan profundamente los informes sobre varias muertes y numerosos heridos entre los manifestantes -tanto manifestantes como policías", declaró Elizabeth Throssell, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en un comunicado.
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Munición real
Según una coalición de una veintena de ONG de defensa de los Derechos Humanos, entre ellas Amnistía Internacional, el miércoles por la noche se informó de un balance de 8 muertos y al menos 400 heridos en todo el país, 83 de ellos en estado grave.
Los servicios de emergencia informaron de numerosos heridos de bala, mientras que los medios de comunicación locales aseguran que la Policía disparó munición real, sobre todo en las afueras de Nairobi.
Edificios dañados, ventanas rotas, tiendas saqueadas: el jueves, el centro de la ciudad de Nairobi mostraba señales de los enfrentamientos del día anterior.
Los propietarios de los inmuebles se mostraron preocupados por no poder pagar sus préstamos. Aseguraron a la agencia AFP que los robos habían comenzado por la tarde, tras el anuncio de la prohibición de que las cadenas de televisión y radio emitieran imágenes en directo de las manifestaciones.
Como en 2024, muchos manifestantes pedían la dimisión del presidente William Ruto, elegido en 2022.
El jefe de Estado ha intentado evitar cualquier subida directa de impuestos en el presupuesto de este año para limitar los disturbios.
Además de la violencia, la corrupción y las dificultades económicas, los jóvenes reclaman los puestos de trabajo que el presidente les prometió durante su campaña.
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Con AFP
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