Aunque la votación final aún está pendiente, la Cámara de Representantes dio un paso clave al permitir el debate del ambicioso proyecto de ley fiscal de Trump, tras superar una dura resistencia de republicanos disidentes que amenazaban con bloquear la medida. Con márgenes estrechos y una oposición demócrata unificada, Mike Johnson logró una victoria preliminar que allana el camino hacia la posible aprobación de la controvertida legislación, que aumenta el gasto militar, reduce impuestos y recorta programas sociales, mientras eleva significativamente la deuda nacional.
Aunque aún falta la votación final para aprobar la "Ley grande y hermosa" de Trump, la reciente votación de 219 contra 213 indicó que el presidente de la Cámara, Mike Johnson, logró superar la resistencia de republicanos reacios, que habían paralizado en la madrugada del jueves la medida en la Cámara.
A pesar de la amenaza que representaban los disidentes conservadores, la Cámara dio un paso importante hacia la votación definitiva al permitir que el proyecto insignia de política doméstica del presidente fuera debatido, una victoria preliminar para Johnson dentro de su propio partido.
La disfunción dominó el piso de la Cámara hasta las primeras horas del jueves, con un grupo de republicanos oponiéndose a presentar la medida y otros absteniéndose, lo que obligó a Johnson a buscar estrategias para impulsar la legislación frente a la oposición unificada de los demócratas.
Sin embargo, horas antes del amanecer, algunos disidentes cambiaron de opinión y se mostraron dispuestos a apoyar el proyecto, aunque esta revuelta reflejó las profundas divisiones que han marcado el camino de esta ley en el Congreso durante meses.
Además, Trump ha presionado para que la Cámara de Representantes apruebe esta propuesta de gasto, adoptada ya por el Senado, pero que se enfrenta a la oposición de distintos sectores de su partido porque dispara la deuda nacional y ataca la red de seguros de salud.
Desde su plataforma Truth Social, Trump recientemente habló con su característico tono desafiante: “Los mayores recortes de impuestos de la historia y una economía en auge, frente al mayor aumento de impuestos de la historia y una economía fracasada. ¿Qué están esperando los republicanos? ¿Qué están tratando de demostrar? ¡MAGA no está feliz y les está costando votos!”, subrayando así los riesgos políticos para su propio partido si no respaldan su plan.
Al llegar la medianoche del miércoles (04:00 GMT), el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, todavía mantenía abierta una votación de procedimiento necesaria, último obstáculo del proyecto de ley antes de poder avanzar para su aprobación final, más de dos horas después de la convocatoria inicial.
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Sin indicios claros de que se destrabara el asunto, sus aliados tuvieron una reunión tensa a puerta cerrada con los rebeldes que votaron en contra o que todavía no se habían presentado ante el pleno de la Cámara.
"Lo lograremos esta noche. Estamos trabajando en ello y somos muy, muy optimistas", declaró Johnson a periodistas en el Capitolio, según Politico.
La agenda de Trump
"Este proyecto de ley es la agenda del presidente Trump, y lo estamos convirtiendo en ley", declaró Johnson en un comunicado. Según él, los republicanos están "preparados para terminar el trabajo".
El paquete cumple con muchas de las promesas electorales de Trump: aumenta el gasto militar, financia una campaña de deportación de migrantes y moviliza 4,5 billones de dólares para extender su alivio de impuestos del primer mandato.
Sin embargo, añade 3,3 billones adicionales de deuda al creciente déficit del país.
Los halcones fiscales están molestos por los recortes de gastos, que dicen no cumplir con lo que se les prometió.
Johnson tiene que negociar márgenes muy ajustados. Solo se puede permitir que tres congresistas republicanos voten en contra y en realidad tiene a más de 20 abiertamente opuestos al proyecto de ley.
"Me cuesta imaginar que pase tal cual está. Hay algunas cosas increíblemente malas aquí", opinó el conservador Andy Biggs en la radio local KTAR News.
Se esperaba que los congresistas votaran el miércoles, aunque tienen dos días para adoptar la ley antes de la fecha límite fijada por Trump para el 4 de julio, el día de la Independencia de Estados Unidos.
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El texto de más de 800 páginas pasó el filtro del Senado después de una serie de ajustes que en algunos temas lo llevaron aún más hacia la derecha.
Un conservador se opuso porque dispara la deuda del país y dos moderados por los recortes a los seguros médicos.
"Vergüenza"
Según analistas independientes, los principales beneficiarios de la ley serán los hogares más acomodados, mientras algunas estimaciones prevén que unos 17 millones de personas perderán su seguro de salud y sufrirán el cierre de numerosos hospitales.
Los cambios en la ayuda alimentaria federal harán que millones de estadounidenses pobres pierdan el acceso a los cupones de alimentos.
Trump sigue presionando a los indecisos, como lo ha hecho en el pasado: "Nuestra nación hará una fortuna este año, más que cualquiera de nuestros competidores, pero solo si se aprueba la ley Grande y Hermosa", escribió este miércoles en su plataforma Truth Social.
Una luz verde del Congreso sería una gran victoria para Trump, a quien se ha criticado por gobernar por decreto.
Los congresistas demócratas piensan sacar rédito al polémico proyecto de ley para recuperar el control de la cámara en las elecciones de medio término de 2026.
El líder de la minoría de la Cámara, Hakeem Jeffries, lo consideró una "vergüenza" y dijo que le parecen lamentables "los republicanos de la Cámara por seguir arrodillándose ante la agenda extrema de Donald Trump".
Con Reuters y AFP
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