Israel ha abierto un segundo paso terrestre en Gaza, forzando el desplazamiento de miles de civiles hacia el sur, mientras los bombardeos continúan y el acceso a ayuda humanitaria sigue siendo limitado. La medida se produce en un contexto de una invasión militar ordenada por el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
La nueva "vía de evacuación", más cercana a la frontera con Israel, se sumará al saturado paso de Al-Rashid, que discurre en paralelo a la línea del mar, por el que desde el inicio de la guerra y, en mayor volumen, desde la última semana, han huido miles de civiles que temen el asedio terrestre del enclave.
El paso por la carretera de Saladino permanecerá abierto hasta el mediodía del 19 de septiembre. Israel ha advertido a la población “circular únicamente por las calles marcadas en amarillo en el mapa como ruta sur” y a “obedecer las instrucciones de las fuerzas de seguridad y las señales de tráfico”.
En anteriores ocasiones, Tel Aviv ha ordenado atacar zonas consideradas seguras, como campamentos de refugiados o carreteras. Uno de los casos de mayor trascendencia ha sido el campamento de Al-Mawasi, designado como zona humanitaria, que sido blanco de bombardeos en múltiples ocasiones.
En los últimos días, familias enteras no han dejado de fluir por la carretera que va de norte a sur, formando filas interminables de coches que incluso triplican su tamaño, en un intento de sus ocupantes por escapar con tantas pertenencias como sea posible.
Otros han elegido quedarse en la ciudad de Gaza. “Aunque quisiéramos irnos, ¿hay alguna garantía de que podamos regresar? ¿Terminará alguna vez la guerra? Por eso prefiere morir aquí en Sabra, mi barrio”, expresó el maestro de escuela Ahmed a la agencia Reuters.
Hoy, la herida supurante de la Nakba merodea la cabeza de los gazatíes, que recuerdan aquel éxodo masivo entre 1947 y 1949 en el que centenares de miles tuvieron que huir de sus casas rumbo a Cisjordania, Líbano, Siria, Jordania y Egipto. Muchos de los expulsados en la Nakba nunca pudieron regresar, por lo que este periodo simboliza para los palestinos la pérdida de sus territorios y derechos y el comienzo de una diáspora que hoy temen revivir.
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha denunciado este miércoles, una vez más, que “la ocupación israelí está obstaculizando deliberadamente los intentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de suministrar combustibles a los hospitales de la Franja de Gaza”.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) detalló en su último informe que de las 120 solicitudes realizadas entre el 3 y 9 de septiembre para ingresar ayuda humanitaria a la Franja, las autoridades israelíes solo facilitaron 50 (el 42% de las peticiones), mientras que 33 fueron impedidas, 22 denegadas y 15 fueron retiradas “por razones logísticas, operativas o de seguridad”.
Israel cortó el 12 de septiembre el único paso habilitado para la entrada de ayuda humanitaria en el norte de Gaza, donde cientos de miles de personas permanecen hambrientas. Bushra Khalidi, responsable de políticas de Oxfam, dijo a Reuters que la medida podría ser “otra estrategia para obligar a la población a trasladarse al sur”.
Carros de Gedeón II
“Hamás ha convertido la ciudad de Gaza en el mayor escudo humano de la historia”. Con esta frase del general de brigada Effie Defrin, el Ejército de Israel ha defendido su nuevo asedio sobre Gaza, bautizado como 'Carros de Gedeón II'. La ofensiva contempla arrebatar gran parte del territorio que hoy controla el pueblo palestino, como se aprecia un vídeo publicado las Fuerzas Armadas de Netanyahu en X.
Este miércoles, al menos 75 personas han muerto en Gaza por fuego del Ejército israelí, —según fuentes sanitarias citadas por 'Al Jazeera'— de ellos más de 50 en la capital. Los bombardeos han impactado el campamento de refugiados en Al Shatea y dos hospitales en el norte de la ciudad, según reportes de periodistas locales.
Así, las víctimas mortales gazatíes suman más de 65.000 desde el 7 de octubre de 2023, mientras la labores de búsqueda bajo los escombros que se mantienen activas en el terreno hacen presagiar un incremento de esa cifra.
La relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, advirtió esta semana que de la posibilidad de que las víctimas mortales en Gaza sean hasta 10 veces más de las registradas oficialmente.
Susana Mangana, analista política especializada en Medio Oriente y el mundo árabo-musulmán, sostuvo en entrevista con France 24 que, más que una evacuación, lo que Israel está ejecutando “una reocupación de Gaza con desplazamiento masivo y una hambruna documentada”.
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El martes 16 de septiembre, una comisión de Naciones Unidos ha dado nombre en un informe a la política de Netanyahu en Gaza, al afirmar que su Gobierno ha ordenado "cuatro de los cinco actos genocidas" que contempla el Derecho Internacional.
Estos son: matar a los palestinos solo por pertenecer a ese pueblo, causarles “graves daños físicos y mentales”, infligir deliberadamente condiciones de vida que provoquen el aniquilamiento de los palestinos e imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos del grupo. Tel Aviv atacó el informe con descalificativos como "escandaloso" y "falso".
Cálculos del Gobierno de Israel apuntan a que el 40% de los residentes que aún quedaban en Gaza hace un mes han huido del enclave —unos 400.000—, después de que Netanyahu ordenara la evacuación obligatoria de civiles, en la antesala de la ofensiva militar para apoderarse de la ciudad.
Tras la orden Netanyahu, los bombardeos han arreciado sobre Gaza. En la última semana, varios de los pocos edificios residenciales que aún se mantenían en pie fueron reducidos a escombros desde el aire.
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