A mitad de esta semana el Ministerio de Relaciones Exteriores rindió un homenaje a Juan Luis Guerra, declarándolo “patrimonio musical y poético de República Dominicana”.
Un reconocimiento justo, necesario y hermoso. Juan Luis y su música se han convertido en los principales promotores de la identidad e idiosincrasia de la sociedad dominicana, y con sus ritmos y la versatilidad de sus versos, ha penetrado en rincones donde nunca pensamos que podríamos llegar.
El acto fue encabezado por la primera dama, Raquel Arbaje, y el canciller Roberto Álvarez, pero al mismo tiempo representó una noche repleta de emociones, sonidos, versos e interpretaciones y consideraciones sobre lo que representa la obra artística de Juan Luis Guerra.
Acompañado de su esposa, su familia, sus músicos, y algunos amigos, Juan Luis tuvo la oportunidad de recibir y conocer la visión que tienen de él y de lo que representa cuatro intelectuales que han abrevado a su obra y que la han analizado en una perspectiva más allá de lo habitual. La musicalidad y calidad de las mezclas realizadas, la versatilidad y calidad de sus versos, la amplitud de mira poética y su esfuerzo combinando tonalidades con poetas nacionales y universales, y la magia que representan sus ritmos.
Jochy Herrera como moderador de un panel de lujo, Pedro Delgado Malagón, Soledad Álvarez y César Muñoz fueron los panelistas que embriagaron la noche con una interpretación de la obra de Juan Luis Guerra que el país desconocía.
Roberto Álvarez dijo que la declaratoria de Juan Luis Guerra como Patrimonio Musical y Poético de República Dominicana “reconoce una carrera excepcional y un legado que continuará inspirando a futuras generaciones. El Estado dominicano honra en él la síntesis de lo que somos y aspiramos a ser: un pueblo creativo, residente, solidario y orgulloso de su cultura. Su obra es una expresión sublime de nuestra mejor esencia y un testimonio de que la excelencia artística, cuando se une al compromiso social, perdura y trasciende fronteras”.
Pedro Delgado Malagón no solo analizó el fenómeno de masas que fue y ha sido Juan Luis Guerra, con sus merengues, bachatas, sones, salsas y boleros, sino que lo analizó en el contexto regional y en el ámbito de la cultura y la antropología, y describió en él virtudes y colores desconocidos hasta por el propio artista, presente allí.
Soledad Álvarez analizó la obra poética de Juan Luis y la relacionó con las esencias de la Historia y la cultura dominicano, y lo puso a caminar por los caminos de los grandes poetas dominicanos. Un encanto que, versificado y narrado con la calidad y certeza de una gran poeta, maravilló a la multitud presente en el salón de conferencias de la cancillería dominicana.
César Muñoz, músico que estudió en la misma escuela que Juan Luis Guerra, escritor y divulgador musical, tuvo la osadía de colocar a Juan Luis Guerra entre los creadores de ritmos como el jazz, blues, cantos de trabajo, espirituales en las plantaciones norteamericanas, gospel y rock and Rock, y de entre todos, fusionándolos con los ritmos y la historia dominicana ha permitido el surgimiento de alto maravilloso y contagioso, que a todos alegra, a todos encanta, y que de acuerdo a Roberto Álvarez, permitieron a Enrique Iglesias, ex secretario de la OEA, descubrir el sentido rítmico de la bilirrubina.
Jochy Herrera, ensayista y médico y moderador del panel no dejó pasar la oportunidad para destacar lo que representa un artista como Juan Luis Guerra para un pueblo alegre y entusiasta, que necesita reforzamiento de sus valores democráticos y apertura en el ámbito internacional.
Felicitamos al Ministerio de Relaciones Exteriores por este necesario reconocimiento a una de las glorias de la música y acordes poéticos que han enamorado y eternizado el amor y el entusiasmo de tantos dominicanos, caribeños, latinoamericanos y ciudadanos del mundo, a través de la música y la obra poética de Juan Luis Guerra.
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