Finalmente el presidente Abinader confirmó que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones estudia, analiza una propuesta, conjuntamente con el Ministerio de Medio Ambiente que podría cercenar el tamaño del Jardín Botánico Nacional, ubicado entre las avenidas República Argentina, Los Conquistadores, de Los Próceres y República de Colombia, lo que representa un gran pulmón de la capital, conjuntamente con los parques Mirador Sur y Mirador Norte.
Esos parques se establecieron con el criterio de conservar el espacio natural y público, para oxigenar una ciudad construida y rediseñada para el uso de los automóviles y no de los peatones, los ciudadanos de a pie, que necesitan parques recreativos, que tienen poquísimas simpatías entre las autoridades históricas, con muy escasas excepciones en el período de la democracia dominicana.
Solo circulaban versiones de que se eliminaría una franja del Jardín Botánico, para añadirla a la avenida República de Colombia, como una ampliación de una vía de amplísimo congestionamiento, después de la crecida de Santo Domingo Norte, con la ampliación de la avenida Jacobo Majluta, el establecimiento del Aeropuerto Joaquín Balaguer, la construcción de grandes urbanizaciones y centros comerciales por la República de Colombia, el establecimiento de la embajada de los Estados Unidos en esa misma avenida, y la existencia de los cementerios Cristo Redentor y Jardin Memorial.
Es cierto que la presión urbanística es muy grande, y que el Gobierno está en la obligación de mejorar la velocidad de traslación de los vehículos. Sin embargo, sería una decisión cuestionable, de un gran dolor para la ciudad y los ciudadanos, que la opción que se adoptara fuera reducir el espacio del Jardín Botánico Nacional.
El presidente ha dicho lo siguiente, este lunes en La Semanal: "El Ministerio de Medio Ambiente está trabajando junto con (el Ministerio de) Obras Públicas, y cuando tengan una posición definitiva se le presentará a la población”.
Estamos de acuerdo con las recomendaciones de las organizaciones ecologistas, la Academia de Ciencia y muchas otras entidades que han recomendado al gobierno del presidente Abinader buscar otras opciones, y no tocar el Jardín Botánico, por más fuertes que sean las presiones de los conductores, de las embajadas o de los grupos que requieren ampliar la avenida República de Colombia.
Necesitamos más árboles, más flores, más césped, más verdor, más aves, que es lo mismo que decir más vida.
El Jardín Botánico es un bien ecológico de gran valor para los dominicanos, y en particular para los que viven en el Distrito Nacional. Cercenar la extensión existente de ese patrimonio sería una decisión que las presentes y futuras generaciones estarían lamentando por los siglos de los siglos, y empañaría el legado histórico de la actual administración de Gobierno.
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