El artículo publicado hoy en el periódico Acento, desafiante y estimulante como suelen ser las reflexiones del entrañable amigo Fernando Ferrán, titulado El designio –pero no el destino– dominicano”, me ha llevado a reflexionar sobre el papel que juega la educación en el desarrollo y la consolidación de la identidad nacional, especialmente la educación superior. Un tema cuya ausencia, por cierto, he notado en las reflexiones de Fernando.

A continuación, las reflexiones que me han surgido al hilo de la lectura de las excelentes reflexiones de Fernando.

Introducción

En el contexto actual de la República Dominicana, el tema de la identidad nacional ha cobrado una relevancia inusitada debido a las crecientes preocupaciones sobre la migración y su impacto en la cohesión social y cultural del país. El antropólogo y filósofo Fernando Ferrán, en su artículo “El designio –pero no el destino– dominicano,” presenta una reflexión sobre los desafíos que enfrenta la nación dominicana en términos de identidad, y aunque no aborda directamente el papel de la educación, su planteamiento invita a considerar cómo el sistema educativo, y en especial la educación superior, puede contribuir a dar respuesta a estos retos.

El sistema educativo tiene la responsabilidad de formar ciudadanos no solo competentes en sus áreas de conocimiento, sino también conscientes de su identidad y su papel en la construcción de una nación inclusiva y cohesionada. Estas reflexiones que comparto con ustedes exploran cómo, desde el nivel inicial hasta el superior, el sistema educativo dominicano puede y debe fortalecer una identidad nacional adaptativa y crítica que responda a las realidades migratorias sin perder su esencia.

El Reto de la Identidad Nacional y el Rol Estratégico de la Educación Superior

El dilema migratorio en la República Dominicana plantea una inquietud sobre la sostenibilidad de la identidad cultural en un contexto de transformación demográfica, como lo describe Ferrán. La inmigración, especialmente la de origen haitiano, suscita en la sociedad dominicana un temor al cambio en el tejido cultural que define la dominicanidad. En este sentido, el papel de la educación superior es crucial, pues representa el espacio donde se forman los futuros líderes y profesionales, aquellos que tienen la capacidad de definir y proyectar los valores nacionales.

Las universidades, como centros de pensamiento crítico e investigación, deben asumir el liderazgo en la creación de un modelo de identidad dominicana que, sin cerrar las puertas a la diversidad, fortalezca los valores que conforman la identidad dominicana. Este proceso debe ser una respuesta informada y sustentada en el diálogo, orientando la percepción de la sociedad y promoviendo el entendimiento de que la identidad es un proyecto dinámico que puede enriquecer la nación en lugar de amenazarla.

La Educación Superior y el Desarrollo de una Conciencia Crítica sobre la Identidad Nacional

La educación superior debe fomentar una conciencia crítica sobre lo que significa ser dominicano, invitando a los estudiantes a cuestionar, analizar y comprender los elementos que conforman su identidad. Las universidades tienen la capacidad de influir en esta construcción a través de varios mecanismos:

  • Programas interdisciplinarios: La identidad y la migración son temas que pueden abordarse desde múltiples disciplinas, como la antropología, la historia, la sociología y las ciencias políticas. Integrar estos temas en programas interdisciplinarios permite una visión compleja y matizada de la identidad nacional.
  • Foros y seminarios sobre identidad y migración: Las universidades pueden organizar espacios de diálogo y reflexión en los que los estudiantes debatan y reflexionen sobre la identidad nacional en el contexto actual, contando con la participación de expertos y figuras relevantes de la sociedad.
  • Fomento de una ciudadanía global: En un mundo globalizado, la identidad nacional debe coexistir con un sentido de pertenencia a una comunidad mundial. La educación superior tiene la tarea de formar ciudadanos que, además de ser conscientes de su identidad local, sean también agentes de cambio globales, capaces de dialogar y cooperar con personas de diferentes culturas.

Investigación y Producción de Conocimiento sobre Identidad Nacional y Migración

Las universidades tienen un rol esencial en la investigación sobre temas de identidad nacional y migración, generando conocimiento que oriente tanto al sistema educativo como a la formulación de políticas públicas. Los aportes que las instituciones de educación superior pueden hacer en este ámbito son variados y profundos:

  • Estudios sobre el impacto de la migración en la identidad: Las universidades pueden liderar investigaciones que analicen cómo la migración influye en la identidad dominicana, así como qué elementos son esenciales en la preservación de esta identidad en el contexto de una sociedad diversa y cambiante.
  • Investigación sobre el rol de la educación en la construcción de identidad: La educación juega un papel fundamental en la formación de ciudadanos. Las universidades, mediante estudios y análisis, pueden proveer datos y perspectivas que orienten al sistema educativo para fortalecer la identidad nacional.
  • Evaluación de programas de integración social: Las universidades pueden estudiar la efectividad de programas de integración en el ámbito educativo, contribuyendo a la implementación de políticas y estrategias que fomenten la cohesión social y el respeto mutuo.

La Universidad como Espacio para la Inclusión y la Diversidad Cultural

Dentro de la educación superior, las universidades son espacios privilegiados para promover la inclusión y la convivencia entre estudiantes de diversos orígenes. Esto no solo fortalece el sentido de comunidad dentro del campus, sino que también contribuye a la construcción de una identidad nacional que valora la diversidad. Las instituciones pueden implementar varias estrategias:

  • Proyectos de inclusión social: Las universidades pueden establecer programas en los que estudiantes dominicanos y migrantes colaboren en proyectos de interés común, promoviendo la comprensión y el respeto por las diferencias culturales.
  • Cursos sobre cultura y valores dominicanos: Los cursos sobre cultura e historia nacional pueden servir como una introducción para todos los estudiantes, ayudándoles a conocer y valorar los elementos que constituyen la identidad dominicana.
  • Diálogo intercultural: Crear espacios de interacción entre estudiantes nacionales y extranjeros permite un intercambio cultural enriquecedor, contribuyendo a una identidad nacional consciente y adaptable.

Extender el Rol de la Universidad hacia la Sociedad

Las universidades también pueden ampliar su influencia más allá de las aulas, participando activamente en la construcción de una identidad nacional fortalecida y cohesionada. Esto incluye:

  • Educación continua sobre identidad y migración: Ofrecer programas de educación continua y talleres abiertos a la comunidad sobre temas de identidad, diversidad y migración, promoviendo la reflexión y el debate en la sociedad en general.
  • Colaboración con el gobierno y el sistema educativo: Las universidades pueden trabajar de la mano con el gobierno y el sistema educativo para desarrollar políticas que fortalezcan el sentido de pertenencia y de identidad en los jóvenes dominicanos.
  • Publicaciones e investigaciones aplicadas: A través de sus investigaciones, las universidades pueden influir en la creación de políticas públicas informadas sobre temas de migración y cohesión social, haciendo recomendaciones fundamentadas en datos para la formulación de estrategias efectivas.

Conclusión

La educación superior en la República Dominicana tiene la responsabilidad de jugar un papel esencial en la construcción de una identidad nacional adaptativa y cohesionada, especialmente en el contexto de los desafíos migratorios actuales. Como señala Ferrán, el ser dominicano no es un atributo estático, sino una construcción social que depende de decisiones conscientes y colectivas. La universidad, en su rol de formadora de profesionales y ciudadanos críticos, está llamada a liderar en este proceso, ofreciendo una visión de identidad que integre los valores dominicanos con una apertura a la diversidad.

Las universidades deben formar una ciudadanía informada, capaz de tomar decisiones que reafirmen la identidad nacional sin caer en xenofobia ni en el rechazo de lo diverso. En última instancia, una identidad nacional que se adapta a los tiempos es una identidad más fuerte y resiliente. La educación superior, en este sentido, tiene el rol insustituible de formar una dominicanidad que mire hacia el futuro con una base firme en sus raíces, una identidad en constante construcción que invite a la participación de todos sus miembros.