Desde el 2020, el Gobierno dominicano tiene la tarea pendiente de realizar la reforma tributaria necesaria para reducir el déficit fiscal, disminuir los niveles de deuda pública y recaudar mayores ingresos para satisfacer las necesidades de los 10,771,504 dominicanos, lo que coloca a las autoridades en una encrucijada de deber o tener.
Economistas consultados por ACENTO consideran necesaria una reforma fiscal para fortalecer la economía de República Dominicana. Esta reforma debe fomentar la eficiencia del gasto público, incrementar los ingresos de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), la Tesorería Nacional (TN) y la Dirección General de Aduanas (DGA).
Los economistas concordaron que la política fiscal juega un papel significativo en múltiples aspectos económicos, sociales y del desarrollo humano. Esto se debe a los efectos e impactos que pueden beneficiar o perjudicar el bienestar de las familias, las empresas y las relaciones con otras economías.
El exdirector de Impuestos Internos, Magín Díaz, indicó que luego de las elecciones presidenciales y congresuales de mayo del 2024, el Gobierno tendrá la necesidad de implementar la reforma fiscal, debido a la necesidad de aumentar las recaudaciones.
“El fiscal será el punto para debatir después de las elecciones e incluso con algo de probabilidad de que la reforma sea enviada al Congreso Nacional durante el período de transición”, consideró Díaz. De no hacerlo, el extitular de la DGII, agregó que habría que aumentar las tasas de impuestos de algunos sectores productivos de la economía nacional.
Control del gasto y bajar las tasas
El vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), Miguel Collado Di Franco, se refirió a la eliminación de algunas tasas de bienes como el impuesto a las telecomunicaciones, disminución al impuesto selectivo al consumo (ISC), bajar las tasas del impuesto sobre la renta (ISR) a las personas físicas y a las empresas, siendo la forma de integrar a más contribuyentes, aportaría a una reforma sostenible e integral.
“Con una reforma y unas reglas fiscales para bajar las tasas impositivas se podría lograr en tres o cuatro años obtener un superávit… Además de tener un control del gasto”, aseveró el ejecutivo.
Durante 2024, la Dirección General de Presupuesto (Digepres) estimó RD$ 1 billón 418,686.5 millones en concepto de gastos, mientras que los ingresos se situaban en RD$ 1 billón 187,374.1 millones, para un déficit de RD$ 231,312.3 millones.
“Hacer una reforma fiscal debe tener el fin de reestructurar el aparato impositivo y controlar los niveles del gasto público que están cuesta arriba”, explicó el economista Luis Manuel Piantini. Su pensamiento quedó confirmado en las estadísticas del Ministerio de Hacienda, que señalan que el egreso incrementó un 8 % entre 2023 (RD$ 1 billón 173,736.7 millones) y 2023 (RD$ 1 billón 268,281.3 millones).
Edes, educación y la informalidad; ejes a tomar en cuenta
República Dominicana es una economía informal. Datos del Banco Central (BCRD) destacan que 2,404,955 de la población económicamente activa está en la informalidad. O sea, 51 % de los 4,712,615 empleos existentes al cierre del 2023.
“Hay que acostumbrar a los dominicanos a migrar al mercado regulado y, a la vez, paguen los impuestos directos… Pero tenemos niveles salariales muy bajo”, agregó Piantini.
No obstante, el experto en finanzas, Jesús Geraldo Martínez, dijo que es crucial considerar el impacto diferenciado que tendrá la reforma tributaria en los diferentes segmentos de la población, “especialmente” en aquellos que se encuentran en el mercado informal.
“Se deben implementar medidas específicas para acompañar la transición hacia la formalidad, brindando apoyo técnico, financiero y capacitación a los trabajadores informales”, añadió.
Martínez aclaró que en el corto plazo algunos grupos sientan una presión adicional en sus bolsillos debido a los ajustes fiscales, pero en el largo plazo, una reforma bien diseñada y ejecutada puede contribuir a un crecimiento económico más sólido y equitativo, beneficiando a los dominicanos.
Mientras que Luis Manuel Piantini dijo que al subsidiar el déficit eléctrico están reduciendo el gasto doméstico, restando capacidad de consumo y de inversión a la economía dominicana. Pero, además, resaltó el flagelo de la evasión, contrabando y falsificación, que, según el Ministerio de Industria y Comercio, Quisqueya pierde cada año más de RD$ 3,000 millones.
“Tenemos una evasión del 50 % en la mayoría de los impuestos, existe un comercio ilícito quienes se benefician de las ineficiencias del Estado… Tenemos que realizar un esfuerzo por mejorar la recaudación afrontando la evasión”, sostuvo Piantini.
Por otra parte, Miguel Collado Di Franco comentó que la expresión reforma fiscal ha sido un eufemismo para aumentar tasas de impuestos existentes o crear nuevas figuras impositivas, acciones que incentivan al comportamiento humano a la evasión tributaria.
“Una verdadera reforma integral corregirá entre otros vicios que trae la legislación de República Dominicana y, a la vez, simplifique el Código Tributario, reduzcan tasas de impuestos y no se otorguen más exenciones, donde se simplifique la forma de tributar más fácil al contribuyente”, afirmó el ejecutivo del CREES.
Aumentar los ingresos, pero con miras a reformar la economía nacional
El impacto de las reformas fiscales con las que el Estado dominicano incrementa las tasas o el agravamiento de productos y servicios, debe ser analizada antes de su ejecución.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es aún más claro: las causas que dificultan el aumento de los niveles de recaudación son múltiples, como las altas tasas de incumplimiento, la existencia de regímenes especiales y deducciones impositivas que reducen el tamaño de la base tributaria, y la complejidad del sistema que contribuye a la falta de cumplimiento.
Magín Díaz consideró que los factores como eliminar leyes de incentivos, combatir la evasión y el fraude, además de tomar medidas para disminuir los niveles de la informalidad, “no será suficiente” para aumentar las recaudaciones a corto y mediano plazo.
“Sí hay que hacer la reforma fiscal, pero eliminar las distorsiones y atacando la ineficiencia que existe en el sistema tributario, además de los niveles de competitividad del país”, acotó Luis Manuel Piantini.
La última reforma tributaria fue hace 12 años
El economista Nelson Suárez indicó que se debe definir con “claridad, transparencia y evidencias por qué es necesaria una reforma fiscal”. Es decir, tener conocimientos documentados sobre la situación fiscal del Gobierno, sin intereses políticos.
Además, establecer los objetivos de la reforma: mayores ingresos, reducción de gastos y déficit, sostenibilidad de la deuda, aumentar o reducir impuestos, mejorar la competitividad internacional y reducir la desigualdad y la pobreza.
La reforma, luego de ser ejecutada la última vez en 2011-2012 entre las gestiones presidenciales de Leonel Fernández y Danilo Medina, debe ser integral para impulsar el desarrollo de la economía nacional y lograr mayor bienestar de las personas.
Para ese período, la Ley 253-12 estableció un aumento del impuesto a las transacciones de bienes industrializados y servicios (Itbis) del 16 % al 18 %, así como una tasa del 8 % para bienes que estaban exentos.
Conforme la Dirección General de Presupuesto (Digepres), los ingresos se estimaron en RD$ 346,788.6 millones en 2012, un 10.8 % menos que la proyección de RD$ 384,425.2 millones en 2013. Entre ambos períodos fiscales se reportó una diferencia de RD$ 37,636.6 millones.
Según el Banco Mundial (BM), el Estado dominicano puede incrementar los ingresos tributarios en un 4 % del producto interno bruto (PIB) sin subir las tasas impositivas. Pero, para lograrlo se debe mejorar la eficiencia del sistema tributario.
De hecho, el economista Nelson Cruz afianzó que luego de justificar la reforma fiscal y exponer sus objetivos, se debe elaborar una ruta de concretización.
“¿Será ejecutada sólo por el Gobierno o involucrará a sectores sociales y económicos? Además de fijar el tiempo de ejecución”, manifestó.
El economista Jesús Geraldo Martínez dijo a ACENTO que es fundamental que cualquier reforma fiscal en 2025 sea abordada de manera integral y con un enfoque progresivo que considere tanto las necesidades económicas del país como el impacto en los ciudadanos.
“Esto implica un proceso transparente y participativo que involucre a todos los actores relevantes, incluidos representantes del gobierno, expertos en economía, empresas y la sociedad civil”, aseveró.
Puntos clave de una reforma fiscal integral, según economistas
Simplificación del sistema tributario para hacerlo más eficiente y equitativo.
Revisión de las exenciones fiscales para eliminar aquellas que no estén justificadas y reducir la evasión fiscal: RD$ 340,890.9 millones, equivalentes a 4.6 % del producto interno bruto en gasto tributario.
Implementación de medidas para combatir la informalidad: 2,404,954 puestos laborales no regulados.