En el libro del Génesis, el faraón de Egipto sueña que siete vacas gordas son devoradas por siete vacas flacas y desnutridas. El profeta José interpreta el sueño como una advertencia: el país vivirá siete años de abundancia, seguidos por siete años de escasez extrema. La instrucción fue clara: durante los tiempos buenos, se debe almacenar grano y recursos para sobrevivir los tiempos malos. Esta metáfora milenaria sigue siendo vigente, sobre todo en un mundo actual marcado por la incertidumbre económica, el aumento de la morosidad, los cambios geopolíticos y una sensación generalizada de fragilidad financiera. En tiempos como estos, el mayor error es asumir que la abundancia será permanente. Por ello, prepararse antes de la tormenta no es pesimismo: es sabiduría.

Hoy, muchas personas y empresas aún actúan como si los años de vacas gordas fueran eternos. Gastan sin medir, acumulan compromisos financieros sin planificación y viven del crédito, convencidos de que los ingresos siempre estarán disponibles para sostener su estilo de vida. Pero como enseña la historia del faraón, los ciclos cambian. Quienes no se preparan, lo terminan lamentando.

El primer paso ante la incertidumbre es hacer una evaluación realista de la situación financiera personal o familiar. Esto incluye revisar ingresos, gastos y deudas, identificar compromisos innecesarios y establecer un presupuesto que permita ahorrar de forma constante. Idealmente, cada hogar debería contar con un fondo de emergencia equivalente a entre tres y seis meses de gastos básicos. Tener ese colchón da margen para enfrentar cualquier imprevisto sin caer en endeudamiento acelerado o comprometer las necesidades esenciales.

La reducción del endeudamiento es otra clave. En tiempos de estabilidad, es común contraer deudas para consumo, viajes o bienes no esenciales. Pero en tiempos de incertidumbre, las deudas se vuelven una carga. Por ello, es fundamental eliminar préstamos de alto costo, como los que generan las tarjetas de crédito, refinanciar en condiciones más favorables cuando sea posible, y evitar asumir nuevos compromisos financieros sin justificación productiva. De igual manera, los gastos superfluos deben ser identificados y recortados, priorizando el uso racional del dinero.

Diversificar las fuentes de ingreso también forma parte de la estrategia. En una economía donde la volatilidad laboral es real, depender de una sola entrada de dinero puede convertirse en un riesgo. Buscar ingresos complementarios, desarrollar habilidades útiles en el mercado digital o emprender pequeños proyectos paralelos puede marcar la diferencia entre la estabilidad y la vulnerabilidad.

Por otro lado, no todo es ahorro y restricción. La inversión también debe mantenerse activa, aunque con mayor prudencia. Los aportes a fondos de retiro o a instrumentos de bajo riesgo deben continuar, incluso en montos modestos. La clave es la constancia, pues detener la inversión a largo plazo en momentos de incertidumbre puede tener consecuencias negativas cuando el ciclo económico se recupere.

La educación financiera debe acompañar todo este proceso. Hoy más que nunca, los ciudadanos deben aprender a leer sus estados de cuenta, interpretar los intereses reales de los productos bancarios, comparar ofertas crediticias y conocer sus derechos como usuarios. La alfabetización financiera no es solo una herramienta útil; es una necesidad urgente para sobrevivir y prosperar en entornos económicos volátiles.

Además, es importante no descuidar la dimensión emocional. Las crisis generan ansiedad, miedo e impulsividad. Saber mantener la calma, evitar decisiones financieras por pánico y tener un plan estructurado ayuda a navegar la tormenta con enfoque. La serenidad en la toma de decisiones es tan importante como el dinero ahorrado.

La mayor lección de las vacas flacas es que los ciclos existen y volverán. Hoy pueden estar aumentando los despidos, disminuyendo las ventas o encareciéndose los préstamos, pero mañana habrá recuperación, y quienes hayan sembrado disciplina y previsión serán los primeros en aprovecharla.

No esperemos a que las vacas flacas lleguen para lamentar lo que no hicimos en los tiempos de vacas gordas. Prepararnos ahora es, sin lugar a dudas, la mejor inversión que podemos hacer para asegurar la estabilidad y la dignidad en tiempos difíciles.

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Tu Consultorio Financiero es una columna desarrollada por Jesús Geraldo Martínez sobre finanzas personales, para orientar a las personas con conocimientos básicos en finanzas y economía a mejorar su entendimiento. Para consultar con el autor puede escribir al correo jesusgeraldomartinez@icloud.com, o en Instagram @Jesusgeraldomartinez

Jesús Geraldo Martínez

Economista

Dominicano, consultor, con amplia experiencia profesional en regulación y supervisión del sector financiero, destacado por sus conocimientos en gerencia, finanzas bancarias, gestión de riesgos, administración y optimización de portafolios, investigación económica, planificación estratégica, análisis de riesgos financieros y sectoriales, análisis y estructuración de bases de datos, econometría, estadística, diseño y aplicación de modelos de pruebas de estrés.

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