El Índice Global de Innovación (GII), en su 18ª edición, evalúa el desempeño innovador de unas 140 economías del mundo y revela los 100 principales clústeres de innovación. Este informe, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), mide la capacidad de los países para generar ideas, desarrollarlas y transformarlas en resultados concretos que impulsen el crecimiento y la competitividad.
¿Qué es y por qué es importante?
El GII combina indicadores que abarcan desde la calidad institucional, la educación, la inversión en investigación y desarrollo, hasta la infraestructura, la sofisticación de los mercados y los resultados tecnológicos y creativos. Su objetivo es ofrecer una herramienta de diagnóstico y planificación para gobiernos, empresas y universidades, permitiendo identificar fortalezas, debilidades y oportunidades para el desarrollo de políticas públicas en innovación.
Más que un ranking, el GII actúa como un espejo global que refleja la capacidad de las naciones para convertir conocimiento en progreso. En un mundo cada vez más competitivo, la innovación es el motor del crecimiento económico, la atracción de inversiones y la transformación social.
Los líderes de la innovación en 2025
Según la OMPI, los países más innovadores del mundo en 2025 son Suiza, que mantiene el liderazgo por 15º año consecutivo, seguida de Suecia, Estados Unidos, Corea del Sur y Singapur. Completan el top 10 Reino Unido, Finlandia, Países Bajos, Dinamarca y China, que consolida su presencia entre las economías más dinámicas del planeta.
Estos países destacan por ecosistemas sólidos donde convergen políticas estables, educación avanzada, fuerte inversión en I+D, infraestructura tecnológica de primer nivel y una estrecha colaboración entre el sector público, privado y académico. Su ventaja radica no solo en disponer de recursos, sino en su capacidad para convertirlos en resultados tangibles.
El informe también resalta los principales polos de innovación mundial. Los clústeres más activos son Shenzhen–Hong Kong–Guangzhou, Tokio–Yokohama, San José–San Francisco, Beijing y Seúl, responsables de cerca del 70% de las solicitudes globales de patentes y de la mayor parte del capital de riesgo invertido en tecnología.
América Latina: avances modestos en un escenario exigente
En América Latina, el panorama sigue siendo desigual. Chile se mantiene como el país más innovador de la región, seguido de Brasil, México, Uruguay y Costa Rica. A pesar de algunos progresos, la región en su conjunto continúa rezagada frente a los líderes mundiales. Las principales limitaciones se relacionan con la baja inversión en investigación científica, la fragmentación institucional y la falta de vinculación entre universidades y empresas.
No obstante, el informe subraya signos alentadores: varios países latinoamericanos están fortaleciendo su infraestructura digital, promoviendo ecosistemas emprendedores y mejorando sus políticas de innovación. La colaboración regional y el intercambio tecnológico se perfilan como estrategias clave para acelerar el desarrollo.
República Dominicana: evolución y desafíos
En el caso de la República Dominicana, el país mantiene una posición modesta en el índice. En la edición 2025, ocupa el puesto 97 de 140 economías, con un puntaje global de 22,6, ligeramente superior al del año anterior. En 2024, la República Dominicana ocupaba también el puesto 97, pero entre 133 economías, con un puntaje de 20,8, según los datos oficiales de la OMPI y Country Economy. Este avance, aunque moderado, representa una señal positiva después de varios años de estancamiento.
El país muestra un desempeño relativamente mejor en los insumos de innovación —especialmente en instituciones y capital humano—, pero enfrenta debilidades en los resultados de innovación, lo que indica dificultades para traducir los recursos invertidos en productos, servicios o patentes.
¿Qué significa este resultado?
El progreso dominicano evidencia una mayor estabilidad institucional y esfuerzos por fortalecer el marco educativo y tecnológico, pero también revela la necesidad urgente de mejorar la capacidad de ejecución e integración entre sectores. La brecha entre el potencial y los resultados sigue siendo significativa, lo que limita el impacto real de las políticas públicas y la competitividad internacional.
Recomendaciones para fortalecer la innovación nacional
Para avanzar en el ranking global y consolidar un ecosistema sostenible, la República Dominicana necesita profundizar reformas estructurales. Es esencial aumentar la inversión en investigación científica y desarrollo tecnológico, fortalecer la educación superior con enfoque STEM, y promover alianzas público-privadas que incentiven la creación de empresas tecnológicas y startups innovadoras.
Asimismo, mejorar la infraestructura digital, ampliar el acceso al financiamiento y fomentar la internacionalización de productos tecnológicos serían pasos decisivos. La consolidación de clústeres locales de innovación, apoyados por políticas estables y cooperación internacional, puede multiplicar el impacto de las capacidades nacionales.
Conclusión
El Índice Global de Innovación 2025 confirma que la innovación se ha convertido en el motor esencial del progreso económico y social. Mientras los líderes mundiales consolidan su ventaja gracias a ecosistemas altamente sofisticados, América Latina y el Caribe enfrentan el desafío de transformar su potencial en resultados concretos.
Para la República Dominicana, la mejora registrada en 2025 es una señal esperanzadora, pero insuficiente. El reto no es solo mejorar posiciones en un ranking, sino construir un modelo sostenible donde la innovación sea el eje transversal del desarrollo nacional. Solo así el país podrá insertarse plenamente en la economía del conocimiento y aprovechar las oportunidades del futuro.
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