Recientemente, el presidente Luis Abinader afirmó que la República Dominicana está más cerca que nunca de obtener una calificación de investment grade por parte de agencias internacionales. Este logro sería histórico, ya que permitiría al país posicionarse como un destino de baja percepción de riesgo para los inversores internacionales, abriendo la puerta a nuevas oportunidades económicas.

Una calificación de investment grade implica ser evaluado en un nivel de BBB- o superior por agencias como Fitch Ratings, Moody’s o Standard & Poor’s. Esto se traduce en una reducción de los costos de financiamiento para el Estado, un incremento en la llegada de inversión extranjera directa y un fortalecimiento de la estabilidad financiera general del país. Sin embargo, también impone mayores exigencias en materia de disciplina fiscal, transparencia institucional y calidad en la formulación de políticas públicas.

Situación actual de la República Dominicana

El país presenta fortalezas considerables. Su crecimiento económico ha sido robusto, manteniéndose en tasas promedio de entre el 5% y el 6% en los últimos años, un desempeño superior al de muchas economías de la región. Además, los ingresos de divisas provenientes del turismo, las remesas y las exportaciones se mantienen sólidos. En el frente fiscal, se han implementado estrategias activas de gestión de deuda que han permitido mejorar los plazos de vencimiento y los costos de los préstamos internacionales. Asimismo, se han iniciado reformas estructurales importantes en materia tributaria e institucional.

No obstante, persisten ciertos desafíos. La deuda pública, aunque en términos relativos ha disminuido hasta aproximadamente el 46,5% del PIB a finales de febrero de 2025, continúa aumentando en términos absolutos. El mercado laboral refleja una alta informalidad, con más del 55% de los trabajadores fuera del sistema formal, lo que limita la base tributaria del Estado. Además, la economía dominicana sigue siendo vulnerable a shocks externos debido a su alta dependencia de Estados Unidos y del sector turístico. Finalmente, el fortalecimiento de la transparencia institucional y de los mecanismos de control y rendición de cuentas sigue siendo una asignatura pendiente.

Requisitos para alcanzar el investment grade

Para lograr esta codiciada calificación, la República Dominicana debe consolidar la reducción de su ratio de deuda pública, asegurándose de mantenerla de manera sostenible por debajo del 50% del PIB. Paralelamente, es imprescindible ampliar la base tributaria a través de una mayor formalización del empleo y una modernización de los sistemas de recaudación fiscal. Asimismo, se requiere avanzar en la diversificación económica, reduciendo la exposición a sectores específicos como el turismo. Por último, mantener la estabilidad política e institucional, especialmente en contextos electorales, será determinante para consolidar la confianza de los inversores.

Beneficios de alcanzar el investment grade

Obtener una calificación de investment grade abriría numerosas oportunidades para la República Dominicana. Permitirá acceder a financiamiento internacional a tasas de interés más bajas, reduciendo así la carga de los pagos por intereses de la deuda. Además, aumentaría significativamente el flujo de inversión extranjera directa, lo cual podría ser canalizado hacia sectores estratégicos como infraestructura, educación y energía. También mejoraría la imagen internacional del país, posicionándolo como un mercado emergente sólido y confiable en la región.

El caso de los Países Bajos: buenas prácticas y lecciones aplicables

La experiencia de los Países Bajos ofrece valiosas lecciones para economías como la dominicana que aspiran a consolidar su perfil crediticio. El éxito neerlandés se basa en una combinación de disciplina fiscal a largo plazo, amplio consenso político en torno a las reglas presupuestarias, y una gestión pública orientada a la eficiencia y la transparencia. El país ha sabido mantener un sistema tributario eficiente y amigable para el contribuyente, con estructuras amplias que evitan distorsiones excesivas en la economía. Asimismo, la apuesta por la inversión pública en infraestructura, educación e innovación ha generado un crecimiento sostenible y resiliente.

Para la República Dominicana, la principal enseñanza consiste en institucionalizar políticas fiscales responsables que trasciendan ciclos políticos. Además, debe priorizar la formalización del empleo como estrategia para ampliar de manera sostenible su capacidad de recaudación tributaria. Finalmente, adoptar una cultura de planificación a largo plazo en el gasto público, asegurando que las inversiones estén alineadas con objetivos de desarrollo claros y medibles, sería un paso decisivo hacia la obtención y consolidación de una calificación de investment grade.

Conclusión

La República Dominicana está bien posicionada para alcanzar el investment grade en el mediano plazo, pero ete logro requerirá mantener la disciplina, profundizar reformas estructurales y fortalecer sus instituciones. Más que una meta en sí misma, el investment grade debe ser visto como una consecuencia natural de políticas públicas responsables y sostenibles. Alcanzarlo consolidaría al país como uno de los líderes económicos del Caribe y abriría una nueva etapa de crecimiento inclusivo y resiliente.

Armand Toonen

Director Ejecutivo del Holland House Caribbean. Consejero Independiente

Armand Toonen, PDEng MSc CPIM MBA, es actualmente Director Ejecutivo del Holland House Caribbean, Consejero Independiente e inversionista. Armand tiene treinta años de experiencia en multinacionales de clase mundial que operan en servicios financieros, telecomunicaciones y alta tecnología en Europa, América y Asia. En la Republica Dominicana trabajo como Vicepresidente en Orange, AGL, Banco Santa Cruz y Altice. Historial comprobado como CEO, CCO, CMO, COO, CSO y consultor. Experiencia en “growth hacking” mediante redefinición de estrategias, transformación (digital), fusiones y adquisiciones y creación de equipos de alto rendimiento. Armand tiene un doctorado y varias maestrías en administración de empresas, ingeniería industrial y logística. Se preparó entre otros en Harvard Business School y Hemingway para el rol de consejero. Ex miembro del Programa de Liderazgo Global de Vodafone.

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