Los líderes en el escalafón mundial de tenis en hombres y mujeres, el italiano Sinner y la biolorusa Sabalenka, perdieron las finales de Roland Garros ante sus escoltas, Carlos Alcaraz y Coco Gauff, respectivamente.
En un partido que será recordado por el resto de los tiempos, Carlos Alcaraz infligió su primera derrota en una final de Grand Slam a Jannik Sinner tras una victoria realmente milagrosa y apenas creíble por 4-6, 6-7/4-7, 6-3, 7-6/7-3 y 7-6/7-2 sobre su oponente italiano, conquistando su segundo título del Abierto de Francia y su quinta corona de Grand Slam.
El español parecía abatido y fuera de sí. Nunca antes había remontado dos sets en contra, y el italiano estaba jugando a un nivel tremendamente alto. Sin embargo, se esforzó al máximo, salvando tres puntos de campeonato en el proceso, y se alzó con la victoria en un emocionante partido de cinco horas y 29 minutos, la final más larga de la historia de Roland Garros y la segunda más larga de la historia de un Slam.
Jannik se sentirá desolado tras perder esas oportunidades de oro en el cuarto set, pero Carlos tiene esa extraña capacidad de dar lo mejor de sí mismo y alcanzar niveles de otro mundo cuando realmente lo necesita. Una y otra vez lo ha hecho a lo largo de su carrera, demostrando una fortaleza mental fenomenal. Su actuación en el tie-break del último set fue un espectáculo digno de contemplar, cuando se puso con una ventaja de 7-0 con un tenis perfecto.
Pasará a la historia como uno de los mejores partidos de tenis de todos los tiempos, y esta nueva rivalidad moderna está floreciendo de verdad. Una rivalidad que, con suerte, empezará a trascender el deporte y a capturar los corazones y la imaginación de nuevos aficionados.
El murciano ya ha derrotado al jugador de San Candido cinco veces seguidas, y el número uno del mundo intentará desesperadamente encontrar la manera de vencer a este marciano. También debería animarse por el hecho de que estuvo tan cerca de ganar en un terreno en el que ha tenido dificultades contra un rival cuya superficie favorita es la tierra batida.
Coco Gauff puso el broche de oro
Mientras tanto, en el cuadro femenino, la estadounidense Coco Gauff puso el broche de oro a su excelente temporada en tierra batida con una dramática victoria por 6-7/5-7, 6-2 y 6-4 sobre la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, en la final, ganando su segundo Grand Slam y el primero en París.
Fue un partido difícil de ver y, al estilo típico de Gauff, no jugó el mejor tenis durante todo el torneo, pero sigue encontrando la manera de ganar. Su atletismo, su inteligencia tenística y su mentalidad siguen siendo inigualables, y fue capaz de machacar y frustrar a Aryna Sabalenka, que cometió 70 errores no forzados y pareció perder la calma.
A sus 21 años, se está forjando una carrera soberbia en la pista, y se desenvuelve magníficamente fuera de ella.
Sabalenka, que era la favorita durante todo el torneo, sobre todo después de derrotar en la final a exnúmero uno Iga Swiatek, tres veces defensora del título, se llevó una gran decepción.
Fue incapaz de manejar las condiciones de viento y las habilidades de recuperación de la estadounidense, y se mostró muy emocionada tras el partido.
En su rueda de prensa, se mostró muy crítica con su actuación y restó importancia a la de Gauff.
"Sinceramente, ha sido el peor tenis que he jugado en los últimos, no sé, en los últimos no sé cuántos meses", declaró. "Las condiciones eran terribles, y ella simplemente era mejor en esas condiciones que yo. Creo que ha sido la peor final que he jugado nunca", indicó la tenista de Minsk.
"A veces parecía que ella golpeaba la pelota desde el marco. De alguna manera mágica, la pelota aterriza en la pista, y tú como que, con el pie atrás. Se sentía como una broma, honestamente, como si alguien de arriba se quedara allí riendo, como, vamos a ver si puedes manejar esto", apuntó.
"No sé, creo que si Iga hubiera ganado contra mí el otro día, creo que saldría hoy y conseguiría la victoria. Sí, simplemente duele. Sinceramente duele. He estado jugando muy bien, y luego en el último partido, salir ahí y rendir como lo hice, eso duele", agregó la tenista bielorusa que no escondió las lágrimas de despecho.
A pagar impuestos
Más allá del trofeo y el reconocimiento deportivo, el triunfo trae consigo un premio económico, pero también una importante factura fiscal.
La organización de Roland Garros anunció que los ganadores de la edición 2025 recibirán un premio de 2,55 millones de euros, el mayor bote en la historia del torneo, con una subida significativa respecto al año anterior, cuando los campeones de individuales se llevaron 2,4 millones.
Este aumento en el prize money muestra el crecimiento del torneo y también la igualdad entre los premios de las competiciones masculinas y femeninas.
Después de su victoria en la pista Philippe Chatrier, Alcaraz consigue un premio económico digno de las grandes estrellas del circuito. Sin embargo, una parte importante de ese dinero debe destinarla a pagar impuestos, como les ocurre a todos los deportistas profesionales.
Cuánto se lleva Hacienda del premio
A pesar de que Roland Garros se disputa en París, el tenista español debe tributar en España por los ingresos obtenidos. Según las estimaciones publicadas por el equipo de asesoría fiscal TaxDown, Alcaraz deberá declarar la totalidad del premio en su país de residencia, por lo que Hacienda aplicará un tipo impositivo cercano al 47,5% sobre la cantidad bruta, fruto de la combinación de los porcentajes estatal y autonómico de Murcia, donde reside habitualmente el tenista.
Aplicando esta carga fiscal, el premio real que ingresaría Alcaraz tras su victoria en Roland Garros se reduciría prácticamente a la mitad. En términos concretos, si los expertos ya estimaban que de los 985.030 euros ganados en Roma por el murciano casi la mitad se destinaba a impuestos, el panorama en París resulta similar, pero a mayor escala.
Así, del premio de 2,55 millones, unos 1,34 millones quedarían en manos del tenista, mientras que Hacienda recaudaría cerca de 1,21 millones.
Cabe destacar que el impacto de la tributación en España varía según la comunidad autónoma de residencia. Por ejemplo, si Alcaraz fijara su domicilio fiscal en Madrid, el porcentaje autonómico sería inferior.
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