Un universo literario fragmentario y poliédrico
Sendero entre las piedras (Dragón Editorial, 2024) se consolida como la obra de madurez de Gerardo Castillo Javier. La crítica ha destacado su carácter híbrido y poliédrico, navegando con maestría entre aforismo filosófico, microrrelato y poema en prosa. La forma fragmentaria refleja la exploración de la memoria y la percepción, trascendiendo la introspección psicológica para constituirse en un ejercicio psico-filosófico donde la voz poética organiza sus dudas mediante una profunda reflexión estética.
Arquitectura interna: Un sendero de siete puentes
El libro está estructurado en siete bloques temáticos —El resplandor, La casa, El río, El vacío, Las sombras, Las cavernas y Yo— que contienen 28 subdivisiones, conformando un viaje coherente de 121 páginas. Esta organización no es arbitraria; ofrece unidad expresiva, fónica y semántica, guiando al lector a través de un “sendero interior” que refleja la planificación racional del autor:
“Cada sección se trasforma para llegar a un yo desformado, para exponerse y confundirse mientras se oculta de sí mismo.”
La fragua del lenguaje: Un desafío al lector
El lenguaje en Sendero entre las piedras actúa como una “fragua” que exige un lector activo. No es un libro para leer de un tirón, sino para “rumiar el pensamiento” y descifrar sus simbolismos, los cuales poseen “capacidad para reconstruirse en cada lectura”. Castillo Javier se convierte en un demiurgo que permite “la transmutación estética de sus lectores”, mediante una prosa poética de breve aliento que equilibra intensidad y claridad.
Temas centrales: Vacío, narcisismo y el velo de la percepción
- El Vacío como principio estructurante: El vacío no es la nada, sino “un algo poetizado que adquiere forma y sentido”, un espacio creativo donde se incuban sentido y forma. La negación se convierte en afirmación, manteniendo “el poder de la certeza confirmada”.
- El Narcisismo como obstáculo epistémico: Todos los personajes son Narcisos: “toda atribución de sentido nace del Narciso sobre las aguas”. La superación de esta condición egoísta permite al yo alcanzar una comprensión auténtica: “Muerto Narciso el sentido se aclara”.
- La percepción como velo: El velo simboliza cómo nuestra percepción media la realidad y nos invita a desarrollar atención y conciencia:
“Sentirlo todo y saber que es una distracción, un velo del que formamos parte y a través del que debemos ver.”
Análisis de un fragmento: La sinestesia del instante
“Un graznido. Silencio. Chisporrotea un ruiseñor. Silencio.
El viento entre los almendros, el mismo compás de arena, espuma y rumor.
Sentirlo todo y saber que es una distracción,
un velo del que formamos parte y a través del que debemos ver.”
- Onomatopeya y paralelismo: Los sonidos y los silencios refuerzan la contemplación del instante.
- Sinestesia e imágenes sensoriales: La fusión de sensaciones auditivas y táctiles intensifica la musicalidad del poema.
- Encabalgamiento: El flujo entre versos refuerza la continuidad de la percepción y la sensación de movimiento.
Este fragmento articula la paradoja central de la obra: la inmersión en lo material y la intuición simultánea de una realidad más profunda.
Conclusión: Un mapa para la percepción
Sendero entre las piedras es una contribución significativa a la poesía de introspección y al ensayo lírico en español. Castillo Javier entrelaza lo sensorial y lo filosófico con delicadeza y precisión, ofreciendo un mapa para transitar preguntas esenciales con la brújula de la honestidad intelectual. Al invitarnos a mirar a través del “velo” y confrontar al “Narciso” interior, el poeta propone un viaje de autoconocimiento que ilumina, provoca y transforma la percepción del lector, convirtiendo la lectura en una experiencia estética y existencial única.
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