El acercamiento a la historia de esta palabra se estudiará porque me ha llamado la atención durante largo tiempo; tanto así que me ha mortificado. Presumo, si me ha causado alguna desazón a mí, es posible que haya despertado por lo menos curiosidad en otros hispanohablantes. La palabra que se analizará será reloj porque hace muchos años que me pregunto de dónde diantre salió al final de la palabra esa letra jota (j).
Reloj
La raíz indoeuropea de reloj es leg- que se encuentra en el origen de diversas voces en lenguas que pertenecen al tronco lingüístico del indoeuropeo. Más próximo ya en el tiempo y en el espacio aparece el antecedente relotge en catalán; en catalán antiguo fue orollotge que apareció en latín en la forma horologium, con el significado de conjunto de horas. Si se traen estas voces extrañas al español no es por puro capricho, pues las veremos aparecer en lenguas romances con ligeras alteraciones. La lengua catalana ha retenido rellotge con el significado de reloj hasta la actualidad. No todas las lenguas romances tuvieron la suerte de guardar una palabra semejante a la original como veremos más adelante. Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española (1997:95).
En el preludio del español, para que se entendieran algunas representaciones o enunciaciones referentes a la voz reloj de la época, recurrieron a erologium y orelogium; más adelante apareció horologium en tanto instrumento para saber las horas. En el diccionario de Nebrija consta escrito relox. Mediante la secuencia expuesta puede lograrse una idea adecuada de la evolución de las voces hasta llegar a una que se asemeja bastante a la actual. Al leer las voces extrañas a la lengua nuestra actual hay que tener en cuenta que las letras que componen estas voces no se pronunciaban del modo en que lo hacemos en la actualidad; por tanto, la evolución no fue tan difícil como aparenta.
¿Cuál o cuáles fueron los primeros relojes que se conocieron? Es bueno recordar que la Antigüedad solo conoció el reloj de sol y los relojes de arena y de agua. El reloj mecánico se inventó en la baja Edad Media en Europa. Cuando la voz relotge pasó al castellano se hizo bajo la forma reloje que fue una voz extraída del plural relojes, pues pensaron que la terminación -es era el plural de reloj. Así pasó después a relox, para terminar en reloj. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1981-IV-869).
¿Cuál es el sustantivo en español que corresponde a reloj de agua? Entre los relojes que enumera el más arriba mencionado diccionario está el de agua, cuyo nombre en español es clepsidra. Cuando leí por primera vez este nombre me pareció que se refería a alguna diosa de la mitología griega. No pensé en ese primera impresión que fuera un compuesto, en donde entra el griego klep-, “sustraer furtivamente”, que aquí se contrae a “dejar escurrir” y wed, agua. El primer elemento lo conocemos en cleptocracia, cleptomanía, cleptómano. La obra El origen de las palabras sitúa en China hace 2,500 años la invención del reloj de agua, que es una idea semejante a la del reloj de arena, en el que se remplaza la arena por agua. (2018:425).
La ciudad de Santo Domingo posee un reloj de sol construido en el año 1753. Está situado en la Plazoleta del Reloj del Sol, frente al Museo de las Casas Reales en la ciudad colonial Este reloj funciona con el movimiento de la tierra. Este indica la hora exacta con la sombra que proyecta en forma de triángulo isósceles. En el Diccionario de autoridades (1737-II-561) la grafía asentada es relox. Además de hacer una descripción detallada de la “ingeniosa máquina” que es un reloj, este diccionario enumera catorce diferentes tipos de relojes conocidos en esa época, algunos de ellos son en nuestros tiempos piezas de museos de relojería.
Por comodidad y descuido la palabra reloj se pronuncia reló en muchos países hispanohablantes de América y en algunas regiones de España. No resulta extraño ni confunde al oyente o interlocutor que se oiga articulada de este modo. Esto es posible porque en el español corriente solamente tres palabras de uso común terminan en jota (j), boj, carcaj, reloj. En el español hablado de los estratos sociales menos instruidos en República Dominicana se ha oído relos, quizás por ultracorrección; al igual que el diminutivo relosito. No hay que alarmarse por esto, pues sucede en otras hablas.
¿Qué sucedió en las lenguas de la familia del español? En portugués actual se escribe relógio. En esas lengua reclaman que viene del griego horológion, que expresa “conocimiento de la hora” y pasó a través del latín horológium. Un dato curioso que consigna A origem curiosa das palavras (2003:195). En español se escribe o dice reloj debido a un equívoco, pues en el latín vulgar hispánico se tomó la parte inicial ho por el artículo o, como si se dijera o rologium, separado en dos palabras, por un fenómeno opuesto al que se conoce en lingüística por aglutinación. Añade la citada obra que ese procedimiento no ocurrió en lengua francesa ni en la italiana. De allí que en francés sea horloge y en italiano orologio. Ambos términos significan reloj en las respectivas lenguas.
Con relación a la lengua francesa lo primero que hay que destacar es que horloge es femenino en esa lengua. No fue femenino desde sus inicios, pues cambió de género, mutación que ocurre en la vida moderna hasta con las personas. Aún en el siglo XIX H. B. Stendhal y Victor Hugo lo usaron en tanto sustantivo masculino. La explicación de la composición de la voz horloge en francés es como término compuesto de hóro (hora) y de un derivado de legein (decir, hablar), que corresponde al latín legere (leer). Dictionnaire historique de la langue française (2012-III-1644).
El ser humano ha medido el tiempo mediante varios métodos con diferentes propósitos. No solo los períodos comprendidos entre la salida y la puesta del sol, sino también en el seno del día y la noche. Por ese interés se ingenió para inventar el reloj de sol y el de arena que aparecen entre los primeros. De la misma manera en que ha ocurrido con otros objetos importantes, el reloj de arena “se suele interpretar como un símbolo de inversión de relaciones entre el mundo superior y el inferior”. Diccionario de símbolos y mitos (1980:366). Para entender esto hay que pensar en la forma en que están dispuestos los dos receptáculos que integran el reloj de arena; uno encima del otro y en cómo el superior vacía su contenido en el inferior.
En el Diccionario de símbolos podemos leer, “con la figura de sinécdoque, las personas tienden a utilizar el término reloj para referirse al tiempo…” (2017:378-9). Esta figura de la retórica consiste en representar un término mediante otro cuando existe una relación lógica entre los dos términos. El tiempo se ha representado por medio de muchas figuras, el ya mencionado reloj de arena es uno usado con bastante frecuencia.
¿Cuál es el reloj más elegante? No pienso que sea al más caro. El que me parece más distinguido es el reloj de bolsillo con leontina. Me vienen a la memoria las fotos de los personajes con sus relojes de bolsillo con leontina, en los que la cinta o cadenilla va de un bolsillo del chaleco al otro. El tipo de reloj mismo es del llamado cebolla en República Dominicana, que era un reloj achatado provisto de un resorte para abrirlo. La palabra leontina es derivada del francés, lengua en la que Leontine era un nombre propio de mujer. Por su origen la Real Academia mantuvo durante largo tiempo en penitencia fuera de su diccionario la palabra leontina, calificándola de galicismo.
En América la palabra cadenilla se conoció desde el siglo XIX. A. Membreño la define en tanto provincialismo de Honduras, “Cadenilla de reloj de bolsillo”. Añade que tiene la misma acepción en España. Hondureñismos (1897:106). Lo recoge también C. Gagini Diccionario de costarriqueñismos (1892:150), “Cadena de bolsillo”. Este autor incluye referencias acerca de obras donde se usa la palabra en cuestión. En Cuba fue de uso, “Cadena de reloj que va de un bolsillo a otro, sujeta o no a un ojal del chaleco”. Diccionario de voces cubanas 1919:321).
Aunque se acepta este reloj como signo de elegancia y alta condición social, no debe olvidarse que en los estudios de fotografía de la época se acostumbraba a suministrar a los clientes con indumentaria para que posaran con distinción. Hasta las chaquetas (sacos) y chalecos se ajustaban a las medidas del cliente con imperdibles de seguridad (chambras) en las partes no visibles.
Hay un reloj dominicano que no solo mide el tiempo, sino que evalúa el grado de cordura o sanidad mental de un individuo. ¿Cómo es eso? Basta con recordar la locución adjetiva “más loco que un reloj de a peso”, que vale para expresar que esa persona a que se refiere la locución es “extremadamente alocado”. DED (2024:636).
Los dominicanos conocen de un reloj muy particular, el reloj americano que no es otro que el reloj de pared. Después de esa locución y este tipo de reloj no se sorprenderán los hablantes de otras variedades de español si se recuerda que existe en el habla dominicana un verbo formado sobre la palabra reloj, es el verbo relojear. Ese verbo transmite la idea de “mirar con disimulo en actividad de acechanza”. DED (2024:636).
Después de esas menciones no resulta extraño que se afirme que en el habla dominicana haya un adjetivo, relojeador, aplicado a la persona “que atisba a escondidas para cotillear”. Claro, no podía faltar el sustantivo correspondiente para la “acción de acechar con disimulo”, que no es otro que el relojeo. Diccionario del español dominicano (2024:637).
Con la lectura de los párrafos que preceden puede llegarse a la conclusión de que, a pesar de tener un origen común, las palabras pueden seguir derroteros diferentes dependiendo de las lenguas. Eso se comprueba una vez más con el sustantivo reloj.
El resultado final dista bastante aún entre lenguas emparentadas como son las romances.
Para cerrar este artículo referente al reloj debe hacerse una mención al reloj de los corazones enamorados que han cantado junto a una ventana el romántico bolero que dice, “Reloj no marques las horas. . .”
Roberto Guzmán en Acento.com.do
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