Para nadie es un secreto el valor histórico que representa la Universidad Autónoma de Santo Domingo, tanto a nivel nacional como global. La universidad data de 1538 y es considerada la primera de América, fundada mediante la bula papal del Papa Pablo III. Por sus siglos de historia y trayectoria debe ser valorada como un hito de orden global. La UASD es símbolo nacional por sus centenares de años forjando profesionales críticos y en vastas dimensiones del saber.

A pesar de las vicisitudes que ha tenido que enfrentar resurge como el Ave Fenix para albergar a tantos miles de estudiantes que solo buscan hambrientos, el pan del conocimiento. En largos períodos de tiempo fue cerrada, luego abierta, y ya para 1966 es cuando logra su autonomía. Estos hechos no solo evidencian su fortaleza institucional sino el compromiso de su comunidad académica con la libertad y la educación pública.

Muchos somos los profesionales que desde temprana edad quisimos ser parte de esta historia. Recuerdo en mi adolescencia que viajé desde La Vega a unas olimpíadas que se celebraban en la Sede Central. Al final, nos sentamos en la explanada de la Facultad de Medicinas a esperar. Estaba apenas en segundo de educación secundaria, cuando pisando ese suelo y maravillada de la estructura de sus edificaciones me dije: ´´Un día estaré en estos edificios tomando clases de Letras´´, años después mi sueño se materializó y comprendí el valor de pertenecer a una institución educativa que ha formado generaciones de intelectuales, comunicadores y líderes, entre ellos figuras como Mariasela Álvarez y hasta expresidentes de la República.

Hoy más que nunca se hace necesario levantar la voz en defensa de nuestra universidad. En tiempos en que algunos intentan minimizar su valor o desacreditar su gestión, los uasdianos debemos recordar que representamos gran parte del tejido profesional dominicano, dentro y fuera del país. Defender la UASD es defender la educación pública, el acceso al conocimiento y la posibilidad de ascenso social para miles de jóvenes.

Es tiempo de promover un diálogo abierto e inclusivo entre autoridades, docentes y estudiantes para fortalecer la calidad educativa, la investigación y la gestión institucional. No basta decir que somos la Primada de América; debemos demostrarlo siendo un modelo de excelencia y equidad. Atacar a la UASD es atacarnos a nosotros mismos, porque la universidad pública no es un compromiso de unos pocos, sino un compromiso de todos.

EN ESTA NOTA

Isabel Evangelista

Abogada y maestra

Isabel Evangelista, oriunda de Jima Abajo, La Vega, nació el 27 de febrero 1988. Es abogada, locutora profesional y maestra. Actualmente es estudiante de término de la carrera de Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Actualmente es miembro activa del Colegio Dominicano de Abogados, está avalada por la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonías y pertenece al Consejo Estudiantil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. isabelealberto88@gmail.com

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