Parece que fue ayer, pero no. Ya hace un cuarto de siglo que nació, en la República Dominicana, la Fundación Global Democracia y Desarrollo, fundada el 20 de noviembre del año 2000. Veinticinco años van desde que el ex presidente de la República, el doctor Leonel Fernández, tras abandonar el poder, tres meses antes, tuvo el tino institucional y la visión de futuro, de crear una institución, sin fines de lucro, que tuviera una visión mundial y global. Y de colocar al país en la mirada del planeta y en el mapamundi de un sueño cristalizado en historia del presente, que se transformó en memoria de Nación. Año redondo y crucial, pues representa un Nuevo Siglo y Milenio y, desde luego, un cambio de época y de Era.

Enclavada en el sector de La Esperilla, Funglode no ha dejado de crecer, transformarse y renovarse como un organismo vivo y un cuerpo, en constante evolución y dinámica metamorfosis. Es decir, ha crecido en estructura, alcance, proyección, internacionalización y funciones. Su espacio físico se ha multiplicado y su radio de acción se ha expandido, más allá de su idea inaugural y de su meta inicial y seminal. Se ha trocado en una hidra  que irradia pensamiento, ideas, palabras, visiones y miradas: tiende puentes e hilos, en tanto entidad e instancia que sueña en libertad, perspectivas de progreso y transformación.

José Rafael Lantigua (i) y Leonel Fernández (d), entregan un premio a uno de los ganadores de los concursos de Funglode.

La Fundación Global ya es un referente ineludible en el análisis e interpretación de la realidad social, cultural y política del país y del mundo, y en el contexto latinoamericano y del Caribe. Este centro de pensamiento ha realizado, en sus veinticinco años, aportes variados y diversos, en el panorama cultural y académico, en materia de investigación, producción de contenidos, análisis y divulgación, y cuyo dinamismo se mantiene vivo, activo y constante. Podría decirse que representa un think thanks de notable influencia en el orbe de la región. Ha sido, sin dudas, un eje de vertebración de ideas, un ente de defensa de los valores democráticos y una llama de producción de conocimientos, en las ciencias sociales (economía, política, derecho, comunicación, sociología), las ciencias naturales y las tecnologías de la información y la comunicación. Pero, también, ha sido un espejo para el diálogo de las ideas y un mecanismo vital en el debate intelectual. En suma, Funglode es un laboratorio de conocimiento y de aprendizaje. Es una institución que promueve, estimula e impulsa la investigación, la creatividad, la imaginación y la innovación, a través de programas, proyectos, planes, foros académicos, coloquios  y plataformas interactivas, de vanguardia para el país, la región y el hemisferio.  Así pues, estas acciones indudablemente han contribuido, desde la sociedad civil, a dinamizar y fortalecer la institucionalidad del país, y a situarlo en la cartografía global, como un referente de cambio y modelo de transformación. Además, ha aportado en la visibilización del país y de sus actores, en el ámbito global.  Quizás haya que esperar otro cuarto de siglo más para valorar, en su dimensión histórica, los aportes y la contribución de Funglode a la institucionalidad democrática de la Nación y a crear una cultura de la libertad.

Los aportes, por ejemplo, a la industria cinematográfica y a la creación de una cultura audiovisual han sido tangibles. Posicionar al país, en el circuito de uno de los más famosos festivales de cine de América Latina y del mundo, como lo es el Festival de Cine Global Dominicano y la Muestra de Cine Medioambiental Dominicana, constituye una acción trascendente.

Festival de Cine Global Santo Domingo.

Por ser un amante del cine y por creer en la posibilidad y la realidad de hacer que la “fabrica de los sueños” tenga una meca, un pequeño Hollywood en el país –donde han desfilado, por la alfombra roja del Teatro Nacional, grandes luminarias y figuras míticas e icónicas del cine norteamericano—ha sido una visión vanguardista de esta fundación y de su presidente-fundador. Esa realización se debe a Funglode, a Leonel Fernández, el padrino de la Ley de Cine 108-10, que ha servido para crear un marco legal, que garantizó el desarrollo de la industria del Séptimo Arte, en la República Dominicana, desde su aprobación y promulgación, en 2010. El trabajo entusiasta de Omar de la Cruz ha contribuido a estas concretizaciones. Así como, cabe destacar el trabajo tesonero de sus directores ejecutivos, desde Frederic Emam-Zadé, director de Centro de Estudios de Economía, hasta Marco Herrera, director ejecutivo, o la labor de Carlos Dore Cabral, primer director-fundador de la revista Global y director de proyectos de investigación.

Otro logro fue, para el desarrollo de la creatividad literaria, la creación de los Premios de Literatura (en poesía, cuento, novela, ensayo y periodismo), idea de José Rafael Lantigua, quien, gracia a su tenacidad y pasión, los colocó a nivel de un enorme prestigio, por la credibilidad del certamen y por la proyección de sus ganadores.

Funglode, en estos veinticinco años, ha llevado a cabo más de dos mil actividades –tanto académicas como culturales–, decenas de estudios e informes científicos, vitales para analistas y expertos en políticas públicas, esenciales para la comprensión de la realidad presente y futura del país, en materia institucional y social. Su presencia es constante y fundamental en los grandes debates de cara al porvenir, así como su participación protagónica en el Global go to Thins Tanks Index de la Universidad de Pennsylvania, colocándose “entre los cuarenta mejores centros de pensamiento de América Latina”.

Otro de sus aportes son la creación del Observatorio Político, del Observatorio Judicial y del Observatorio Económico, así como la fundación del IGlobal, como institución académica de educación superior –ahora liderado como rectora por la doctora Josefina Pimentel, ex ministra de Educación.

Otro de los grandes, ambiciosos y titánicos proyectos es el RD2044, de planificación estratégica para el desarrollo sostenible, en el marco de la celebración del bicentenario de la Independencia nacional. En el plano internacional, ha conquistado un extraordinario prestigio con la creación de convenios y acuerdos interinstitucionales y la organización de congresos, foros, simposios, seminarios y encuentros, y donde los dominicanos  hemos tenido el privilegio de conocer a figuras de prestigio mundial como Noam Chomsky, Kofi Annan, Armand Matterlant, Mario Vargas Llosa, Juan Luis Cebrián, o ex mandatarios, ex jefes de gobiernos, presidentes y líderes políticos, entre otros, quienes han dictado conferencias, sostenido coloquios o dictado conferencias magistrales. Así, podemos destacar eventos como el Foro Global América Latina y el Caribe, el Foro Casa de Campo, el Foro Orlando, el Foro por la Paz y el Foro Dominico-Haitiano, o los campeonatos de Golf. De igual modo, congresos sobre inteligencia artificial, ciber-seguridad, robótica, tecnología digital, etc. En materia de proyección internacional, hay que destacar ya su presencia y penetración, mediante alianzas estratégicas y convenios, en España, Estados Unidos y Francia, las cuales han contribuido a afianzar los vínculos culturales y a fortalecer la presencia del país en materia de diplomacia cultural y diálogo multicultural, y de cooperación en materia tecnológica y científica.

El empresario Manuel Corripio y el expresidente Leonel Fernández, en la sede de Funglode. Foto cortesía del diario Hoy.

Funglode pues tiene una identidad y un espíritu de cuerpo, que la hace ser una fundación abierta, plural, democrática, inclusiva, innovadora  y visionaria. Iniciativas como la creación, con visión propositiva, de la Editorial Funglode, que ha publicado decenas de títulos, además de los libros ganadores de los premios literarios y de la revista Global, la cual lleva 106 números. Asimismo, la creación de Radio Funglode y la Biblioteca Juan Bosch, con más de 400 títulos –dirigida por su directora-fundadora, Aida Montero–, representa un modelo como centro de documentación para América Latina, en materia de actualidad, colecciones únicas, hemeroteca y catalogación, que la avalan como una de las bibliotecas más completas en ciencias sociales y humanidades de la región. También debo destacar el rol de la sala de exposiciones, donde se presentan las fotografías premiadas del Premio de Fotografía, así como exposiciones individuales y colectivas de artistas visuales dominicanos, y cuyo aporte ha sido invaluable, en su difusión y proyección.

En efecto, los programas institucionales de Funglode buscan crear una cultura del diálogo constructivo, y un liderazgo juvenil para el futuro, con la creación de proyectos formativos de miles de jóvenes estudiantes que serán los futuros líderes políticos, empresariales y profesionales del país. También su política de intercambios académicos y becas son ejes esenciales de su filosofía institucional, con visión de progreso y desarrollo. De modo que la incidencia y el influjo de Funglode son factores clave para el progreso, el desarrollo y la investigación científica y tecnológica para hacer del país, una nación competitiva e innovadora, y cuyos aportes habrán de contribuir a enfrentar los grandes flagelos sociales y las problemáticas educativas, institucionales, tecnológicas, científicas, medioambientales, culturales y de gobernabilidad.

Desde la fundación de Funglode, siempre he estado vinculado a ella, como jurado de los premios literarios, en poesía y ensayo. De modo que me unen  vínculos entrañables y afectivos, vía José Rafael Lantigua, con quien colaboré estrechamente. De igual manera, con Yamile Eusebio, Catherine Florentino, Delia Blanco, Marco Herrera, Idrialis Castillo, Noris Eusebio, Frank Báez o Pedro Ortega. La familia Funglode — los fundadores y los que aún continúan–, conforma un dinámico equipo, de una extraordinaria mística y de ingente vocación de servicio. ¡Larga vida a la Fundación Global Democracia y Desarrollo!

Basilio Belliard

Poeta, crítico

Poeta, ensayista y crítico literario. Doctor en filosofía por la Universidad del País Vasco. Es miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua y Premio Nacional de Poesía, 2002. Tiene más de una docena de libros publicados y más de 20 años como profesor de la UASD. En 2015 fue profesor invitado por la Universidad de Orleans, Francia, donde le fue publicada en edición bilingüe la antología poética Revés insulaires. Fue director-fundador de la revista País Cultural, director del Libro y la Lectura y de Gestión Literaria del Ministerio de Cultura, y director del Centro Cultural de las Telecomunicaciones.

Ver más