El invencible verano de Liliana de Cristina Rivera Garza publicado originalmente en español por Ramdon House en 2021 y en inglés por Penguin Ramdon House en 2023 ha obtenido múltiples reconocimientos, entre ellos, el Premio Pulitzer 2024 en la categoría

Memoria/autobiografía. En este libro, la memoria, la investigación en sus perspectivas feministas y la poesía biográfica se reúnen para constituir un presente de la hermana ausente, tras un sentimiento doloroso de pérdida y un cuestionamiento fundamental frente a la violencia y el hostigamiento que nadie pudo ver.

En su texto intitulado Los noriginales, Cristina Rivera Garza nos dice en el compendio El Ensayo (número 4 – 2024), publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México, que los documentos y el trabajo de archivo se encuentran en todos los libros que ha escrito, incluso en aquellos que algunos denominan de ficción pura y, dentro de ese rubro, como libros de la imaginación. Es importante citarla antes de abordar la crítica del la obra que nos ocupa. La escritora mexicana nos implica en la vida de Liliana, su hermana, asesinada a los veinte años de edad, el 16 de julio de 1990 por Ángel González Ramos, su exnovio, quien por años le impuso una relación tóxica insospechable, al no soportar que ella lo dejara para siempre. Dado a la fuga, no ha sufrido condena desde entonces.

Los noriginales utilizados por la autora para reconstituir la vida de su hermana Liliana fueron tanto los escritos y objetos diversos de la víctima hallados en los cajones con sus pertenencias que durante casi treinta años permanecieron intactos, como el testimonio verbal de amigos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM Azcapotzalco) donde cursaba estudios de Arquitectura, y de familiares, quienes fueron parte de su entorno. Según la autora, las notas de Liliana “no sólo eran el vehículo de una historia, sino que encarnaban la historia misma: nos daban luces sobre la manera de archivar -que es una manera de pensar-”. En el día a día, Liliana conservó, archivó, la versión final de trabajos terminados, copias de cartas, dibujos, objetos, poemas constituyentes de “un vivido reflejo del pasado”, expresión que la autora toma de Aleksiévich así como “esa prueba del presente” según Kamenszain, citada igualmente por ella.  A partir de estos documentos, Cristina Rivera Garza pudo entrar en relación con su círculo afectivo de entonces con la ayuda de un detective. Así, el testimonio de su entorno participa a una construcción no lineal de una obra literaria que trata de un feminicidio emblemático en México  actualmente y que a nuestro parecer podría serlo de cualquier país. Nos dice la autora, en una entrevista para WMagazin, que tras varios intentos fallidos de escritura, tardó treinta años para realmente poder hacerlo, tiempo que incluye el ciclo del duelo y por otro lado, la aparición de un nuevo lenguaje social preciso y digno para abordar el tema de la violencia de género sin victimizar a la víctima ni exonerar al ejecutor. Da inicio al libro el interés de la propia autora por que se reabra el caso que la inercia de la burocracia judicial y la indiferencia del Estado por la suerte y seguridad de las mujeres habían dejado de lado. Los testimonios anejos a la investigación fueron respetados aunque reescritos (noriginales). Los archivos de Liliana fueron incorporados frecuentemente tal como los encontró la autora, quien considera a su hermana como coautora. Aquí no se trata de una obra de ficción, aunque sí, de una obra literaria armada a partir del caleidoscopio de puntos de vista que por contraste y acumulación nos acercan al “milagro de la vida de Liliana” restituyendo su presencia física y mental al “transcribir, cotejar y reescribir” los “originales” que al fin y al cabo y sin traicionarlos, se convierten y constituyen en esa prueba mediada del presente.

Un clamor de Justicia se desprende de este libro. Un clamor que se enfrenta a la ineficacia del Estado, a la displicencia de sus funcionarios, a la corrupción, a la estructura patriarcal de la sociedad. Así, desde el principio del libro acompañamos a la autora en sus diligencias para que el asesino no quede impune y se reabra el caso treinta años después del crimen. Sin embargo, el asesino permanecerá libre de hacer y deshacer, convertido tal vez en el ciudadano lambda que nos sonríe en el mercado. En esos treinta años de duelo y ofuscamiento, la autora ha adquirido el lenguaje de lucha que se ha impuesto hoy gracias a la lucha de mujeres en todo el continente (“Uno nunca está más inerme que cuando no tiene lenguaje. ¿Quién en un mundo donde no existía la palabra feminicidio, las palabras terrorismo de pareja, podía decir lo que ahora digo sin la menor duda?”), escribe la autora. Remedando a las performers chilenas escribe también: “Y la culpa no era de ella, ni dónde estaba ni como vestía”*.

Aparte del valor literario del libro que reposa sobre el manejo de las fuentes que dan origen a una escritura original desde ya referencial, la autora también nos enfrenta a las consideraciones de diferentes investigadoras estadounidenses sobre el peligro inherente a las relaciones tóxicas tanto en los escritos de Jacqueline Campbell o de Rachel Louise Snyder (No Visible Bruises: What We Don’t Know About Domestic Violence Can Kill Us).

El nuevo código penal dominicano tipifica el feminicidio y abre las puertas a una nueva reflexión sobre las relaciones letales de pareja. Este libro también nos empuja a abrir los ojos frente a la violencia soterrada que sufren personas de nuestro entorno, víctimas a la vez del silencio y de la imagen centenaria (¿religiosa?) en la que se sitúa socialmente a la mujer. Es un libro que podría salvar vidas. Agrego también que las relaciones tóxicas conciernen igualmente a todas las parejas. ¡Buena lectura!

Nelson Ricart-Guerrero
5 de agosto del 2025
*El violador eres tú, es una performance participativa de protesta, creada por un colectivo feminista de Valparaíso, Chile, denominado LASTESIS (2019), de alcance mundial.

Nelson Ricart Guerrero

Artista visual, escritor.

artista visual, escritor.
 Dominicano residente en Francia.

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