(Ilustraciones de la teatrista y escritora para niños, Gisela Nolasco)
Dentro de la educación superior dominicana, pocas veces se incurre al comentario y/o a la crítica razonada sobre un "cuaderno" o "manual" de lengua española, más en este país, donde, en materia de investigación lingüística, andan voces de "autoridad" imponiendo cánones y repitiendo, como "papagayos," los conceptos de tal o cual lingüista o estudioso de la lengua, adheridos a una determinada escuela de estudios de la lengua, normalmente europea y/o norteamericana.
En materia de estudios lingüísticos, la escuela estructuralista todavía anda marcando una raya de pizarro e imponiendo su visión restringida y parcelada sobre la lengua, sobre el sujeto y su realidad existencial. Desde el enfoque tradicional de la lengua y desde la escuela estructuralista, modelaron nuestro pensar, hasta lograr al sujeto pasivo y irreflexivo que permea la escuela y las academias de hoy, en la mayoría de los casos, en esta sociedad.
Ni hablar del lastimero panorama de nuestras políticas lingüísticas estatales, las que, desde el planificado currículum escolar y universitario, amerita de urgentes reformas, donde la lengua en uso o la lengua en movimiento, sin muchos escarseos técnicos, sea sostenida como un fundamento para la transformación del sujeto, como usuario y como constructor o generador de sentidos, se apropie de ella para su transformación personal y para la transformación social de su contexto vital, como centro de nuestra política cultural y vital, en un tiempo y espacio determinados.
El folletismo en nuestras academias no puede seguir, porque representa la muerte del sujeto pensante, reflexivo, creativo y crítico.
Para desgracia nuestra, seguimos en la miserable acción cultural del "folleto", animada por unos criminales, asesinos del pensar y del crear del sujeto en nuestra sociedad.
Para suerte nuestra, aparecen profesionales interesados en este tema sobre la lengua, su enseñanza y su dominio en la centros educativos nacionales, como se demuestra con el caso del "Cuaderno" de lengua española Básica I" (No presenta la Editora. Diagramado por Francisco José Hernández y corregido por el maestro Andrés Blanco Díaz. 156 págs. Año 2021), del narrador y estudioso de la lengua, el maestro Ramón Núñez Hernández.
Se trata de un "manual" para ser usado en nuestras academias y demás centros educativos nacionales, donde se procure poner a los estudiantes a actuar de manera crítica y creativa, desde la lengua en uso, desde un enfoque discursivo, no estructuralista, con el objetivo que que lengua, sujeto y contexto, mediante en una realidad político-cultural, dentro de un activo proceso de comunicación.
Aquí el concepto de lengua, traslimita el reducido concepto de comunicación, para ir hacia una vertiente translinguistica y transliteraria, con el objetivo de situar al sujeto como centro de su propio existir, desde su pensar, desde su decir y/o desde su hacer.
Debo resaltar un apego al hecho práctico, no a lo memorístico y repetitivo del sujeto, hasta ponerlo en una situación del hacer, en un ejecutar, en un poner la lengua en uso permanente, en y fuera del espacio áulico.
El maestro y/o la maestra, tienen aquí un recurso que le facilita su vínculo de familiaridad y/o de alianza política con los discentes.
Recalco en ese vínculo político, no partidista o sectario, entre lengua, sujeto, sociedad, cultura y Estado, porque nada de lo que ocurre desde y con la lengua, es al azar, nada.
Todo hecho de lengua es un hecho consciente, planificado, intencional. De ahí la importancia de seguir insistiendo en que la lengua sea desarrollada como parte de la vida y de la libertad del sujeto en la sociedad.
Existimos por y para la lengua, como sujetos activos, pensantes…críticos y creativos.
De ahí el valor de este "Cuaderno de lengua española I", porque nos induce, como maestros, a que trabajemos la lengua ante los discentes, para que estos aprendan a usarla, como parte imprescindible en su vida, en nuestra vida.
Ese enfoque de poner la lengua en uso, le otorga un enfoque distinto y distintivo a este "manual de lengua española I", en un momento en que hay un creciente deterioro en el uso de nuestra lengua y en la ausencia del razonar y del actuar creativo y crítico del sujeto, en la.sociedad dominicana.
Lo más grave de esto es que el Estado no le pone interés, como una necesidad dentro de sus políticas educativas, como estrategia de proteger y fortalecer la existencia de la nación dominicana.
Con ese "Manual", nos vemos compelidos a vernos a nosotros mismos desde nuestra lengua materna y poner en funcionameniento una didáctica pragmática, donde el teorizar aterrice en un uso, en un hacer, y que el mestro o la maestra sea parte de esa realidad cotidiana con la lengua y con la literatura.
Apropósito de nuestra literatura, considero que hay que privilegiar a los autores nacionales contemporáneos, como ejemplos para las prácticas en esos manuales prácticos, en nuestros centros educativos.
Ahí tenemos un reto que conlleva a seguir la senda y asumir la lengua, como parte del vivir de nuestra sociedad o de nuestro país, privilegiando las creaciones de nuestros escritores y de nuestras escritoras.
Más que ver este tipo de producción intelectual como una competencia en la venta, como ocurre en algunas escuelas de nuestras universidades, hay que ver estos hechos como realidades que nos impulsan a hacer de la lengua nuestra aliada y cómplice y asumir su defensa, como una razón del bien pensar y del buen actuar, desde una ética personal, donde el imaginario, la creatividad y el razonamiento, se constituyan en el centro de nuestro existir.
En las escuelas o departamentos, donde se imparte lengua española, los manuales, en la mayoría de los casos, se escriben pensando en imponer una "compra" a los estudiantes, se le impone un sello de mercado ante los discentes, y eso no puede seguir así, de ahí que me sorprende el marcado objetivo que se establece en este "Manual", desde un principio, en servir de motivación para el reflexionar, el crear, el imaginar y el actuar de manera crítica, por parte del sujeto.
Aquí se teniene presente al maestro y/o a la maestra, como parte de una realidad que debe ser desarrollada, desde un deleitar enseñando y un enseñar deleitando.