Analizar un escrito de 1942 de Borges, pone en perspectiva una serie de hechos que marcaron la narrativa latinoamericana, desde la cuentística borgiana con sus particularidades. La riqueza simbólica que presenta este escrito exige un análisis desde distintos niveles de interpretación. En este aspecto se tomará en cuenta la teoría del análisis estructural de Roland Barthes, con el fin de analizar los componentes fundamentales del cuento “La muerte y la Brújula, de Borges”.  Por tanto, el análisis comprende dos momentos esenciales: la identificación de los componentes de la teoría antes mencionada en el cuento, hasta una interpretación sencilla de las acciones en sus distintas conexiones con los símbolos que muestra la historia, que se dejarán entrever en todo el desarrollo el análisis.

El cuento “La muerte y la Brújula” contiene una trama lineal, puesto que no se producen regresiones en la estructura temporal. Presenta una narrativa detectivesca con una secuencia de orden lógico causa-efecto y un narrador omnisciente. Orienta el núcleo sobre la muerte del doctor Marcelo Yarmolinsky. Este pernotaba en el Hotel du Nord y yacía con una puñalada en el pecho. Todas las demás acciones, catálisis, informantes e indicios giran en torno a su muerte. El segundo núcleo hacer referencia al asesinato que se produce en un suburbio de la capital en el umbral de una antigua pinturería, se trata de Daniel Simón Acevedo. Se desarrolla bajo el mismo modus operandi. El tercer núcleo del texto refiere a un supuesto crimen que ocurre en Liverpool House. El cuarto elemento que se destaca es el asesinato en la quinta de Triste-le Roy. En este caso el detective accede a su laberinto de ideas, de origen griego, para dar solución al enigma de los asesinatos que giran en torno a la muerte de Yarmolinsky. Se detiene a dar una descripción del espacio en el que se produce el hecho.

Entre los indicios que corroboran con la trama central del texto se pueden destacar: el hecho de que Lönnrot ordenó, bruscamente, que le hicieran un paquete con los libros del muerto y los llevó a su departamento (Borges, 2017. 97). Esta acción supone un equilibrio con el nudo del texto poniendo en evidencia lo que va a suceder. Elementos claves de la trama son: el hecho de que Lönnrot “sintiera una tristeza impersonal…”de igual manera se señala que “era miope, ateo y muy tímido”. Cabe destacar además “la temeraria perspicacia de Lönntot […] rigurosamente extraño”. “La segunda letra del nombre ha sido articulada”. Aunque, esta última expresión parece ser un informante expresiones similares se producen luego de cada crimen. Hecho que supone un indicio de los próximos eventos por suceder y que articula los hechos como si de una simetría se tratara.

Borges (2017) en el cuento “La muerte y la Brújula” presenta a los informantes de tal manera que los elementos de la narrativa contienen una función ambiental y descriptiva. Estos permiten al lector reconstruir en su imaginario la historia desarrollada, dándoles vida a la narración. Ejemplo de ellos es la expresión: “Medio siglo de violencia le había enseñado que lo más fácil y seguro es matar…” a pesar del peso que tiene este componente su presencia viene a enriquecer el ambiente y a darle vida a la narrativa. Asimismo, la expresión: “Un hombre había encontrado en la pequeña máquina de escribir una hoja de papel con esta sentencia inconclusa: La segunda letra del nombre ha sido articulada” (Borges 2017. 97). Esta permite al lector inferir o imaginar posibles hechos posteriores, con los cuales el narrador omnisciente juega para mantener la tensión en la trama narrativa. Así mismo la expresión “cuyas aguas tienen el color del desierto”. Cuyas expresiones que vienen a contribuir con la ubicación de los hechos en el espacio temporal de la narrativa.

En el proceso narrativo Borges introduce una serie de acciones secundarias o catálisis que enriquecen el núcleo narrativo, así presenta un diálogo entre periodistas, fotógrafos el comisario en el que “debaten con seriedad el problema”, seguido de explicaciones rabínicas, lo que Treviranus responde que no le interesan, sino la captura del que apuñaló al desconocido. Asimismo, presenta a Lönnrot quien ordena “bruscamente” le hicieran un paquete con los libros del muerto para llevárselo a su apartamento. Estos y otros elementos catalíticos destacan en el desarrollo del cuento. Todo su desarrollo obedece a una estructura de causa efecto, en el que el narrador omnisciente va presentando cada momento de los hechos. Sus personajes: Treviranus es presentado como un policía que es capaz de utilizar el sentido común para definir la naturaleza de cada crimen. Por su parte, Lönnrot un tanto diferente se orienta a establecer la naturaleza de los hechos accediendo a explicaciones exotéricas, lecturas de libros y el estudio del caso.

Se desarrolla en un ambiente tenso entre una serie de vicisitudes que ponen a los personajes en franca contradicciones frente a los asesinatos producidos. Esta tensión se encuentra corroborada por el misterio que encubre cada hecho y el método de investigación que deben elegir entre los investigadores. En otro orden, la narración introduce fragmentaciones como saltos temporales y cambios en las perspectivas que se ha de desarrollar durante el proceso narrativo, segmentada en tres fases o momentos precedidos de las expresiones: “La primera letra del nombre ha sido articulada…”. En este orden, el tiempo que utiliza es cronológico y sencillo, en el que el narrador sabedor de los acontecimientos los presenta en tiempo pasado.

Jorge Luis Borges.

Finalmente, el texto “La muerte y la Brújula” constituye un relato policiaco, en el que se introducen una serie de simbolismos e implicaciones metafísicas relacionados con los nombres, al formar letras, los triángulos y sus relaciones con personajes de la mitología judía. La rivalidad que se producen en los dos personajes principales denota la rivalidad que se presenta entre el autor del cuento y el lector quien tiene que hacer un esfuerzo extraordinario para comprender los distintos indicios que corroboran las acciones e informaciones necesarias para la construcción de los hechos y acciones que dan vida a cuento. Se deja entrever la cercanía de Borges con la cultura judía y griega en sus bases mitológica. Una forma de hacer una relación entre la realidad social y la religión que se impone a su pueblo de procedencia.

 

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