En su tercer día de alegatos finales en el juicio del caso Antipulpo, el Ministerio Público afirmó que la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) fue el "epicentro de la corrupción", y aseguró que antes de la llegada del exministro de Salud, Freddy Hidalgo, el acusado Alexis Medina Sánchez nunca había contratado con el Estado dominicano.
El órgano persecutor resaltó que, a pesar de existir una factura, la entidad estatal nunca fue equipada, “convirtiéndose con esto en un saqueo al Estado mediante una estafa con compras inexistentes”.
Según los fiscales, el Ministerio Público cuenta con un contraescrito firmado por una notaria pública, en el que se establece que Alexis Medina asume la empresa Domedical Supply y todo lo que esta posee.
También señalaron la falsificación de contratos bajo una supuesta cesión de crédito que alegaba deudas inexistentes. Dichos documentos habrían sido firmados por el testaferrato José Dolores Santana, mientras que los contratos eran elaborados por el propio Alexis Medina Sánchez.
Entre los hallazgos presentados, basados en un informe de la Cámara de Cuentas, se identificaron múltiples irregularidades en hospitales equipados ilícitamente por Domedical Supply, incluyendo: equipos de mala calidad, genéricos y sin especificaciones técnicas; equipos sobrevaluados, cambios de precios de los mismos equipos entre diferentes ubicaciones, pago de equipos con características distintas a las requeridas, equipos no entregados o entregados incompletos, equipos que no funcionaban desde el inicio y Fallas técnicas desde la entrega.
La supuesta cesión ficticia permitió adjudicarse ilícitamente el equipamiento de al menos 14 hospitales en distintas provincias del país:
1. Hospital Juan Pablo Pina, San Cristóbal
2. Hospital Municipal de Castillo, Duarte
3. Hospital Regional Pediátrico Dr. Arturo Grullón, Santiago
4. Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez, Santiago
Con base en estos señalamientos, el Ministerio Público reiteró que Domedical Supply fue utilizada como un vehículo de operaciones fraudulentas por parte de Alexis Medina, quien habría tejido una red de empresas y testaferros para beneficiarse de contratos millonarios con el Estado, sin cumplir con los requerimientos legales ni técnicos establecidos.
La acusación sostiene que el entramado de corrupción no solo involucró la entrega de equipos médicos defectuosos o inexistentes, sino que también se ejecutó con documentos falsificados, mecanismos de simulación de deuda y complicidad de funcionarios públicos. Todo ello derivó, según el expediente, en una grave estafa contra los recursos del Estado dominicano.
Además, se presentó evidencia de que los hospitales involucrados nunca fueron correctamente equipados, afectando directamente los servicios de salud destinados a la población.
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