En República Dominicana, más de un tercio de los niños, niñas y adolescentes, específicamente el 35.8 %, vive únicamente con su madre.

Esta cifra, de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples ENHOGAR-MICS de 2019, contrasta con el 5 % que reside solo con su padre, lo que evidencia una marcada tendencia hacia los hogares monoparentales con jefatura femenina.

Los datos señalaron que menos de la mitad de los menores de 0 a 17 años, un 46.7 %, vive con ambos padres.

La encuesta descartó que la principal razón de la ausencia paterna en el hogar fuese el fallecimiento; del 35.8 % de los niños que vivieron solo con su madre, en el 32.8 % de los casos el padre estaba vivo, pero ausente del hogar.

Para profundizar en este tema, la psicóloga Virginia Pardilla ofreció a Acento una perspectiva profesional sobre las consecuencias de esta "herida invisible" y el rol insustituible del padre.

Impacto de un padre ausente

Aunque reconoció la "admirable y heroica" labor de muchas madres, la psicóloga subrayó que la ausencia del padre tiene un impacto profundo en el desarrollo infantil.

"Lo ideal para un niño es estar con mamá y con papá, que ambos estén presentes", afirmó Pardilla.

Según Pardilla, algunos de los efectos más comunes en niños criados solo por la madre incluyen:

  • Crisis de identidad: Surgen dificultades en el desarrollo de la autoimagen y la identidad masculina, al carecer de un modelo de rol paterno directo. "Los niños no solo extrañan al padre, a veces extrañan su mirada, porque con ella construyen partes de sí mismos", explicó.
  • Sentimientos de abandono y culpa: Los niños pueden internalizar la ausencia del padre como un rechazo personal, con el sentimiento de no ser "suficientemente buenos" para que su padre se quede.
  • Rabia y tristeza contenida: La falta del padre genera emociones complejas como la ira o una tristeza crónica que no siempre se expresa verbalmente.
  • Confusión de roles: La madre, al intentar asumir ambos roles, puede experimentar un desgaste emocional significativo, lo que a su vez genera confusión en la percepción de los roles familiares por parte del niño. "Por muy buena que sea una madre, no es padre y madre, es una tremenda madre. La mujer no sustituye el rol del padre, así como el padre no sustituye el de la madre", enfatizó Pardilla.
  • Problemas de conducta y apego: La falta de una autoridad complementaria puede derivar en dificultades de conducta, especialmente en los varones, déficit de autorregulación emocional y una mayor probabilidad de deserción escolar. Además, pueden desarrollar apegos inseguros y una dependencia afectiva que los lleve a buscar esa figura paterna ausente en futuras parejas o líderes.

Paternidad responsable

A pesar de este panorama, la psicóloga Virginia Pardilla subrayó que las consecuencias negativas de la ausencia paterna pueden minimizarse e incluso desaparecer si, en caso de divorcio o separación, esta se maneja con inteligencia emocional.

"Un divorcio bien manejado tiene menos consecuencias negativas que la presencia de ambos padres agrediéndose constantemente frente a los hijos", aseguró.

La clave reside en que el padre entiende que su separación fue de la pareja, no de su rol como padre.

Según la psicóloga, un padre que mantiene una presencia activa y responsable en la crianza de sus hijos, a pesar de no vivir con ellos, puede mitigar los efectos adversos y garantizar el bienestar emocional y el desarrollo saludable de los sus hijos.

Julio Solano

Periodista y poeta

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