Shea intervenía en una sesión del Consejo dedicada a Haití, y no ahorró en una descripción catastrófica del estado de inseguridad en el país caribeño, pero dedujo que es "la comunidad internacional" la que debe dar un paso adelante y responder ante esa situación, y no su país.
"Somos conscientes de la gravedad de la situación de seguridad, que requiere que encaremos la sostenibilidad a largo plazo de los procesos de estabilización de la comunidad internacional en Haití (…) Con ese fin, animamos a los donantes internacionales a dar un paso al frente y contribuir con su parte (pero) Estados Unidos ya no puede continuar con la enorme carga financiera", reclamó.
Hasta ahora, Estados Unidos había sido el principal contribuyente financiero de la misión de apoyo policial, con 380 millones de dólares en total comprometidos por el anterior Gobierno de Joe Biden (entre los departamentos de Estado y Defensa), según información proporcionada por el Congreso.
No está claro si el Gobierno de Trump, que tiene entre sus prioridades recortar todos los gastos de asistencia exterior, tiene el poder de bloquear esos montos ya comprometidos.
La misión policial para Haití, que ha echado a andar solo parcialmente, necesita un presupuesto anual de funcionamiento de 600 millones de dólares.
El secretario general de la ONU, António Guterres, emitió dos meses atrás una propuesta para adaptar la MSS -que solo cuenta con 1.000 integrantes desplegados en la isla de los 2.500 prometidos- tras una petición del Consejo de Seguridad.
La idea de Guterres pasa por que la ONU asuma la responsabilidad de costear los gastos estructurales y logísticos que son necesarios para que la fuerza internacional pueda funcionar a pleno rendimiento y atajar el problema de la violencia armada, sin fiarlo a contribuciones de carácter voluntario, pero esto pasa por una decisión del Consejo de Seguridad que aún no lo tiene en el orden del día.
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