Flores marchitas y frescas, fotos (ahora plastificadas y enmarcadas), velones encendidos y apagados siguen adornando la entrada principal del emblemático centro de diversión, un mes después del colapso del techo de la discoteca Jet Set, donde fallecieron más de 200 personas y más de 180 resultaron heridas.
De baile, fiestas y risas, ese martes 8 de abril, en un abrir y cerrar de ojos, todo se convirtió en gritos, sollozos, angustia y desesperación. Hoy, el silencio, lamento, incertidumbre, tristeza e impotencia son los protagonistas.
Ha transcurrido un mes desde aquel fatídico día, donde cientos de familiares y amigos de las personas que se encontraban en el Jet Set, acudieron al kilómetro 6 ½ en la avenida Independencia en búsqueda de información sobre sus parientes.
Transeúntes que pasaban por el lugar, se detenían y observaban las fotos. Algunos comentaban que había imágenes nuevas colgadas en el mural, otros tocaban las fotos diciendo: “A ese yo lo vi cuando lo subieron -en redes sociales- pidiendo ayuda con su paradero”.
Mientras que familiares de las víctimas siguen reclamando justicia, además de respuestas por parte de las autoridades sobre las causas del colapso.

Miembros de la Policía Nacional están apostados en la entrada del centro de diversión, donde el pasado miércoles el Ministerio Público incautó las ruinas como parte de la investigación.
En memoria a las víctimas, la mañana de este jueves la Diócesis Padre Montesinos celebró una misa en su honor.
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