Durante un cónclave papal, las fumatas son señales de humo que indican si se ha elegido o no un nuevo papa.
Este proceso tiene lugar en la Capilla Sixtina y se comunica al mundo mediante humo que sale de una chimenea colocada en el tejado.
La fumata negra indica que no se ha alcanzado una mayoría de votos suficiente, por lo que el proceso de elección continúa.
La fumata blanca, por el contrario, significa que un cardenal ha sido elegido como nuevo sumo pontífice.
El uso del humo como señal fue introducido oficialmente en el siglo XX, aunque tiene raíces simbólicas en la tradición litúrgica católica.
Para lograr los colores, se queman las papeletas de los votos junto a productos químicos especiales: uno genera humo negro y otro, blanco.
La interpretación de estas señales es seguida con atención por millones de fieles, ya que marca uno de los momentos más importantes en la vida de la Iglesia Católica.
Cónclave
Solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto. Actualmente, este grupo está compuesto por 135 cardenales. Los demás pueden estar presentes en las etapas previas, pero no participan en la elección.
Los participantes se alojan en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano, y las sesiones de votación se llevan a cabo en la emblemática Capilla Sixtina. Desde el inicio del cónclave, los cardenales quedan completamente aislados del mundo exterior y se les exige un juramento de secreto absoluto.
¿Cómo se realiza la elección?
Para que un candidato sea elegido Papa, debe obtener al menos dos tercios de los votos. Las votaciones pueden realizarse hasta cuatro veces por día (dos por la mañana y dos por la tarde). Si después de varios días no se logra un consenso, se hacen pausas para la oración y reflexión.
En cada ronda, los cardenales escriben su elección en una papeleta que depositan en una urna. Estas son contadas y revisadas cuidadosamente. Si el número de papeletas no coincide con el número de electores, se anulan y se repite la votación.
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