En la red de trata desmantelada por el Ministerio Público bajo la denominada Operación Begonias, las víctimas eran reclutaban mujeres colombianas engañadas con supuestas oportunidades laborales en República Dominicana, pero al llegar eran despojadas de sus documentos, endeudadas con sumas que superaban los cinco mil dólares y forzadas a ejercer la prostitución en condiciones de completa vulnerabilidad.
La estructura, según revelaron las investigaciones, operaba desde residencias en Santo Domingo Este y utilizaba como fachada la discoteca Lekker Club, en San Cristóbal, donde las víctimas eran exhibidas en los llamados “jueves de colombianas”.
Las jóvenes eran contactadas en Colombia por una mujer identificada como Dahiana, quien les ofrecía trabajo y les pedía adelantos económicos para la gestión de documentos. Tras llegar al país, eran recogidas en el Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA) por integrantes de la red y llevadas a viviendas donde se les informaba de una deuda impuesta y se les retenía el pasaporte.
Bajo amenaza, las mujeres eran obligadas a ofrecer servicios sexuales, cuyos precios eran establecidos por sus explotadores: entre RD$ 3,500 y USD$ 400, según el tiempo. El dinero era cobrado por los imputados vinculado al caso.
Los promotores del grupo, se encargaban de captar clientes a través de redes sociales.
Las autoridades, mediante labores de inteligencia y agentes encubiertos, confirmaron el patrón de trata y explotación sexual, logrando identificar roles, métodos y lugares clave del entramado criminal. El Ministerio Público aseguró que los responsables serán sometidos a la justicia por estos graves hechos que atentan contra la dignidad humana.
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