Este 11 de septiembre se cumplen 52 años del golpe de Estado en Chile, un hecho que marcó la historia de América Latina y en el que Estados Unidos jugó un papel clave al respaldar acciones para desestabilizar el gobierno del presidente socialista Salvador Allende, abriendo paso al ascenso de la dictadura militar de Augusto Pinochet y la muerte de más de 40 mil personas.
El 11 de septiembre de 1973, un grupo de militares encabezados por Pinochet derrocó al entonces presidente Allende, dando inicio a la dictadura que se extendió por 17 años, hasta el 11 de marzo de 1990, y que dejó oficialmente 40,175 víctimas, entre ellas políticos, detenidos desaparecidos y personas sometidas a prisión política y tortura.
Chile atravesaba una profunda crisis política y económica, agudizada por la polarización interna que generaron las reformas socialistas impulsadas por Allende, reformas por las cuales enfrentó una fuerte oposición interna y externa, que llevó a una creciente inestabilidad política y económica.
Ante esa situación, el gobierno del presidente estadounidense Richard Nixon y su secretario de Estado, Henry Kissinger, promovieron medidas para debilitar económicamente y aislar diplomáticamente al gobierno chileno, según documentos desclasificados por Washington.
El rol de Estados Unidos en el golpe de Estado ha sido objeto de intensa controversia y debate.
Dos meses antes del motín, el 29 de junio, se produjo un intento de golpe de Estado conocido como “tanquetazo”, en el cual Pinochet ayudó a detener ese intento de golpe militar. En ese momento, Pinochet era comandante en jefe interino del Ejército. Luego, el 23 de agosto, por recomendación del presidente Allende, ascendió al cargo de comandante en jefe.
19 días después de su ascenso, Pinochet encabezó el golpe de Estado del 11 de septiembre, teniendo como resultado 40,175 víctimas calificadas oficialmente, incluyendo políticos, detenidos desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura.
Antes de iniciar el bombardeo en el Palacio de La Moneda (Palacio Presidencial), el presidente Allende realizó su último discurso, donde manifestó: “Seguramente esta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes… ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo".
Pasada las 11 de la mañana inició el bombardeo aéreo en el palacio presidencial chileno, los aviones dispararon en 5 veces sus cohetes. El primero destruyó el portón norte y los techos del primer piso; en el segundo ataque los cohetes cayeron en el pabellón que separa los patios de Los Cañones y Los Naranjos.
Asimismo, el tercer cohete rebotó en una de las gárgolas de la fachada y estalló en el segundo piso del lado sur. Finalmente, el cuarto cohete cayó sobre la fachada y una bola de fuego saltó a la calle, mientras el quinto lanzamiento fueron cañones automáticos de los aviones.
Al momento de hacer los levantamientos del lugar, fue encontrado muerto el presidente Allende.
En el 2012 un tribunal chileno determinó que el presidente chileno se quitó la vida de un disparo, debido a la situación en la que estaba atravesando el país, aquel 11 de septiembre.
Búsqueda de los desaparecidos
En 2023, el presidente chileno Gabriel Boric oficializó el Plan Nacional de Búsqueda con la finalidad de aclarar las circunstancias de desaparición o muerte de las personas durante el periodo comprendido entre 1973 y 1990.
Además, el plan garantizó el acceso a la información y participación los familiares y la sociedad respecto de los procesos de búsqueda de víctimas de desaparición forzada.
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