El dominicano Luis Velázquez-Cordero, alias El Pequeño, se declaró culpable ante el juez de distrito estadounidense Brian R. Martinotti del primer cargo de una acusación que le imputa haber formado una conspiración para cometer lavado de activos.

Velázquez-Cordero, a quien se le atribuye ser el líder de una organización internacional de lavado de activos en  República Dominicana, admitió su rol en una conspiración para cometer lavado de activos, según lo anunció el fiscal de los Estados Unidos, Philip R. Sellinger.

El hombre, de 37 años, fue extraditado a Estados Unidos tras su detención en la República Dominicana el 28 de julio del 2020, al ser señalado como un “lavador” de dinero proveniente del narcotráfico en la red de César Emilio Peralta (César el Abusador).

Como parte de su declaración, Velázquez-Cordero también aceptó entregar 1,4 millones de dólares en moneda estadounidense incautada durante la investigación, así como cinco propiedades en la República Dominicana y 10 vehículos, entre ellos un Ferrari.

El cargo de lavado de activos del que Velázquez-Cordero se declaró culpable conlleva una pena máxima de 20 años de prisión y una multa de 500.000 dólares o el doble de la cantidad implicada en el delito, lo que sea mayor. La sentencia está prevista para el 14 de septiembre del 2022.

El caso

Luis Velázquez-Cordero era el líder de una organización de lavado de activos que utilizó el sistema bancario de los Estados Unidos para convertir más de 80 millones de dólares en efectivo procedentes de la venta ilegal de drogas en cheques de caja y luego depositar los cheques en cuentas bancarias de los Estados Unidos para que el dinero pudiera ser transferido de nuevo a organizaciones internacionales de tráfico de drogas en la República Dominicana y otros países.

Velázquez-Cordero dirigía a los conspiradores en Nueva Jersey, Nueva York y Florida para que recogieran las ganancias de la droga en efectivo y las cambiaran por cheques de caja en bancos de los Estados Unidos.

Velázquez-Cordero facilitaba el importe de cada cheque, el beneficiario y las cuentas bancarias en las que debían depositarse los cheques.  Los cheques se depositaban entonces en las cuentas de los beneficiarios, muchas de las cuales estaban controladas por empresas ficticias y se utilizaban como medio para facilitar el lavado de las ganancias de la droga ilegal. El esquema de los cheques de caja estaba diseñado para ocultar la naturaleza, el origen, la propiedad y el control de las ganancias de la droga ilegal con el fin de evitar el escrutinio de las fuerzas del orden y de las instituciones bancarias.

El gobierno está representado por el fiscal adjunto Jonathan M. Peck de la Unidad de Seguridad Nacional en Newark.

Este caso forma parte de una operación del Grupo Especial de Lucha contra la Droga y la Delincuencia Organizada (OCDETF, por sus siglas en inglés). El OCDETF identifica, desarticula y desmantela las organizaciones delictivas de más alto nivel que amenazan a los Estados Unidos utilizando un enfoque multi institucional dirigido por los fiscales e impulsado por los servicios de inteligencia. Puede encontrar más información sobre el programa OCDETF en https://www.justice.gov/OCDETF.