Los efectos del comportamiento errático del fenómeno climático Melissa son una fuerte advertencia a las autoridades, de que se debe tomar en serio el cambio climático y no seguir aplazando la aplicación de disposiciones que mitigan las causas y los efectos catastróficos de la emergencia climática.

Así lo afirmaron el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC, y el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente, INSAPROMA, las cuales concluyeron de la observación de los efectos de Melissa en los últimos cuatro días sobre el país, que la República Dominicana no está ni mínimamente preparada para soportar el embiste de un huracán de categoría 4 ó 5 sobre el territorio nacional durante 24 a 48 horas, como ocurrirá a principio de esta semana en Jamaica con el ciclón Melissa.

“Si una tormenta que se estacionó a alrededor de 400 kilómetros al sur de La Hispaniola ha causado grandes estragos, imagínense que un ciclón se estacione sobre el país los daños que produciría serían tan catastróficos que nos harían retroceder por lo menos cincuenta años”, reflexionaron.

Advirtieron que fenómenos con las características de Melissa seguirán repitiéndose como consecuencia del cambio climático que está multiplicando los disturbios atmosféricos, haciéndolos más potentes y mucho más erráticos.

Fondo para reubicar población de lugares peligrosos

Demandaron al Gobierno que con carácter de urgencia apruebe la creación de un fondo equivalente al 3% del PIB para trasladar a la población que reside en áreas altamente vulnerables a lugares seguros que cuenten con viviendas dignas y con los servicios básicos.

“Nos estamos refiriendo a lugares como los barrios que están en la orilla del río Ozama, que si llegara un ciclón tipo Melissa miles de viviendas precarias serían arrastradas por el agua con el riesgo de perecer una gran cantidad de personas”, indicaron.

Manifestaron que el país está lleno de asentamientos que exponen la seguridad de sus habitantes al lado de ríos y arroyos, en medio de cañadas, en laderas muy inclinadas, en tierras bajas o al lado del mar.

Recordaron que desde hace varios años han hecho la propuesta y el Gobierno ha guardado silencio. “No queremos que la desgracia llegue cuando hemos podido preverla con tiempo”, subrayaron.

Reducir emisiones mediante energías renovables

También urgieron que el Gobierno impulse de verdad las energías renovables de manera masiva, no solo para cubrir el actual déficit eléctrico y para garantizar la soberanía energética, sino como medida para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generados por la quema de fósiles, que es la principal causa del cambio climático.

“Si pretendemos que el Norte Global reduzca drásticamente sus emisiones y cumpla con pagar los daños y perjuicios que estas emisiones producen en el Sur Global, especialmente en los Trópicos y en los pequeños Estados insulares de esta zona del planeta, debemos ser los primeros en dar el ejemplo de descarbonizar la generación de electricidad y los sistemas productivos, tal como lo ordena la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, No. 1-12”, insistieron.

Consideraron que la alta vulnerabilidad de nuestra geografía a los efectos del cambio climático como acaba de demostrar Melissa, obliga al país a evitar la creación de pasivos ambientales que puedan transformarse en peligros inminentes y permanentes para poblaciones y para parte importante del territorio nacional.

Señalaron que bajo este criterio es completamente imposible que se autorice la construcción de una presa de colas de alrededor de cuatro kilómetros y de casi 200 metros de altura, una de las más grande del mundo, en Zambrana, Cotuí, para el depósito de los residuos mineros de Barrick Pueblo Viejo.

Afirmaron que estudios de expertos internacionales han advertido que un fallo en esta presa provocado por fenómenos climáticos o por eventos sísmicos, pondría en peligro la vida de las comunidades y el estado de los terrenos entre Cotuí y Samaná. ”En apenas horas los residuos tóxicos de la minería llegarían al Océano por la Bahía de Samaná”, subrayaron.

Sacar las cenizas de Punta Catalina

Plantearon que se deben sacar del país las grandes montañas de cenizas tóxicas de carbón de Punta Catalina depositadas a la intemperie en el batey San José, a menos de kilómetro y medio de la costa sur del país, paso obligado de los fenómenos hidrometeoros por el Caribe.

Dijeron que en estos momentos, a causa de las copiosas lluvias de Melissa, estas cenizas han creado una situación catastrófica en la zona, con la formación de una gran laguna de aguas de correntía que han arrastrado una parte de las cenizas, regándolas en los alrededores y poniéndolas en contacto con el río Catalina y con el arroyo Naranjo.

“En caso de que una tormenta o ciclón pase cerca o por encima de estas cenizas, las esparciría a cientos de kilómetros. En el año 2021, la Universidad de Duke, de Carolina del Norte determinó que estas cenizas contienen gran cantidad de elementos nocivos a los organismos vivos, incluidos los seres humanos”, observaron.

“Desde hace años hemos insistido sin que el Gobierno nos haga caso, en que estas cenizas deben ser sacadas del sitio donde las están depositando, por su cercanía a la costa pero también porque están rodeadas de cultivos y de comunidades”, reiteraron.

Llamaron a que el país, autoridades y sociedad, observen como un espejo de lo que podría pasar aquí en cualquier momento, lo que a partir de mañana, lunes 27 de octubre, ocurrirá a Jamaica cuando Melissa, convertida en un huracán de categoría 4 ó 5, categoría infierno, atraviese el territorio de esta Antillas.

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