Caamaño asumió el seudónimo "Román" en honor al combatiente Juan Miguel Román
Juan Miguel Román, abogado y joven revolucionario, creía y estaba convencido de la necesidad de establecer un régimen de justicia en el país, en Venezuela rechazó una propuesta para trabajar en el Departamento de Estado sobre cuestiones de América Latina, y casi siente estuvo en prisión o en el exilio, pero amaba profundamente a su madre, doña Marina, a quien le escribió cartas que son un testamento político, y que reflejan su humanismo, su humildad y su completa entrega a la consigna de que es “dulce y decoroso morir por la patria”, como enseñaba el Movimiento Revolucionario 14 de Junio.