El dirigente perremeísta Guido Gómez Mazara expresó preocupación por las aspiraciones (presidenciales) a destiempo en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) porque conspiran contra la unidad que debe primer alrededor del gobierno del presidente Luis Abinader.

En una carta dirigida al presidente del PRM, José Ignacio Paliza, el doctor Gómez Mazara advierte que los proyectos individuales a destiempo corroen la noción de autoridad presidencial.

José Ignacio Paliza.

"Ahora, lo que importa es el conjunto. De paso, las pifias de los otros, siempre servirá como referencia que nos ilustra: ni el dinero, manejo de nómina hacen presidentes", expresó.

Advierte que no se debe postergar el apoyo a las reformas planteadas por el Poder Ejecutivo, debido a "tareas inmediatas sin aparente brújula, destinadas a calcar esquemas de comportamientos que nos sacaron del corazón y respeto de los ciudadanos".

Explica que, por el compromiso institucional, solicita una convocatoria que devuelva al partido al punto de la serenidad.

Argumentó que de esa manera se evitarían impugnaciones en amplios segmentos de la sociedad "que no se dejan confundir por estrategias de manipulación, voces alquiladas e inversión de recursos en el malsano interés de convertir en milagro el barro".

Guido Gómez Mazara.

A continuación la carta del Dr. Guido Gómez Mazara a José Ignacio Paliza:

27 de septiembre de 2024

Señor:
José Ignacio Paliza,
Presidente del PRM

Estimado compañero:

Apelo al espíritu de racionalidad política y lectura provechosa de los errores históricos para trasladarte, por la esencial condición de autoridad institucional, preocupaciones que se desprenden de la fatal manía que afectan las fuerzas electorales victoriosas cuando ejercen el gobierno sin definir con claridad lo general sobre las agendas particulares.

Dos victorias consecutivas, en los ámbitos municipales, congresuales y presidencial, provocan la enorme satisfacción de metas alcanzadas, pero deben conducirnos a interpretaciones objetivas sobre las causas que condujeron a derrotas de los adversarios. Y en un alto porcentaje, el entusiasmo triunfal nos aleja de la serenidad.

Ambos estuvimos presentes en la reunión sostenida por los calificados (por la ligereza aspiracional y complicidad comunicacional) bajo la condición de presidenciables, horas después de una contundente victoria. Admito que estableciste con claridad la presencia tuya en condición de presidente de la organización, siendo testigo de excepción de lo tratado y todo lo relativo a los plazos de actuación partidaria, obedientes a las normas internas.

Los avatares del funcionariado, ocupaciones y deseos de hacer las cosas bien, dificultan las sistemáticas reuniones planteadas y generan el riesgo de que la falta de comunicación desborde el marco de actuación, y sin desearlo, lo principal (apoyar las reformas planteadas por el poder ejecutivo) sea postergado por tareas inmediatas sin aparente brújula, destinadas a calcar esquemas de comportamientos que nos sacaron del corazón y respeto de los ciudadanos.

Vuelvo por los senderos del compromiso institucional, solicitándote una convocatoria que nos devuelve al punto de la serenidad, evitándonos impugnaciones en amplios segmentos de la sociedad que no se dejan confundir por estrategias de manipulación, voces alquiladas e inversión de recursos en el malsano interés de convertir en milagro el barro.

El ojo ciudadano se torna rudo ante la falta de sensatez de sus actores políticos. Por eso, los sanciona. Inclusive, el aplauso y respaldo a la causa política del PRM están asociados al dislocamiento y falta de humildad de los que se creyeron eternos inquilinos de la sede presidencial.

Me preocupan las aspiraciones a destiempo porque terminan fragmentando la unidad alrededor de la gestión gubernamental y corroen la noción de autoridad presidencial.

Ahora, lo que importa es el conjunto. De paso, las pifias de los otros, siempre servirá como referencia que nos ilustra: ni el dinero, manejo de nómina hacen presidentes.

Si me conoces, sabes que un decreto no cambia mis convicciones.

Un abrazo, y a la espera de la próxima convocatoria.